Las islas de calor urbanas son responsables de más del 4% de muertes estivales

ISGlobal lidera un estudio que propone una cobertura arbórea del 30% en las ciudades para paliar los efectos nocivos y las muertes prematuras causadas por las islas de calor urbanas.

Algunas ciudades como Barcelona o París (en la imagen) ya están tomando medidas para paliar los efectos de las islas de calor urbanas. Foto: Rasmus Gundorff Sæderup para Unsplash.

Al incremento de temperatura de las áreas urbanas con respecto a sus zonas aledañas le llamamos isla de calor urbana. Un fenómeno que se origina principalmente por la falta de espacios verdes, la alta densidad poblacional, el exceso de superficies impermeables como el asfalto, que absorben y atrapan el calor, y el exceso de vehículos motorizados.

Un reciente estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) muestra que las islas de calor urbanas aumentan la mortalidad estival en un 4%. Y que, si las ciudades cubrieran un 30% de su espacio con zonas verdes, se podrían llegar a evitar unas 2.664 muertes prematuras en Europa. Hablamos con Tamara Iungman, primera autora del estudio e investigadora predoctoral en el grupo de Contaminación atmosférica, Planificación urbana, medio ambiente y salud de ISGlobal.


¿En qué ha consistido vuestro estudio?

Hemos evaluado el impacto del calor en la salud humana durante los meses de verano en un total de 93 ciudades europeas, lo que comprende más de 57 millones de personas. Cogiendo datos del verano de 2015 que incluyen la cobertura arbórea, las temperaturas diarias y las tasas de mortalidad, hemos estimado los cambios en la salud de la población en dos escenarios hipotéticos:

  • Una ciudad sin efecto isla de calor
  • Una ciudad con la cobertura arbórea aumentada un 30% con su consecuente disminución de la temperatura local. Para realizarlo hemos llevado a cabo un modelo simple, específico para cada ciudad, en el cual primero se estima la reducción en la temperatura superficial en función de la cobertura de árboles y la evapotranspiración, y luego se estima la reducción en la temperatura del aire en función de la temperatura superficial y la latitud.

¿Cuál es el porcentaje de cobertura actualmente en Europa? ¿En qué nos beneficia?

La media de cobertura arbórea de las 93 ciudades europeas estudiadas es de un 14,9%. Pero hemos observado que hay una gran variabilidad entre ellas que va desde el 2,1% al 34,6%. En cuanto a las ciudades españolas incluidas en el estudio, en general, cuentan con una baja cobertura de árboles. En promedio cuentan con un 8,5%, con un rango que va desde un 2,1% en Alicante hasta un 15,8% en Málaga. De Cataluña únicamente hemos incluido a Barcelona, la cual presenta un 8,4% de cobertura arbórea.

Los beneficios de la infraestructura verde urbana en la salud de la población son múltiples: mejora de la salud percibida, mejora de la salud mental, disminución de tasas de hipertensión, de enfermedades cardiovasculares , TDAH y de diabetes y la promoción de la actividad física entre otras.

Hay múltiples beneficios de las infraestructuras verdes urbanas. Es por ello que debemos repartirlas equitativamente y así evitar injusticias ambientales.

Y dentro de las ciudades, ¿Cómo se suelen distribuir los árboles?

Hemos observado que en todas las ciudades hay mucha variabilidad espacial en cuanto a la presencia de árboles y que, en las áreas con mayor densidad poblacional, la cobertura de árboles es menor. En este sentido, es muy importante no solo considerar la cobertura total sino también la distribución equitativa en toda la ciudad para que toda la población pueda beneficiarse de los mismos. Es por esto que hemos propuesto que el 30% de cobertura de árboles sea a nivel de cuadrícula de muy alta resolución de 250m x 250m siempre que sea posible, y de este modo evitamos cualquier tipo de potencial injusticia ambiental.

¿Qué otras medidas se pueden tomar para enfriar las ciudades?

Otras acciones que deberían ser combinadas con la plantación de árboles son la introducción de techos y paredes verdes, el reemplazo de superficies impermeables como el asfalto por materiales más permeables o, idealmente, por vegetación, el uso de colores claros en las edificaciones y la promoción de la reducción del tráfico motorizado.

Todas estas medidas en conjunto contribuyen a crear ciudades más inteligentes, sostenibles y resilientes al cambio climático; disminuyendo las temperaturas locales y la contaminación atmosférica, reduciendo el consumo energético, potenciando otras funciones ecosistémicas de los árboles y vegetación como la regulación del agua, la promoción de la biodiversidad y la protección de la erosión de los suelos.

Las ciudades son sistemas complejos y para abordar sus desafíos necesitamos poner a las personas en el foco del diseño urbano

¿Qué deberían hacer las ciudades para mejorar esta situación?

Con nuestro estudio hemos generado evidencia que facilita y promueve la toma de decisiones en este ámbito. Además, alentamos a que cada ciudad adapte los objetivos y las estrategias de acuerdo a sus condiciones locales utilizando nuestra propuesta como guía.

Creo que hay muchas ciudades que ya han comenzado a tomar acciones como por ejemplo Barcelona con las Supermanzanas y los Ejes Verdes, París con las ciudades de los 15 minutos o Londres con los Low-traffic-neighbourhoods entre otras. Estas iniciativas locales ya han demostrado beneficios, con lo cual toca seguir profundizando y mejorando estos modelos y desplegarlos por toda la ciudad. Así toda la población puede beneficiarse de los mismos. Evidentemente, las ciudades son sistemas complejos y para abordar sus desafíos necesitamos enfoques sistémicos y holísticos que pongan a las personas en el foco del diseño urbano.

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