El coronavirus ha acelerado el proceso científico como nunca antes

Una reflexión sobre cómo esta pequeña partícula ha acelerado la investigación y la publicación científica como nada antes; y lo que significa en términos de potencial desinformación e incertidumbre.

Nunca antes habíamos visto los resultados de la investigación publicarse tan rápidamente como con el coronavirus. Pero esto conlleva potenciales riesgos.

Nunca antes habíamos visto los resultados de la investigación publicarse tan rápidamente como con el coronavirus. Pero esto conlleva potenciales riesgos.

El nuevo coronavirus, Sars-Cov-2, ha cambiado el mundo de la investigación. Y no me refiero tan solo al hecho de que muchos laboratorios hayan redirigido su investigación hacia esta nueva amenaza, sino también a la forma como se hace la ciencia – y sobretodo como se comunica.

Como funciona normalmente la investigación

El proceso científico requiere tiempo – mucho tiempo. Primero tu y tus colaboradoras y colaboradores (porque la ciencia nunca se hace de forma individual) tenéis una hipótesis, pensáis y diseñáis algunos experimentos y, si conseguís financiación, comenzáis a experimentar. Esta fase de experimentación puede durar de meses a años. Una vez tenéis los resultados, los intentáis publicar en una revista científica. Esta fase depublicar‘ también puede tardar, con el actual sistema de publicaciones científicas, hasta un año o más. Y una vez publicado – a no ser que lo hayáis publicado en acceso abierto – pueden pasar entre 6 meses y un año hasta que el artículo esté disponible para todos.

Gran parte de la comunidad científica ha estado diciendo durante años que este proceso es muy ineficiente. Es terriblemente lento y, aunque nunca es una buena idea acelerar la investigación a la fuerza, al menos la fase de publicación, una vez obtenidos los resultados, podría y debería de ser mucho más rápida. La actual crisis causada por el nuevo coronavirus ha conseguido precisamente esto.

La actual crisis causada por el nuevo coronavirus ha conseguido acelerar el proceso de publicación científica como nada lo había conseguido acelerar antes.

Publicación express en tiempos de crisis

Con este enemigo invisible extendiéndose por todo el mundo a una velocidad sin precedentes, la comunidad científica ha intensificado sus esfuerzos para hacerle frente.

Por una parte, muchas editoriales han acelerado al máximo posible su proceso de revisión por pares.

Pero muchos avances científicos relacionados con el Sars-Cov-2 y la Covid-19 están llegando al público todavía más rápido. Muchos están siendo publicados como preprints. Estos son artículos de investigación que no han pasado por la obligatoria revisión por pares que normalmente ‘valida’ los resultados antes de que sean publicados en una revista científica. Publicar un preprint, por lo tanto, permite que los resultados lleguen al público mucho más rápido – normalmente tan sólo se necesitan 48h para subir el manuscrito al servidor de preprints, después de una revisión superficial. Y el público al que llega no es tan solo el resto de la comunidad científica, sino también periodistas o incluso el público general. Y esto, que en principio es positivo, tiene también el potencial de acarrear consecuencias nocivas.

Los preprints son artículos científicos que no han pasado por la obligatoria revisión por pares que normalmente ‘valida’ los resultados antes de que sean publicados en una revista científica.

Peligro de desinformación

Sin el control de la revisión por pares, y con los resultados accesibles a cualquier persona, los preprints de baja calidad pueden terminar propagando desinformación, como sucedió con la teoría conspirativa de que el nuevo coronavirus podría haber sido generado artificialmente en China. Y la desinformación y las noticias falsas (fake news) pueden propagarse aún más rápido que el propio virus.

Este riesgo de desinformación ha hecho que algunos servidores de preprints, tales como bioRxiv, hayan subido el listón de lo que permiten publicar. También ha llevado a la creación de una campaña contra la desinformación en temas de salud, que pide a los gigantes tecnológicos y las plataformas de redes sociales que aborden de una vez por todas el problema de las fake news y eviten su propagación viral. El CIR-CAT (el Comitè per a la Integritat de la Recerca a Catalunya) ha hecho pública también una declaración donde llama a todos los actores – tanto de la política como la comunidad científica y los medios de comunicación – a hacer todo lo posible para asegurar la calidad y la integridad científica de la investigación y la comunicación relativa a la Covid-19.

