Aunque hongos y animales tienen morfologías totalmente distintas, ambos evolucionaron en el mismo supergrupo eucariota, los opistocontos. Ahora, un estudio liderado por el Instituto de Biología Evolutiva (IBE: CSIC-UPF), ha logrado poner luz a la historia evolutiva de estos dos grupos al analizar los cambios genéticos que se sucedieron en su divergencia a partir de un antepasado común.
Mediante técnicas computacionales avanzadas y de big data, el equipo investigador ha analizado un conjunto de datos genómicos actualizados que incluye cuatro nuevos genomas de especies en posiciones cruciales dentro del linaje de los opistocontos. Ello les ha permitido observar que mucho antes de la aparición de hongos y animales, se establecieron dos contextos genómicos diferenciados, propiciando el escenario para su aparición.
“Los antepasados pre-fúngicos entraron en un camino de pérdida de genes relacionados con la multicelularidad, más similar a la que presentan los parientes unicelulares más cercanos a animales y hongos”, dice Eduard Ocaña-Pallarès, doctorando del IBE.
Por otro lado, según los resultados, fue la acumulación de genes importantes para la multicelularidad lo que llevó a la aparición de los animales o metazoos. Iñaki Ruiz Trillo, investigador principal del Laboratorio del Genoma Multicelular del IBE, subraya también la importancia de analizar las transiciones evolutivas en períodos de tiempo más largos a lo que pueda parecer obvio, para así poder conocer por completo la historia evolutiva de la biodiversidad.
Ocaña-Pallarès, E., et.al. ‘Divergent genomic trajectories predate the origin of animals and fungi‘; Nature, August 2022. DOI: doi.org/10.1038/s41586-022-05110-4