Macarena Toll-Riera (IBE): una vida estudiando la evolución

En esta entrevista, Macarena Toll-Riera, jefa del grupo de microbiología evolutiva (IBE: CSIC-UPF), habla de su carrera científica, de su interés por la evolución y de temas transversales como la mujer en la ciencia y la sostenibilidad.

Macarena Toll-Riera con miembros de su laboratorio en el IBE (CSIC:UPF).

Después de 12 años en Zurich, Macarena Toll-Riera ha vuelto al Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB). Aquí, hizo su doctorado en el grupo de Mar Albà (Hospital del Mar Research Institute). En septiembre de 2024 vino al Instituto de Biología Evolutiva (IBE:CSIC-UPF), otro de los centros del PRBB, como investigadora principal del grupo de investigación en microbiología evolutiva. Aquí seguirá el trabajo que comenzó en ETH Zurich, donde montó su grupo en 2019 con una beca PRIMA que potenciaba a las mujeres investigadoras que demostraban un gran potencial para obtener una cátedra.

¿Cómo llegaste a la ciencia?

Vengo de una familia de tradición científica, así que ya desde pequeña me interesaba entender el porqué de las cosas.

¿Y al campo de la evolución?

Cuando empecé a estudiar biología en el bachillerato, descubrí que me fascinaba la evolución. Desde los dieciséis años, tenía clarísimo que era eso lo que me gustaba. De hecho, el trabajo de investigación de secundaria lo hice sobre la evolución de los primates.

¿Has tenido ningún punto de inflexión en tu carrera investigadora?

Durante el penúltimo año de la tesis fui a un congreso muy grande de evolución. Asistí a una charla que me hizo descubrir la evolución experimental, que permite evolucionar bacterias en el laboratorio y estudiar cómo se van adaptando. Toda mi investigación hasta ese momento había sido computacional, pero recuerdo el momento de estar en el seminario y pensar “esto me gusta, quiero hacer el postdoc de esto”. Salí emocionadísima. Creo que no me había pasado nunca esto de estar tan emocionada con lo que estaba escuchando. Uno de los grupos que trabajaba en este campo estaba en Oxford y cuando salió la oferta de una plaza allí no me lo pensé. La pedí y me la dieron.

Después de Inglaterra te fuiste a Zúrich; ¿por qué decidiste volver a Barcelona?

Por la familia, por estar más cerca. Ya llevaba doce años en Zúrich y un año en Oxford. Además, mis hijas se estaban haciendo mayores y quería que crecieran arraigadas aquí.

Y viniste al IBE…

Tuve la opción de volver hace 6 años con una beca Ramón y Cajal, pero al mismo tiempo me dieron la beca PRIMA para empezar mi grupo en la ETH y decidí rechazar la Ramón y Cajal y quedarme unos años más en Zúrich. Tenía muchas ganas de hacer el proyecto que había escrito para la PRIMA, y queríamos disfrutar unos años más de las montañas suizas. En el año 2023 me volvieron a conceder la Ramón y Cajal, y esta vez las condiciones eran mejores, especialmente en cuanto a la financiación para llevar a cabo mis proyectos. Esta vez decidimos volver. También me han concedido una Consolidación Investigadora y con un postdoc nos han dado la beca Juan de la Cierva.

¿Ha venido tu grupo contigo?

No. Yo ya tenía en mente volver a Barcelona cuando me dieron la beca PRIMA así que ya planifiqué la búsqueda de los diferentes miembros para dejarlo todo cerrado al marcharme. Los postdocs terminaron en agosto. Un estudiante de doctorado leyó la tesis en septiembre de 2024 y sólo queda otro en Zúrich que desde el principio sabía que yo me iría. Ya había preparado el terreno: le pusimos un co-supervisor en la ETH Zúrich, nos reunimos una vez a la semana. Defenderá la tesis este otoño.

Ahora mismo, mi equipo está formado por una lab manager (Alicia), una postdoc (Angélica), el estudiante de doctorado en la ETH Zurich (Gleb) y un estudiante de grado (Artemi). En septiembre se incorporará otro postdoc (Javier).

¿Qué ha sido lo más difícil de volver?

La burocracia. Aquí cualquier cosa requiere mucha burocracia, y este no era el caso en Zúrich. El proceso de contratación es más lento, la compra de equipos también… todo eso me ha retrasado la investigación.

Sobre el tema de conseguir proyectos, ¿qué es lo que más te cuesta de este proceso?

Pensar y escribir proyectos nuevos me gusta mucho. Pero me cuesta encontrar tiempo para ponerme. Comparativamente con Suiza, aquí pedir proyectos es más complicado: se tienen que rellenar más documentos se necesitan más firmas, hay fechas límite internas de los centros previas a las oficiales de las convocatorias… Allí era más simple.

Aquí también te has involucrado en temas de sostenibilidad…

Sí, me interesa mucho este ámbito, y me he incorporado a la Comisión de Sostenibilidad del IBE y también del PRBB. En ETH Zúrich había algunas iniciativas que creo se pueden implementar aquí para hacer una investigación más sostenible, como por ejemplo, priorizar siempre que se pueda el transporte en tren.

¿Algo más que quieras decir y que no te haya preguntado?

La importancia de la mujer en ciencia. Empezamos muchas y llegamos pocas a los puestos más altosEl PRBB es una excepción, ahora mismo hay una mayoría de mujeres jefas de grupo. Y también está el problema de la maternidad. El momento de convertirse en investigadoras principales coincide a menudo con cuando somos madres. En mi caso, me encontré montando un grupo de investigación durante la época del COVID, con una hija de dos años y un bebé acabado de nacer. De hecho, con algunas de las compañeras investigadoras de la beca PRIMA hemos escrito un libro que se acaba de publicar sobre mujeres en ciencia en Suiza, titulado «Women in Science: Experiences of Academics in Switzerland‘. El capítulo que he escrito yo se llama ‘Mums, Academia Needs you!’.

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