Contaminación y falta de espacios verdes: mayor riesgo de TDAH

Un equipo científico del ISGlobal ha concluido que la contaminación y la falta de espacios verdes suponen factores de riesgo de padecer TDAH.

Vivir en áreas con más porcentaje de zonas verdes reduce el riesgo de padecer TDAH, mientras que vivir en zonas con altos niveles de contaminación puede aumentarlo. Crédito: imagen de David Vives en Unsplash

Una nueva investigación realizada por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha observado que los niños y niñas que sufren una mayor exposición a altos niveles de contaminación tienen un 62% más de probabilidades de sufrir TDAH. El mismo estudio también ha concluido que, por el contrario, una mayor exposición a espacios verdes reduce el riesgo de sufrir este trastorno en un 50%.

El TDAH afecta a un 5-10% de la población infantil y juvenil, siendo uno de los trastornos neurodegenerativos más frecuentes. Por ello, el equipo investigador analizó datos de 37.000 niños y niñas de Canadá y midió el porcentaje de vegetación en los barrios, los niveles residenciales de los contaminantes NO2 y PM2,5 y los niveles de ruido. Con ello, pretendían estudiar la asociación entre la exposición a estos factores ambientales durante los primeros años de vida y el posterior desarrollo de TDAH.

Los resultados del estudio mostraron que una mayor exposición a contaminación conllevaba un aumento en el riesgo de TDAH. Concretamente, cada 2,1µg de aumento en los niveles de PM2,5, aumentaba en un 11% el riesgo de sufrir el trastorno. En cuanto a los espacios verdes se observó la asociación contraria. Un aumento del 12% en el porcentaje de vegetación supuso una reducción del 10% del riesgo de TDAH. Con el resto de factores ambientales (NO2 y ruido) no se encontró ninguna asociación.

«Los resultados obtenidos deberían tenerse en cuenta para una planificación urbana más saludable»

Matilda van den Bosch

Matilda van den Bosch, líder y autora principal del estudio, explica que “existe una desigualdad ambiental que hace que los niños y niñas se enfrentan a un riesgo desproporcionadamente mayor”. Y añade que “las asociaciones que hemos encontrado son modificables. Por eso, los resultados obtenidos deberían tenerse en cuenta para una planificación urbana más saludable”.

Además, otro estudio reciente de ISGlobal de 300 niños italianos concluyó que una mayor exposición a la vegetación (es decir, vivir y estudiar cerca de áreas verdes) se asocia con niveles más bajos de estrés oxidativo.

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