La IA que ayudará a atender a personas con riesgo de suicidio

En el consorcio europeo PERMANENS, pacientes y su entorno colaboran con personas expertas en salud mental, investigación clínica, bioestadística y bioinformática para desarrollar un nuevo software médico para calcular el riesgo de suicidio.

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Philippe Mortier, investigador del Hospital del Mar Research Institute, coordina el proyecto PERMANENS.

En Cataluña se suicidaron 614 personas en 2022, 38 más que el año anterior, según el Instituto Nacional de Estadística. Se trata de una causa de muerte que afecta cada vez a más personas, tanto las que se quitan la vida como las que sobreviven al suicidio, así como las personas de su entorno. El sistema sanitario y diversas asociaciones trabajan para luchar contra el estigma inherente a este acto, mejorar los sistemas de prevención y ofrecer una mejor atención y seguimiento a las personas en riesgo.

En esta dirección, el consorcio europeo PERMANENS está desarrollando un software basado en inteligencia artificial (IA) que puede mejorar la atención de las personas en riesgo de suicidio o autolesión cuando acuden a urgencias. En su diseño participan personas expertas en investigación clínica, medicina, bioestadística y bioinformática, así como a pacientes y personas de su entorno. Colaboran las asociaciones Después del suicidio y la Asociación Catalana para la Prevención del Suicidio. Las dos mujeres que las presiden, Cecília Borràs y Clara Rubio, participan también a título individual.

“Con las técnicas que hoy existen de inteligencia artificial podemos personalizar el tratamiento al perfil de riesgo de cada paciente. La idea es que podemos ayudar a buscar la intervención más adecuada a cada persona.”

Philippe Mortier, Hospital del Mar Research Institute 

Se trata de un proyecto realizado por cinco grupos de investigación de cuatro países europeos. En Cataluña trabajan Philippe Mortier, del Hospital del Mar Research Institute y coordinador del proyecto, y Manuel Pastor, de la Unidad de Investigación en Informática Biomédica (GRIB), en el Departamento de Medicina y Ciencias de la vida, Universidad Pompeu Fabra (MELIS-UPF). También colaboran la Universidad de Oslo (Noruega), el Instituto Karolinska (Suecia) y el University College Cork-National Suicide Research Foundation (Irlanda).

El proyecto se encuentra en su primer año de desarrollo y está financiado por el Instituto de Salud Carlos III y la Unión Europea. Mortier también lidera el proyecto CARES, financiado por la Fundación la Maratón de TV3, cuyo objetivo es mejorar la detección del riesgo de suicidio entre los pacientes que buscan ayuda en el servicio de urgencias por razones no psiquiátricas.

Retos en prevención del suicidio

Existen varios condicionantes que hacen difícil la prevención del suicidio. El estigma asociado puede provocar que las personas en riesgo no reciban una atención adecuada por parte del entorno social o sanitario. En el ámbito sanitario, el personal médico de urgencias deben considerar muchos factores cuando las atienden en momentos de crisis.

No es sencillo poder evaluar bien el riesgo de suicidio o autolesión, que depende de las características de cada paciente. Los médicos, incluso los psiquiatras que reciben formación especializada, pueden estar desbordados y tener dificultades al ofrecer una atención personalizada a este tipo de pacientes. “Con las técnicas que hoy existen de inteligencia artificial podemos personalizar el tratamiento al perfil de riesgo de cada paciente. La idea es que podemos ayudar a buscar la intervención más adecuada para cada persona”, nos explica Mortier.

La experiencia de las personas que acuden a urgencias en un episodio de crisis puede ser muy distinta. En algunos casos los pacientes, después de asistir y resolver la crisis, no asisten a las citas de seguimiento, a menudo concedidas bastante tiempo después debido a las listas de espera. Esto puede producir que sufran nuevas crisis en el futuro y que vuelvan a asistir a urgencias.

Para abordar esta problemática, el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya puso en marcha en 2014 el programa Codi Risc Suïcidi (CRS), un protocolo de actuaciones asistenciales y preventivas de la conducta suicida. CRS da cobertura completa a toda Cataluña desde el año 2016. Mejora el seguimiento de los pacientes, derivándolos al Centro de Salud Mental de Adultos (CSMA) y haciendo un seguimiento por teléfono.

Cómo la IA puede ayudar a mejorar la atención de los pacientes en riesgo

El nuevo proyecto del consorcio PERMANENS da un paso más al desarrollar una herramienta de inteligencia artificial (IA) que puede mejorar la atención que reciben las personas que acuden a urgencias con riesgo de suicidio. La IA ayudará a los médicos a ofrecer una atención personalizada, considerando los perfiles de riesgo de cada paciente. Permitirá acceder al historial de los pacientes y calcular puntuaciones de riesgo de suicidio, autolesión o desvinculación del sistema sanitario. También propondrá al médico preguntas para valorar al paciente y la intervención más adecuada. Se espera que dé seguridad al personal sanitario y ayude a estandarizar la respuesta. Además podrá funcionar como herramienta para su formación.

Los datos que alimentan este modelo de aprendizaje proceden de registros clínicos de cada país. En el caso de Cataluña se obtienen del programa de analítica de datos para la investigación y la innovación en salud PADRIS y del programa CRS. «En Cataluña se han llevado a cabo programas innovadores de prevención del suicidio y los datos de los programas PADRIS y Codi Risc nos permiten poder participar en este proyecto», comenta Mortier. Uno de los grandes retos del proyecto es la estandarización de todos estos datos, que provienen también de Noruega, Suecia e Irlanda, y asegurar su privacidad

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