Tres años después del Covid-19: ¿qué hemos aprendido?

El proyecto END-VOC, de tres años de duración y financiado con fondos europeos, tiene como objetivo mejorar la recopilación y el análisis de datos sobre el SARS-CoV-2 para identificar las amenazas actuales y futuras. Los consorcios se reunieron en el PRBB para celebrar su 3ª asamblea general.

Ibrahim Abubakar, investigador principal del proyecto END-VOC, en su visita al PRBB para la reunión del proyecto.

En mayo de 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de la COVID-19 como emergencia sanitaria mundial. Pero también subrayó que esto no significaba que la enfermedad dejara de ser una amenaza mundial.

De hecho, con un balance de casi 770 millones de casos y 7 millones de muertes en todo el mundo, lo peor de la pandemia ha pasado; pero el coronavirus está aquí para quedarse. En palabras de Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS: “El SARS-CoV-2 sigue matando y sigue cambiando. Sigue existiendo el riesgo de que aparezcan nuevas variantes que causen nuevos repuntes de casos y muertes”.

Por ello, en el verano de 2022 se puso en marcha el proyecto END-VOC, de tres años de duración y financiado con fondos europeos (grant agreement no. 101046314). Su objetivo: evaluar la circulación y el impacto de las variantes preocupantes (VOC) del SARS-CoV-2 y mejorar la recopilación y el análisis de datos para identificar las amenazas actuales y futuras.

El proyecto, liderado desde el University College de Londres (UCL), en el Reino Unido, y con 19 socios de todo el mundo – entre ellos el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), con un equipo dirigido por Elisabeth Cardis -, hará un seguimiento de 28 cohortes bien caracterizadas en todo el mundo.

A principios de junio, el consorcio, que reúne a un conjunto interdisciplinario de expertas y expertos de todo el mundo, desde la virología hasta la salud pública, organizó un simposio científico en el Auditorio del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB). Debatieron sobre la preparación y los esfuerzos de respuesta a escala europea y mundial, así como sobre el estado actual de las variantes de COVID-19.

Simposio END-VOC: Las variantes de COVID-19 y la próxima pandemia

La reunión comenzó con la intervención de Carmen Cabezas Peña, Secretaria de Salut Pública de la Generalitat de Catalunya, que alabó el esfuerzo vacunal realizado a nivel internacional, con más de 13.000 millones de dosis administradas. Sólo en Cataluña, donde se administran normalmente unos 3 millones de dosis anuales para diferentes enfermedades, durante la pandemia del Covid-19 se superaron los 16 millones de dosis. Pero también recordó la importancia de mantener los mecanismos de vigilancia.

Cabezas Peña hizo pues hincapié en la importancia de mantener los mecanismos de vigilancia y de trabajar juntos: entre los distintos países así como entre el mundo académico, los médicos y las empresas privadas.

De hecho, esto es algo que la OMS ha reconocido, según el ponente Oliver Morgan, Director de Sistemas de Inteligencia sobre Pandemias y Epidemias de la organización mundial. En abril de 2022, la OMS dio a conocer una estrategia de vigilancia genómica, y creó la IPSN, una Red Internacional de Vigilancia de Patógenos en la que participan académicos, el sector de la sanidad pública, el sector privado y la sociedad civil.

“Tenemos que estar preparados para la próxima pandemia; porque llegará”
Carmen Cabezas Peña (secretaria de Salud Pública, Generalitat de Catalunya)

La primera parte del acto, centrada en la epidemiología, contó con ponentes como Oliver Morgan, que ofreció la visión global de la OMS – incluido el papel de la inteligencia artificial (IA) y las nuevas tecnologías en la detección de riesgos pandémicos y epidémicos; Janet Díaz, también de la OMS, que ofreció una visión más clínica; y Anniek de Ruijter, que habló de los aspectos jurídicos. En la segunda parte, Tom Peacock (Imperial College), François Balloux (UCL), Sergio Abrignani (Universidad de Milán) y Nisreen A. Alwan (Universidad de Southampton) analizaron el estado actual de las variantes del SARS-Cov-2.

Desde El·lipse aprovechamos la ocasión para entrevistar a Ibrahim Abubakar, investigador principal del proyecto con sede en la UCL.

«Detectar las nuevas variantes preocupantes de Covid-19 y comprender sus implicaciones en el diagnóstico, las estrategias de vacunación y las opciones de tratamiento es clave para orientar nuestra respuesta al virus«

Ibrahim Abubakar, investigador principal del proyecto (UCL)

 

Antes de nada: ¿cuál es la situación actual del Covid-19?

