Reinterpretar la historia de los Balcanes con el estudio de los genomas

Un estudio que integra genética y arqueología reinterpreta la historia de los Balcanes e identifica la migración bárbara de mayor impacto genético en el primer milenio.

Carlos Lalueza-Fox, investigador del IBE, nos recibe en el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, que dirige.

El Instituto de Biología Evolutiva (IBE: CSIC-UPF) y la Universidad de Harvard han coliderado un estudio que caracteriza por primera vez la historia genómica de los Balcanes entre la época del Imperio Romano y el siglo XI. Identifica la migración bárbara de mayor relevancia en este período. En el estudio han participado también la Universidad del País Vasco, la Universidad de Western Ontario y la Universidad de La Rioja.

El estudio propone un modelo para integrar el análisis de datos genéticos y arqueológicos. A través de este modelo, describe los flujos migratorios que durante el primer milenio configuraron la ancestralidad de los Balcanes. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente se produjo una fuerte migración a esta zona de poblaciones genéticamente similares a las actuales poblaciones eslavas.

“Es un fenómeno masivo. Hablamos de la migración bárbara que probablemente tiene un mayor impacto genético en este período”

Carles Lalueza-Fox, IBE: CSIC-UPF 

El análisis también muestra otros flujos migratorios que demuestran que la zona fue un nudo de cruce de culturas. En el primer milenio se produjeron migraciones a los Balcanes de poblaciones de la península de Anatolia y esta ancestralidad se ha detectado en los yacimientos romanos de Serbia. Incluso se han encontrado genomas de 3 individuos de ascendencia africana, que transmiten la idea de un Imperio Romano diverso y cosmopolita. “Es un fenómeno masivo. Hablamos de la migración bárbara que probablemente tiene un mayor impacto genético en este periodo”, explica Carles Lalueza-Fox, uno de los autores del estudio.

A la izquierda, representación del Grupo genético de los Balcanes del primer milenio de la Era Común (EC) que aparece en el artículo publicado. Crédito a: Pablo Carrión e Iñigo Olalde.
A la derecha, mapa político actual extraído de D-maps.com.

Las poblaciones balcánicas actuales presentan una influencia genética eslava de entre un 30 y un 60%. Además, esta influencia se distribuye de norte a sur y no coincide con la actual distribución geopolítica y cultural. El hallazgo abre una interesante reflexión sobre los mecanismos de construcción cultural e identitaria de los pueblos en una zona que ha vivido muchos conflictos en los últimos siglos.

Hemos hablado con Lalueza-Fox de todo esto y sobre cómo la genética puede colaborar con otras ciencias, como la arqueología y la historia, para reconstruir nuestro pasado. También nos explica cómo la búsqueda de conocimiento ha promovido una colaboración intercultural muy interesante entre equipos científicos serbios y croatas.

La genética y la arqueología se dan la mano

Lalueza-Fox y Miodrag Grbic, biólogos, se conocieron en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) e iniciaron en Serbia el estudio genético de los Balcanes. Gracias a la colaboración con arqueólogos que trabajan en la antigua ciudad romana de Viminacium, en la actual Serbia, han logrado muestras genéticas de poblaciones antiguas de la zona. «En este trabajo hemos hecho un esfuerzo por poner en contacto a genetistas, arqueólogos e historiadores», comenta Lalueza.

«Los resultados genéticos ayudan a ir más allá en las interpretaciones del registro arqueológico. Los datos genéticos son más objetivos en el sentido de que cualquier genetista, con los mismos datos, llegaría a la misma conclusión.”

Carles Lalueza-Fox, IBE: CSIC-UPF 

Estas muestras deben compararse con genomas de las poblaciones actuales. En el caso de Serbia, los investigadores han genotipado también a sus habitantes actuales. Se trata de una población de la que no se tenían datos a causa del aislamiento político que ha sufrido la región desde la guerra de los Balcanes.

