Extracto del discurso de Tomás Marquès-Bonet, director del Instituto de Biología Evolutiva (IBE: CSIC-UPF), durante la celebración del décimo aniversario de la institución.
Estimados colegas, queridos amigos, compañeros. Aquí estamos, 10 años después.
Es un placer celebrar nuestro 10º aniversario. Para ser precisos: es un placer que el IBE exista y es un honor ser parte de él.
Ante todo, somos científicos
Somos pequeños. Solo 23 grupos de investigación, algo más de 120 científicos (jóvenes y no tan jóvenes) y con más de 200 proyectos de investigación desarrollados en nuestro centro a lo largo de estos años. Aún así, nuestra organización se diseñó a imagen y semejanza de los mejores centros en nuestro intimidante vecindario (¡muchas gracias por la inspiración a los socios fundadores!). Estamos distribuidos en 5 programas científicos:
- Biodiversitat Animal y Evolución (la ciencia de describir la variación de la vida)
- Genómica comparativa y computacional (la ciencia de aprender de las diferencias entre especies).
- Functional Genomics and Evolution (la ciencia del aprendizaje sobre cómo funciona la evolución).
- Population Genetics (la ciencia de las semejanzas y diferencias humanas).
- Sistemas complejos (la ciencia de los mecanismos que gobiernan la evolución).
Durante estos 10 años, hemos hecho ciencia en circunstancias extremadamente difíciles. Para ser honestos: los últimos 10 años han sido, y siguen siendo, una lucha continua; una lucha permanente con 2 sedes diferentes y dos instituciones. Luchando por un proyecto, luchando por un objetivo. Por ellos debemos sentirnos especialmente orgullosos de nuestros logros en los últimos 10 años.
10 años de muchos y variados logros
Los números no definen la ciencia. La dictadura de los números no debe gobernar la investigación, pero también es cierto que las agencias de financiación todavía dependen de esos números, y aunque nuestra ciencia está por encima de éstos, estoy extremadamente orgulloso de compartir las cifras que definen nuestra producción científica. Y claramente destacan por su excelencia en la mayoría de los estándares.
Hemos conseguido 4 becas ERCs (¡con solo 23 investigadores principales!), 5 investigadores ICREA, un gran éxito atrayendo a jóvenes científicos, tanto nacionales como internacionales, muchos premios y una participación muy clara en las principales revistas científicas, con más de 3 artículos al año en revistas de biología evolutiva del más alto nivel.
En 10 años hemos publicado 35 artículos en Nature, Science y Cell, 7 de ellos dirigidos por nuestros investigadores. Soy plenamente consciente de que las principales revistas no representan una mejor ciencia exclusivamente, y de hecho algunas áreas son más atractivas para otras desde una perspectiva editorial, pero es importante mostrar que dentro del IBE trabajamos muy duro a todos los niveles para estar presentes y ser influyentes incluso en estas áreas altamente competitivas. Quiero reconocer a estos grupos por inspirarnos a la mayoría de nosotros en el IBE.
Pero nuestro esfuerzo e impacto deben ir más allá de las publicaciones. De hecho, hemos sido muy activos en la descripción de nuevos taxones (¡más de 150 nuevas especies, subespecies y géneros!), ya que todavía hay muchas especies por caracterizar y describir. También destacaría especialmente el compromiso que tenemos con la conservación y nuestros esfuerzos para preservar la biodiversidad. Como ya sabéis, estamos en medio de una sexta extinción masiva. La salud planetaria influye en nuestra salud como especie y, por tanto, me siento especialmente orgulloso de los esfuerzos que está realizando la Universidad Pompeu Fabra (UPF) para promover el Bienestar Planetario. Junto con otros socios – el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Laboratorio Europeo de Biología Molecular – Barcelona (EMBL) en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB), así como el Zoológico de Barcelona, el BIST y muchos otros -, estamos en una posición privilegiada para liderar uno de los muchos esfuerzos globales para revertir patrones que pronto no podrán ser mitigados. Nuestro instituto, el IBE, tiene un papel importante en esta misión global y ambiciosa: estudiar, preservar y restaurar la Biodiversidad.
Y hay más, mucho más. Realmente creo que en los últimos 10 años hemos logrado bastantes cosas:
- hemos crecido científicamente, de 15 grupos iniciales a 23 grupos en la actualidad;
- hemos obtenido financiación de las agencias más prestigiosas;
- hemos cultivado buenas prácticas científicas y sociales;
- hemos construido lazos constantemente con la sociedad.
- Y por último, pero no menos importante, hemos sido muy activos en temas sensibles como la igualdad de género y la diversidad (¡gracias a Elena Casacuberta e Iñaki Ruiz-Trillo!).
Por todo esto, deberíamos estar muy orgullosos. Y sé positivamente que compartimos ese orgullo con nuestras instituciones madres, la UPF y el CSIC, que comparten nuestro compromiso con la ciencia excelente y apasionada.
No ha sido fácil – y seguirá sin serlo – pero hoy celebramos que, a pesar de las dificultades, nosotros renovamos nuestro compromiso con la ciencia. Trabajando, una vez más, para conseguir nuestro propio edificio, con la esperanza de que podamos investigar juntos en un solo espacio y crecer para hacer una ciencia aún mejor.
Dentro de 10 años, cuando estemos en nuestra nueva sede y bajo el mando de un nuevo director o directora, ella o él podran agradecer a nuestros fundadores su apoyo y aliento. Y podremos agradecer a una nueva generación de científicos sus contribuciones a este ambicioso y vital proyecto planetario que llamamos ciencia. Mientras tanto, sin embargo, permitidpermitidmeme darle las gracias a todos los que forman parte del IBE hoy, por todo lo andado juntos en los últimos 10 años. Y también darles las gracias, sobre todo, por toda esa ciencia que queda por hacer y que, estoy seguro, haremos juntos.
Muchas gracias a todos.