Berta Canal y Hector Huerga: «Nos sentimos privilegiados de haber aportado nuestro granito de arena contra la COVID-19, en este caso desde el Crick»

Hector Huerga Encabo y Berta Canal son dos ex-residentes del PRBB, actualmente haciendo un postdoc en el Francis Crick Institute de Londres. Han querido compartir con nosotros su experiencia durante la pandemia de la Covid19 y sus reflexiones sobre el papel de la ciencia.

Berta Canal y Hector Huerga dejaron hace poco el PRBB para continuar su carrera en el Crick Institute de Londres.

Hector Huerga Encabo y Berta Canal de Torres son dos ex-residentes del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB). Después de hacer sus doctorados en el Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud, Universidad Pompeu Fabra (DCEXS-UPF), han vuelto a coincidir, esta vez en el Francis Crick Institute de Londres, donde están haciendo un posdoctorado. Han querido compartir con nosotros su experiencia durante la pandemia del COVID-19 y sus reflexiones sobre el papel de la ciencia.


¿Cuántos de nosotros, investigadores de ciencia básica (o, en términos más precisos, ciencia fundamental), nos hemos preguntado alguna vez si nuestra investigación tiene un impacto real en solucionar los problemas de la gente?

En general, la investigación fundamental es la base que permite, a la larga, generar los «nuevos inventos», a pesar de que el mérito (y el beneficio económico) normalmente termine recayendo en los proyectos más aplicados. La investigación fundamental es a menudo poco agradecida desde una perspectiva económica pero, sin embargo, es de la investigación fundamental de donde se originan normalmente los grandes cambios de paradigma, y no de la investigación aplicada, que es más dirigida. Un buen ejemplo de ello es el sistema CRISPR, la revolución científica de la década, que se originó a partir de la investigación fundamental de un grupo en Alicante.

La pandemia del Covid-19 ha sido una oportunidad para clarificar la importancia de la ciencia en general, y en particular de la ciencia fundamental. El desarrollo de las vacunas de mRNA, así como el estudio de la evolución de variantes y del funcionamiento del ciclo vital y infectivo del virus son claros ejemplos de la importancia y del éxito de la investigación fundamental, que han permitido a los científicos y científicas de todo el mundo afrontar el reto de la pandemia en tiempo récord.

«La investigación fundamental ha permitido a los científicos y científicas de todo el mundo afrontar el reto de la pandemia en tiempo récord»

De las muchas lecciones que hemos podido aprender durante este último año, junto con la necesidad de cuidar y conservar los ecosistemas de nuestro planeta, podríamos destacar la necesidad de continuar (y aumentar) la inversión en infraestructuras y personal de investigación – con especial foco en la ciencia fundamental -, que han sido determinantes de cara a encarar la pandemia.

Es importante recordar como, sólo en los últimos 20 años, hemos presenciado la aparición de tres nuevos coronavirus; el SARS-CoV-1, el MERS-CoV y el SARS-CoV-2, todos causantes de graves enfermedades en humanos. Sin embargo, no hemos sido capaces de anticiparnos y promover estrategias para prevenir esta pandemia. Por ejemplo, una mejor coordinación entre la ciencia fundamental, los organismos de financiación, y la ciencia aplicada podrían permitir la creación de librerías públicas de nuevos antivirales y antibióticos que podrían ser claves para encarar futuros retos.

«En los últimos 20 años, hemos presenciado la aparición de tres nuevos coronavirus, causantes de graves enfermedades en humanos. Pero no hemos sido capaces de promover la investigación en estos organismos infecciosos sospechosos de causar futuras pandemias»

Complementariamente, la pandemia ha hecho patente otra característica muy importante de la ciencia y del personal investigador, que es la capacidad de adaptarse a situaciones cambiantes, reorientar los objetivos y colaborar. Muchos investigadores de todo el mundo hemos aprovechado nuestras capacidades y conocimientos para aportar nuestro granito de arena e intentar entender, frenar y revertir las consecuencias de esta pandemia.

La experiencia Londinense

El 23 de marzo de 2020, el Francis Crick Institute, al igual que el resto de Londres, cerró puertas debido a la situación de pandemia generada por el SARS-CoV-2. Pero, al igual que sucedió en otros centros de investigación, entre ellos los del PRBB, una parte de la investigación en el centro no paró, sino que se reorientó. Con el objetivo de ayudar al personal sanitario a mantener los hospitales en funcionamiento de una manera segura, trabajadores del Crick nos organizamos para montar un centro de testaje para el personal del NHS (el sistema sanitario británico). En cuestión de semanas, pusimos en marcha una red de testaje en el Crick que permitía, además de testar personal de múltiples hospitales de Londres, testar al propio personal investigador del Crick para que pudieran iniciar proyectos encarados a responder las múltiples preguntas sobre el nuevos virus: ¿cómo se transmite? ¿Cómo y qué células infecta? ¿Qué respuesta genera en diferentes personas? ¿Podemos identificar nuevos antivirales?

Nosotros, Hector y Berta, formamos parte del grupo de investigadores que iniciaron proyectos en el Crick con el objetivo de entender el virus y la Covid-19.

Hector Huerga Encabo

Yo hice mi doctorado en el laboratorio de Inmunología del DCEXS-UPF, bajo la dirección de Cristina Lopez Rodríguez y José Aramburu, estudiando la activación de la respuesta interferón tipo I (respuesta antiviral). En el Crick, desde mediados del 2019, estoy haciendo un posdoctorado en el laboratorio de Dominique Bonnet, centrado en las células madre hematopoyéticas.

En Marzo del 2020 inicié un proyecto para identificar qué células del sistema hematopoyético pueden ser infectadas con el SARS-CoV-2, y qué consecuencias pueden derivarse. Identificamos una población de eritrocitos que se infecta y cómo esto puede explicar la presencia de eritrocitos inmaduros en la sangre y causar anemia en los pacientes más severos.

Berta Canal de Torres

Yo hice mi doctorado en el laboratorio del Francesc Posas y Laia de Nadal también en el DCEXS-UPF, estudiando como la replicación y la transcripción se coordinan en situaciones de estrés. En el Crick, estoy haciendo un posdoctorado en el laboratorio de John Diffley, donde estudio aspectos esenciales del proceso de replicación del ADN.

Cuando el confinamiento comenzó, en mi laboratorio iniciamos un ambicioso proyecto en colaboración con otros grupos. El objetivo era producir los 9 enzimas que se conocen del virus, diseñar ensayos específicos, y hacer screens (cribados) para identificar inhibidores de los diferentes enzimas para identificar nuevos antivirales. Fuimos capaces de producir y cribar 7 de las enzimas, e identificamos múltiples inhibidores para las diferentes enzimas del virus, la mayoría de los cuales muestran propiedades antivirales en modelos celulares.

«Nos sentimos privilegiados de haber aportado nuestro granito de arena en la lucha contra la Covid-19, en este caso desde el Crick»

La pandemia está teniendo y posiblemente aún seguirá teniendo consecuencias terribles a nivel mundial. Esperamos que los esfuerzos globales en investigación en todo el mundo permitan encarar esta y futuras pandemias con mejores perspectivas. Nosotros, nos sentimos privilegiados de haber podido participar en estos proyectos de investigación desde el Crick y haber aportado nuestro granito de arena

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