La respuesta global especial a la pandemia ha terminado, pero eso no significa que la respuesta haya terminado, especialmente para las personas con comorbilidades (otras enfermedades). O estacionalmente, por ejemplo; en invierno habrá más casos. Por tanto, sigue siendo una grave amenaza para la salud de la que debemos ser conscientes.

¿Cuál es el objetivo de END-VOC? ¿Se centra en Covid-19 o será útil para otras pandemias?  

El objetivo de END-VOC es reunir cohortes de todo el mundo – 28 en total, de Europa, pero también de Brasil, India, Nigeria, todos los continentes. Y utilizarlas para seguir la aparición de variantes preocupantes (VOC) del SARS-CoV-2. Se trata de variantes que adquieren mutaciones que las hacen más patógenas o más transmisibles. Los virus mutan con mucha frecuencia, pero la mayoría de las variantes desaparecen rápidamente. Son las VOC – como Alfa, Beta, Gamma, Delta u Omicron, en el caso del coronavirus – las que son más peligrosas.

El objetivo de END-VOC es recopilar datos que nos ayuden a comprender cuál es la mejor manera de tratar a las personas con Covid (incluidas aquellas con Covid persistente), pero también cómo utilizar esta información para prepararnos para la próxima pandemia.

¿Qué hemos aprendido de la pandemia de coronavirus y de la respuesta mundial a la misma?

Hay mucho que aprender: cuál es la mejor manera de reunir los diferentes conjuntos de datos de los distintos países; cómo utilizarlos para decidir qué tratamientos funcionan, o cómo priorizar a quién vacunar primero; cómo llevar a cabo las medidas preventivas – como el distanciamiento social – de manera eficaz y con el menor impacto en la sociedad en términos de coste económico, etc. Todo esto es lo que queremos aprender de los datos que estamos recopilando y así poder utilizarlos para fundamentar las futuras políticas a nivel nacional, internacional y mundial.

¿Cuáles son los principales retos a la hora de recopilar estos datos y aprender de ellos?

En primer lugar, la recopilación de datos de lugares tan diferentes plantea numerosos retos. Algunos están relacionados con los recursos económicos – algunos lugares tienen la capacidad de secuenciar mucho más que otros, por ejemplo. Pero es fascinante ver que en casi todas partes hubo una mínima recogida de datos, incluso en los lugares más remotos del mundo.

«Es fascinante ver que en casi todas partes hubo una mínima recogida de datos, incluso en los lugares más remotos del mundo»

Pero, en cualquier caso, crear datos es sólo el primer paso. Luego están las tecnologías para almacenarlos, transferirlos de un lugar a otro, los requisitos éticos y de gobernanza

Estos han sido un tema candente en vuestra reunión…

En efecto. Debo decir que algunos de estos requisitos éticos y barreras son legítimos, están ahí para protegernos, pero en otros hemos ido demasiado lejos… En un intento de «proteger nuestros datos», incluso cuando estaban totalmente anonimizados, algunas organizaciones se han negado a compartir información que habría sido para el bien global. Y estoy seguro de que la mayoría de la gente habría querido compartir sus datos anónimos, con los controles adecuados, para ayudar a comprender mejor el virus.

Pero en cualquier caso, una vez que tenemos esos datos, está lo que hacemos con ellos. Necesitamos las mentes adecuadas para analizarlos, los acuerdos multilaterales adecuados y organismos como la OMS para procesar esos datos y elaborar informes que las autoridades de salud pública, el personal médico y el personal científico puedan utilizar para dar una respuesta.

“Tenemos la responsabilidad de producir los mejores datos científicos y comunicarlos con la mayor claridad posible para que los políticos no tengan la excusa de que la ciencia no existe”

END-VOC es un proyecto de investigación. ¿Cuál es su relación con la elaboración de políticas?

Estamos muy bien integrados con los responsables políticos: entre nuestros socios hay organizaciones nacionales de salud pública. Hablamos regularmente con la OMS y el Centro de Control de Enfermedades (CDC).

Por supuesto, sería ingenuo pensar que la política se basa únicamente en la ciencia. Pero tenemos la responsabilidad de producir la mejor ciencia y comunicarla con la mayor claridad posible para que los políticos no tengan la excusa de que no hay datos científicos sobre el tema.

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