Navegando por un mar de preprints

Otras iniciativas están apareciendo para ayudar a la comunidad científica, a periodistas y a lectores o lectoras interesadas, a navegar en este mar de información sobre el coronavirus que crece exponencialmente.

Teniendo en cuenta que, hace tan solo unos meses era un virus desconocido, el nuevo coronavirus se ha convertido en el centro de atención en tiempo récord. Las primeras publicaciones sobre el Sars-Cov-2 aparecieron en enero, con tan solo una docena de artículos publicados a finales de mes. Ahora, estamos viendo unos 2000 artículos publicados cada semana sobre este virus.

Para ayudarnos a mantenernos al día de todo este nuevo conocimiento, y para ayudar a encontrar significado a esta miríada de artículos no revisados por pares, Nature y The Wellcome Trust han unido fuerzas para crear el “Outbreak Science Rapid PREreview”. Esta plataforma donde cualquier investigador o investigadora puede comentar sobre preprints de Covid19 y otras enfermedades emergentes, trata de encontrar un punto medio al problema. Los resultados de Covid-19 se publican rápidamente como preprints, sin una revisión completa, pero todos están contenidos en la misma plataforma donde el máximo de investigadores posible los validará.

ASAPBio, una iniciativa sin ánimo de lucro y dirigida por científicos y científicas para promover transparencia e innovación en la comunicación científica, también ha desarrollado una web muy útil, “Preprints and Rapid Communication of COVID-19 research”. Esta ofrece enlaces a recursos donde, no sólo se pueden encontrar preprints sobre la COVID-19, sino también plataformas que permiten una comunicación temprana, comentarios sobre la investigación, y otras iniciativas dirigidas a la transparencia que han aparecido para apoyar al progreso científico para hacer frente a esta pandemia.

Otro gran recurso de preprints en general, y que ahora tiene una sección actualizada específicamente relacionada con la Covid-19 es Prelights – podéis ver una entrevista sobre esta iniciativa en nuestro anterior post sobre preprints.

LitCovid, del NIH, es otra fuente de información sobre la Covid-19 que, en este caso, incluye tan solo artículos revisado por pares.

Trabajando con la incertidumbre

Y, a pesar de todos los esfuerzos, algunos de los preprints y artículos sobre la COVID-19 no superarán la prueba del tiempo. La ciencia siempre lidia con la incertidumbre, e incluso en las mejores condiciones, se publican artículos que, con el tiempo, resultan ser incorrectos.

En la actual pandemia, nuestro conocimiento científico sobre el coronavirus (como se transmite, como y hasta qué punto genera inmunidad) cambia cada día. La velocidad sin precedentes con la que se está llevando a cabo y se está publicando la investigación hace que sea mucho más probable que el público en general sea bombardeado con resultados contradictorios, o con consejos que parecen variar de un día para otro.

La información sobre el coronavirus en los medios de comunicación parece cambiar cada día. Pero los desacuerdos, debates e incluso contradicciones son parte del proceso científico; un proceso que ahora estamos viendo por primera vez en vivo y en directo.

Aunque esto puede parecer inquietante, estas contradicciones, desacuerdos y debates son parte del proceso científico. La única diferencia es que por lo general tienen lugar detrás del escenario, y el público en general sólo está expuesto a los resultados finales y, hasta cierto punto, consensuados. Hoy, por primera vez, observamos el desarrollo y la verificación de hipótesis científicas en tiempo real; estamos presenciando el proceso en vivo y en directo.

Todavía hay mucho que no sabemos sobre el coronavirus, pero cada día sabemos un poco más. Y aunque la verdad nunca es absoluta, y menos aún en tiempos de incertidumbre como los actuales, una cosa está clara: la ciencia es la única manera de acercarnos al máximo a ella.

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