«The master builder»: el ADN no es nada excepto en presencia de componentes celulares

Las células, y no el ADN, son las maestras constructoras de la vida, afirma el investigador del MELIS-UPF Alfonso Martínez-Arias en su libro “The master builder”. Marc Güell, otro investigador de la misma institución, nos cuenta más en esta reseña del libro.

Las células importan. De la portada del libro "The master builder", de Alfonso Martínez Arias.

Marc Güell, jefe del grupo de Biología Sintética Traslacional del Departamento de Medicina y Ciencias de la vida, Universidad Pompeu Fabra (MELIS-UPF) nos envía una reseña sobre el libro escrito por su colega y también investigador de MELIS-UPF, Alfonso Martínez Arias. «The master builder: DNA is nothing except in the presence of cellular components» (2023, Basic Books) se publicó el año pasado en inglés y comparte el conocimiento, la perspectiva y las ideas acumuladas a lo largo de la carrera del investigador sobre cuestiones como ¿Qué define nuestra identidad? ¿Cómo las células y los genes construyen los embriones? ¿Está nuestra identidad en nuestros genomas o la crean nuestras células? Estas son algunas de las preguntas que intenta responder el libro «The master builder», que se publicará este año en español.


La vida es una trampa química única. Utiliza el ADN para codificar la complejidad molecular acumulada a lo largo de la historia evolutiva, pero son otras biomoléculas las que generalmente realizan la mayor parte de la función molecular. El libro «The Master Builder» de Alfonso Martínez Arias es una exploración profunda de los fundamentos de cómo emerge la fascinante complejidad de la biología.

Curiosamente, Martinez Arias desafía la visión tradicional de que los genes son los principales arquitectos de la vida. El investigador presenta un argumento convincente de que en realidad son las células, con sus complejas interacciones y su larga historia evolutiva, las que definen nuestras identidades y características biológicas. El libro refleja que si bien el ADN es crucial, no puede funcionar sin las células, que interactúan dinámicamente con su entorno para dar forma a la diversidad y complejidad de la vida.

Martínez Arias utiliza ejemplos de la biología del desarrollo para ilustrar cómo las células, y no solo el ADN, son responsables de la formación de nuestras características físicas y el funcionamiento de nuestro cuerpo. Al final, las entidades biológicas se generan por división, diferenciación, migración… un paradigma muy diferente a la fabricación industrial, donde habitualmente ensamblamos añadiendo piezas.

Esta perspectiva no sólo proporciona una comprensión más profunda de la biología sino que también resalta la intrincada sinfonía de actividades celulares que constituyen la vida.

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