Sesgos de género y racialización en medicina y en inteligencia artificial aplicada a la salud

Francisca Casas-Cordero (ISGlobal) nos habla sobre la mesa redonda en el PRBB que unió vivencias, experiencia clínica y reflexión sobre algoritmos, para evidenciar cómo se construyen (y se pueden desmontar) los sesgos de la investigación y atención en salud.

Las tres ponentes de la mesa redonda en el PRBB, organizada por ISGlobal, Bioinfo4Women, el BSC-CNS, PRISMA, el PRBB y los proyectos europeos INCLUDE y AHEAD, en el marco del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres.

El pasado 28 de mayo, en el marco del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, se celebró en la sala Marie Curie del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) una mesa redonda sobre sesgos de género y racialización en la investigación biomédica y la inteligencia artificial. La actividad formó parte de la Women’s Health Awareness Week (WHAW). El encuentro fue organizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el proyecto europeo INCLUDE, con la colaboración del programa Bioinfo4Women del Barcelona Supercomputing Center (BSC-CNS), PRISMA, el PRBB y el proyecto europeo AHEAD.

La mesa reunió a tres ponentes cuyas trayectorias dialogan desde distintos lugares de saber:

  • la artista multidisciplinaria Maisa Sally-Anna Perk
  • la médica y referente en medicina con perspectiva de género Carme Valls-Llobet
  • la experta en inteligencia artificial aplicada a salud Paula Petrone.

Como anfitrionas del encuentro contamos con Clàudia Fernández y Francisca Casas-Cordero de la Unidad de Cultura Científica de ISGlobal. El cruce entre experiencia vivencial, trayectoria clínica y mirada tecnológica permitió tejer una conversación compleja, situada y a la vez accesible sobre cómo los sesgos estructurales por ejemplo —de género, raza, clase y edad— afectan a la investigación, el diagnóstico y la atención médica.

Tres visiones, una realidad

Las intervenciones pusieron sobre la mesa la persistente invisibilización de condiciones crónicas en mujeres, como el Trastorno Neurológico Funcional (TNF) o la endometriosis, y cómo estos diagnósticos son minimizados o directamente descartados por la medicina tradicional. La dimensión emocional, el dolor y el cuerpo como campo de disputa fueron reivindicados desde el testimonio de Maisa Sally-Anna Perk, que denunció el abandono institucional que sufren muchas mujeres con condiciones poco reconocidas.

Carme Valls-Llobet, por su parte, evidenció cómo décadas de investigación androcéntrica han construido un conocimiento sesgado: con modelos animales y cultivos celulares masculinos, ensayos clínicos que excluyen a mujeres, así como la infrarrepresentación de variables como el ciclo menstrual, la carga de cuidados o la exposición a disruptores endocrinos. Denunció además la medicalización del malestar femenino como estrategia de silenciamiento estructural.

La organización sanitaria actual sigue siendo androcéntrica e intolerable para pacientes y profesionales. Durante décadas, la medicina ha medicalizado el malestar de las mujeres en lugar de investigarlo.
Carme Valls-LLobet


Paula Petrone, desde su experiencia en ciencia de datos, mostró cómo estos sesgos se trasladan —y amplifican— en los sistemas de inteligencia artificial (IA). La falta de datos diversos y bien etiquetados, la omisión de variables clave (como sexo, género o raza) y el entrenamiento de algoritmos con bases homogéneas generan herramientas que perpetúan desigualdades. Esto puede generar resultados inexactos o incluso peligrosos para poblaciones subrepresentadas. A pesar de ello, tiene una visión optimista, defendiendo el potencial transformador de la IA si se diseña desde una perspectiva crítica, interseccional y situada.

Nosotras queremos desarrollar algoritmos que sean precisos, eficientes, confiables y equitativos. Yo creo que esto se puede lograr, y estamos en ese camino.
Paula Petrone

La intervención de las personas asistentes profundizó la conversación: ¿Cómo incorporar las experiencias cualitativas de pacientes y personas usuarias en los modelos algorítmicos? ¿Qué papel puede jugar la IA en procesos de autogestión de la salud cuando el sistema sanitario falla? También se discutió sobre el rol de las comunidades de pacientes, la necesidad de integrar saberes encarnados en la investigación, y la urgencia de repensar la formación médica

El encuentro contó con 50 personas entre investigadoras en salud y tecnología, profesionales sanitarias, estudiantes de doctorado y activistas feministas. La diversidad de trayectorias y experiencias presentes enriqueció el diálogo y mostró una demanda colectiva por espacios que integren ciencia con otras disciplinas y con vivencias personales. 

Más que generar respuestas, esta mesa redonda contribuye a seguir pensando en las formas de pensar la salud, la evidencia y la tecnología. Nos recordó que las experiencias y los datos invisibilizados —con respecto a las mujeres, personas racializadas, personas enfermas o no normativas— no son anecdóticas, sino ejes fundamentales para una investigación no solo más justa sino también más pertinente y eficaz para la diversidad de lo humano.

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