Más tarde decidieron abrir el estudio a toda la zona de los Balcanes y se unió al equipo David Reich, de la Universidad de Harvard. Han analizado 136 genomas antiguos y han identificado varios fenómenos migratorios importantes. En primer lugar, de poblaciones de Anatolia y, más tarde, de poblaciones de Europa central, Europa del norte y de la estepa. Después, llegado el fin del Imperio Romano de Occidente, se observa la migración a gran escala de las poblaciones eslavas. Se confirma así un período de migraciones de grupos humanos étnicamente diversos que se ha conocido como las migraciones “bárbaras”.

«Los resultados genéticos ayudan a ir más allá en las interpretaciones del registro arqueológico. Los datos genéticos son más objetivos en el sentido de que cualquier genetista, con los mismos datos, llegaría a la misma conclusión. Eso sí, la interpretación debe realizarse con conjunción con datos arqueológicos e históricos”, comenta Lalueza-Fox.

Aunque confiesa que la discusión de sus resultados ha generado algún caso aislado de conflicto por motivos identitarios, el investigador nos explica que la colaboración entre los equipos de arqueólogos y biólogos croatas y serbios ha funcionado muy bien. Cree que es un ejemplo de cómo la ciencia puede hacer colaborar a personas de países con historias de conflicto.

Los genes nos cuentan otra historia

La zona de los Balcanes es un territorio complejo en cuanto a la diversidad cultural de las poblaciones y países que la forman. Ha sido una zona sometida a muchos episodios sangrientos en los últimos siglos debido a luchas de poder y reivindicaciones nacionalistas basadas en mecanismos identitarios. Lalueza-Fox nos recuerda una cita de Winston Churchill: «La región de los Balcanes tiene la tendencia de producir más historia de la que puede digerir».

«La región de los Balcanes tiene la tendencia de producir más historia de la que puede digerir.»

Winston Churchill  

Los serbios se consideran los eslavos del sur y se sienten más hermanados con los rusos que el resto de las regiones. Son ortodoxos y su lengua es de origen eslavo. Otras regiones, como Croacia o Rumanía, reivindican su herencia latina y mediterránea, que permea aspectos culturales propios como la lengua y la religión.

Pero este estudio muestra cómo, a nivel genético, las influencias eslavas y mediterráneas se encuentran por todo el territorio. «No hay una gran diferencia genética entre serbios y croatas, más bien las diferencias se dan en sentido norte-sur», explica Lalueza. Esto contrasta con las diferencias culturales que estos dos países han desarrollado por motivos históricos y que los han abocado al conflicto durante mucho tiempo. Los datos genéticos muestran que tanto unos como otros son aproximadamente mitad eslavos y mitad mediterráneos.

La migración eslava entre los siglos VI y XI representa entre el 30 y el 60% de la ancestralidad de las poblaciones de la zona de los Balcanes. La influencia eslava es mayor en las poblaciones del norte, como Serbia y Croacia, y disminuye a medida que avanza hacia el sur. En la Grecia continental representa entre un 30 y un 40% y llega hasta las islas griegas, donde puede llegar a un 20%.

«No hay una gran diferencia genética entre serbios y croatas, más bien las diferencias se dan en sentido norte-sur»

Carles Lalueza-Fox, IBE: CSIC-UPF 

Los mecanismos de construcción de la identidad son complejos y se basan en muchos factores como los factores sociales, históricos y culturales. El estudio genético de la ancestralidad de los pueblos añade una capa para la reflexión y puede ayudar a enriquecer las interpretaciones históricas de otros registros, como el registro arqueológico. Una interpretación histórica de los genomas puede ayudar a entender el pasado, puesto que los estudios genéticos pueden informar de aspectos sociales como las migraciones, el poder o la desigualdad. Lalueza-Fox explora precisamente esta perspectiva en su último libro de divulgación titulado Desigualdad. Una historia genética (Editorial Crítica, 2023).

Quizás el análisis genético puede ayudar a combatir algunas ideas alejadas de los valores de convivencia, como ideas racistas fundamentadas en épicas históricas que podemos reinterpretar con este tipo de datos.

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