Salvador Carranza es desde finales de abril el nuevo director del Instituto de Biología Evolutiva (IBE: CSIC-UPF). Sustituye a Tomàs Marquès-Bonet, quién ha dirigido el centro durante los últimos tres años.
Hablamos con los directores saliente y entrante para repasar los últimos años del centro y mirar hacia el futuro.
Tomàs Marquès-Bonet
¿Qué es lo que destacarías de tu etapa como director del IBE, a nivel personal?
Lo que más he aprendido durante estos años como director del IBE es valorar el trabajo que implican los cargos de gestión. Ahora ya no puedo estar en ninguna reunión o comité sin agradecer de manera infinita a la gente que dedica su tiempo a la gestión. Es duro, complicado e imposible contentar a todo el mundo. A mí, sin embargo, me ha aportado mucho a nivel personal para entender la complejidad y crudeza de las decisiones en las que crees.
He aprendido a valorar el trabajo que implican los cargos de gestión; es imposible contentar a todo el mundo.
¿Qué es, bajo tu punto de vista, lo mejor que se ha conseguido en este tiempo?
Estoy muy orgulloso de toda la etapa en sí misma. El anterior director, Xavier Bellés, había puesto, sin duda, las bases del proyecto, y a mí me tocó continuarlo intentando estar a su nivel, y a la vez buscar la consolidación del proyecto con un cambio de pesos de instituciones evidente. Obviamente, la celebración de los 10 años de la institución, que preparamos con la gerente (Anna Pérez) y los vicedirectores (Salvador Carranza y Elena Bosch), fue para mí el momento álgido y en el que me sentí, también, más emocionalmente implicado con lo que estamos construyendo.
¿Qué te gustaría haber hecho que no has podido hacer?
El IBE continúa partido en dos sedes, dos edificios muy cercanos pero distintos, el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) y el CMIMA. Mi lucha principal ha sido implicar al máximo nuestras instituciones para acabar consolidando el proyecto con una integración total dentro del proyecto de Bienestar Planetario de la UPF, dentro del proyecto del Mercado del Pescado, teniendo en consideración las instituciones de nuestro entorno. Obviamente, he aprendido que todos estos grandes proyectos son muy lentos y frágiles, pero que se debe luchar constantemente si se cree en ellos.
Salvador Carranza
¿Cuál es el mayor reto que ves como nuevo director del IBE?
A lo largo de los tres años que Tomàs Marquès ha estado al frente del IBE, ha sido capaz de impulsar la investigación y visibilidad de nuestro instituto, tanto a nivel nacional como internacional y, sobre todo, dar un paso gigante para consolidar el proyecto del edificio IBE. Mantener y, a ser posible, mejorar el nivel de investigación y visibilidad del instituto e impulsar de forma definitiva la construcción del edificio que tanto necesitamos para poder maximizar todo el potencial del IBE, será todo un reto.
Por otro lado, el IBE es ahora un centro con más de 120 trabajadores entre personal administrativo, técnico y científico de edades muy diferentes con varios intereses, objetivos y aspiraciones. El segundo gran reto será ser capaz de responder de forma adecuada a todo este personal tan diverso y conseguir que puedan desarrollar su trabajo de la mejor manera posible. Si conseguimos que los miembros del IBE se sientan orgullosos de trabajar y sobre todo de pertenecer a este instituto puntero en Biología Evolutiva, los éxitos a nivel científico estarán asegurados. Tanto Elena Bosch (vicedirectora) como yo trabajaremos para que esto suceda.
Si conseguimos que los miembros del IBE se sientan orgullosos de pertenecer a este instituto puntero en Biología Evolutiva, los éxitos a nivel científico estarán asegurados.
¿Qué temas te gustaría tratar y qué cambios te gustaría hacer?
Al tomar la posesión envié a todos los miembros del IBE el Plan de Dirección para los próximos cuatro años. Este plan incluye 14 puntos que abordan aspectos muy diversos tanto a nivel científico como administrativo. Entre los temas principales a tratar destacan:
- La atracción de nuevo personal científico-técnico.
- Intentar mejorar el equilibrio de género a nivel de líderes de grupo.
- Fortalecer la administración IBE y consolidar la unidad de comunicación.
- Revisar y mejorar los protocolos en materia de protección de riesgos laborales.
- Impulsar y reforzar la actividad de las comisiones de buenas prácticas, de diversidad, de mentoraje PhD y la comisión de estudiantes.
- Desarrollar estrategias que promuevan la comunicación y cohesión dentro del Instituto.
¿Cómo te imaginas el IBE en 5 años?
Me lo imagino con todos sus integrantes ahora separados en los edificios del CMIMA y el PRBB en un edificio singular propio en los antiguos espacios del «Mercat del Peix», dentro del proyecto de «La Ciutadella del Conocimiento». Este es un proyecto científico y urbanístico que prevé convertir el área de la Ciutadella en un nodo puntero de conocimiento científico en Europa para la investigación e innovación alrededor del bienestar planetario. Formar parte de este proyecto tan ambicioso como expertos en Biología Evolutiva es una oportunidad única para el IBE y una de las prioridades principales dentro del Plan de Dirección para los próximos años.