Mara Dierssen (CRG): “Ser científica es una forma de ser”

Mara Dierssen nos habla sobre su carrera profesional, su trabajo con personas discapacitadas, y su visión del mundo de la investigación.

Mara Dierssen, líder del grupo de investigación en neurobiología celular y de sistemas del CRG.

Mara Dierssen, líder del grupo de investigación en neurobiología celular y de sistemas del CRG.

Hija de una pintora y de un neurocirujano, Mara Dierssen siempre ha tenido clara su vocación. Esta investigadora de 48 años dirige un grupo de investigación puntera en neurobiología en el Centro de Regulación Genómica (CRG), en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB). Da clases en tres universidades, organiza innumerables actos de divulgación científica, canta en un grupo de rock y tiene cuatro hijos.

¿Cuándo te interesaste por la ciencia?
Yo creo que los científicos somos ya desde pequeños los pesados que queremos saber más … El sistema nervioso siempre me ha interesado, sobre todo las grandes preguntas: cómo guardamos los recuerdos, por qué sentimos emociones … Después de estudiar Medicina hice la tesis en la Universidad de Cantabria en neurociencias desde un punto de vista farmacológico y conductual.

Tras una estancia postdoctoral en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) volví a Cantabria para montar mi primer laboratorio. Empecé de la nada, pero pronto conseguí montar un grupo de trabajo en retraso mental. Fue una época muy productiva.

Y después, de regreso a Cataluña…
Vine al Instituto de Investigación Oncológica (IRO) con Xavier Estivill, que tenía un grupo muy potente de investigación en síndrome de Down a nivel genético. Estos años fueron muy bien y aprendí muchísimo.

Del IRO viniste al CRG. ¿Qué líneas principales de investigación tienes actualmente?
Estudiamos básicamente el retraso mental, sobre todo síndrome de Down, y las enfermedades neuropsiquiátricas.

Tienes mucho contacto con personas que tienen las discapacidades que estudias. ¿Cómo lo valoras?
Los científicos no podemos ser ajenos a la realidad que estudiamos. Para mí es importante saber que detrás de la investigación que hago hay personas. Y conocerlas te ayuda a entender mejor la enfermedad. Además, creo que tenemos mucho que aprender de las personas con discapacidades, de su actitud y fuerza de voluntad.

“Tenemos mucho que aprender de las personas con discapacidad”
Mara Dierssen

Parece imposible que tengas tiempo para todo ¿cómo es tu día típico?
Cansado! Me levanto sobre las 4’45h y vengo a trabajar: artículos, reuniones, experimentos, clases, papeleo. Como algo rápido delante del ordenador e intento salir hacia las 17’30 o 18h. Cuando llego a casa estoy con mis hijos, cenamos, hacemos tertulia y voy a dormir sobre las 23’30h.

¿Crees que el mundo de la investigación es igualitario?
Creo que lo estamos consiguiendo, pero todavía no lo es. Las grandes decisiones siguen en manos de los hombres, los cuales ocupan la mayoría de posiciones de liderazgo. Cuando empecé todavía era peor, antes de contratarte te pedían si pensabas tener hijos y éste era un factor decisivo!

¿Qué opinas de la divulgación científica?
Si queremos que la ciencia se valore y si queremos recibir financiación de fondos públicos no podemos ignorar al público. Y si se explica bien, a la gente le encanta la ciencia! Además favorece las vocaciones científicas. Hay personas que han venido a hacer prácticas a mi laboratorio después de haber ido a un acto de divulgación.

El problema es que en España no se valora nada la divulgación desde el punto de vista curricular, se considera una pérdida de tiempo. Además requiere mucho tiempo y esfuerzo, y en un ambiente de mucha presión se hace difícil. Y no hay ningún apoyo económico. Una auténtica miseria comparado con lo que se dedica a otros tipos de actos sociales o culturales.

¿Qué es lo mejor de la ciencia?
¡El reto intelectual! La satisfacción de entender un proceso, tener que revisar mis propios planteamientos cada cinco minutos porque hay algo que no encaja e intentar encontrar una nueva solución.

¿Y lo peor?
La inseguridad laboral, que impide poder iniciar proyectos ambiciosos. Yo he tenido que empezar de nuevo mi laboratorio cinco veces, y no tuve un contrato hasta los 40 años: vivía de becas. Está claro que la movilidad es positiva, pero debe haber un equilibrio.

¿Qué serías si no fueras científica?
¡No sería nada! Ser científica no es una profesión, es una forma de ser.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *