Desde el 2017, James Sharpe es el jefe de EMBL Barcelona, uno de los centros de investigación que acoge el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB). Nació en Londres, pero ha vivido en Santiago (Chile) y Edimburgo. Se trasladó a España hace 15 años y desde entonces vive en Sant Cugat con su familia.
Este artículo está adaptado de una entrevista publicada en El Periódico en colaboración con Barcelona Global el 12 de julio de 2021.
¿Por qué elegiste Barcelona?
Me trasladé a esta hermosa ciudad principalmente por una gran oportunidad científica: dirigir mi grupo de investigación dentro del Centro de Regulación Genómica (CRG), que está entre los mejores centros de investigación en biología molecular de España. Sin embargo, muchos otros factores también jugaron un papel importante. Siempre me ha atraído la cálida cultura abierta del Mediterráneo. Y la ubicación de esta ciudad es increíble: cerca de las montañas y del mar, a un paso de Francia y los Pirineos, y con el laboratorio literalmente al lado de la playa … ¿Qué más se puede pedir?
¿Qué aspectos de la ciudad destacarías como positivos?
Barcelona es una ciudad moderna, progresista e internacional. Es muy acogedora y abierta a los extranjeros. Ligeramente obsesionada consigo misma a veces, pero llena de tesoros: su cultura, arquitectura, gastronomía y sobre todo su gente. Y en cuanto a mis intereses, destacaría la fuerte masa crítica de científicos y científicas a nivel mundial aquí – muchos de los cuales de hecho han sido atraídos desde otros países, como yo. Por ello, EMBL optó por ubicar aquí su nueva unidad de investigación en 2018.
Barcelona tiene una fuerte masa crítica de científicos a nivel mundial; por ello, EMBL optó por ubicar su nueva unidad de investigación aquí, en el PRBB, en 2018.
¿En qué aspectos podría mejorar la ciudad?
Reconozco que siempre he vivido en el Vallès, pero cada día voy a trabajar en Barcelona (pre-Covid!) en transporte público. Creo que el tráfico en las calles del Eixample es uno de los grandes problemas de la ciudad (así como su estructura reticulada interminable y geométrica, que me recuerda uno de los cuentos de Borges: La biblioteca de Babel). Pero la ciudad es consciente y ha tomado medidas importantes para reclamar más espacio para los peatones y el verde, por ejemplo, con el proyecto de las supermanzanas.
Cuéntanos más sobre la investigación realizada en EMBL Barcelona.
Nos centramos en la biología de tejidos y el modelado de enfermedades. El cuerpo humano es mucho más que la suma de sus células. Depende mucho de cómo interactúan entre ellas, química, física y dinámicamente para formar tejidos sanos y enfermos. En EMBL Barcelona, vamos más allá de la escala molecular y celular para hacernos preguntas como: ¿Cómo se autoorganizan miles de células para crear tejidos y órganos? ¿Por qué a veces esto sale mal y provoca defectos congénitos? Como podríamos reparar los tejidos dañados? ¿Por qué un vaso sanguíneo eficiente depende de las interacciones entre varios tipos de células? ¿Cómo atacan las enfermedades infecciosas en los tejidos? ¿Podemos diseñar tejidos sanos o nuevos en el laboratorio? ¿Cómo influyen las propiedades físicas de los tejidos en su dinámica? ¿Podemos ir más allá de los modelos animales y utilizar tejidos bio-diseñados para desarrollar tratamientos para enfermedades como el cáncer o la malaria? Para abordar estas cuestiones, utilizamos un enfoque muy interdisciplinario, con personas expertas en ingeniería de tejidos, biología molecular, imágenes mesoscópicas en 3D, organoides, circuitos génicos y modelos informáticos. Esto nos permite estudiar varios problemas como la malaria, el cáncer y cómo se forman los órganos. Y lo hacemos colaborando con varios centros, tanto dentro del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB), como el Centro de Regulación Genómica (CRG) o el Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud, Universidad Pompeu Fabra (DCEXS-UPF), como con centros externos, como el IBEC y el CSIC.
¿Qué valor añadido aporta que EMBL Barcelona esté en el PRBB?
Tenemos la gran suerte de formar parte de la comunidad PRBB. Además de estar en un lugar privilegiado de la ciudad, disfrutamos de una masa crítica de científicos de clase mundial en el edificio (1500 personas dedicadas a la investigación biomédica). Es increíble. La ciencia, como la vida en general, tiene éxito gracias a la colaboración y el esfuerzo de la comunidad, de manera que el PRBB es el hogar perfecto para EMBL Barcelona. Desde el 2018, hemos iniciado varios proyectos con compañeros y compañeras de otros institutos que crecerán en los próximos años.
«Con un lugar privilegiado en la ciudad y una masa crítica de científicos y científicas de clase mundial en el edificio, el PRBB es el hogar perfecto para EMBL Barcelona»
¿Qué esperas de Barcelona en los próximos años?
Debería ser una ciudad cada vez más centrada en la economía de la información, apostando por la investigación, como ya lo hace con su Plan de ciencias. Ha de aprovechar su gran punto de partida y esforzarse por convertirse en un centro mundial de centros de investigación que generen conocimientos científicos apasionantes y novedosos. No se trata sólo de explotación de datos, sino también de crear nuevos tipos de experimentos que puedan generar nuevos conocimientos para desvelar los misterios fundamentales de la vida. Este tipo de ciencia básica impulsará las revoluciones biológicas del siglo XXI, y es fundamental para hacer frente a los problemas ambientales y los retos de salud del futuro.
¿Cómo puede contribuir EMBL al desarrollo de la ciudad?
Hoy en día, los problemas más importantes a resolver son globales. La pandemia y el cambio climático son ejemplos de retos que ningún país puede resolver solo. EMBL es intrínsecamente y fundamentalmente internacional, ya que está formado por 27 países europeos. Con EMBL en Barcelona, damos un impulso a la conexión entre la ciencia local y el resto de Europa, aportando más personal científico y colaboraciones para poder afrontar los retos más importantes juntos.
¿Cuál consideras que es tu ciudad?
Curiosamente, no tengo una ciudad que considere «mía». Soy una persona internacional, con una familia muy internacional. Mis hijos han crecido aquí, van a escuelas locales y hablan catalán, castellano e inglés; yo soy del Reino Unido y mi mujer de Croacia. Después de 15 años aquí, siento que Barcelona es tanto «mi ciudad» como cualquier otra.