La estructura 3D del genoma, esencial en la respuesta inflamatoria

CTCF es una de las proteínas arquitectónicas que proporciona tridimensionalidad al genoma. Recientemente, personal investigador del CRG ha estudiado el papel de esta proteína en varios procesos celulares fundamentales.

Estudiar CTCF, proteína arquitectónica que proporciona tridimensionalidad al genoma, ayuda a comprender el papel de la arquitectura 3D del genoma en varios procesos celulares fundamentales.

La proteína CTCF proporciona tridimensionalidad al genoma. En amarillo, vemos una representación del genoma con CTCF; en azul, el genoma sin CTCF cambia de forma tridimensional.

La estructura tridimensional del genoma humano es esencial a la hora de proporcionar una respuesta inflamatoria robusta, según un equipo investigador liderado por Thomas Graf en el Centro de Regulación Genómica (CRG). No obstante, se ha comprobado que no es vital para reprogramar células de un tipo celular a otro.

Debido a su tamaño, el genoma humano está plegado dentro del núcleo de las células. Este empaquetamiento permite el contacto físico de los genes con otros genes o elementos reguladores. Un contacto que, si el genoma no estuviese plegado, no sería posible.

Este empaquetamiento proporciona al genoma una estructura tridimensional, la cual está formada por proteínas arquitectónicas. CTCF es una de ellas, y de las más importantes. Ayuda a dar forma a la estructura tridimensional general del genoma.

CTCF es esencial para el desarrollo embrionario, la reparación del ADN y los ciclos celulares.

El papel de CTCF en la transdiferenciación celular, sin embargo, no está claro. Para poder estudiarlo, personal investigador del CRG ha desarrollado un sistema único en el que las células B humanas pueden ser inducidas para convertirse en macrófagos. Los científicos y científicas observaron que la transdiferenciación seguía sucediendo, con o sin CTCF, aunque la forma del genoma humano cambie. Sin embargo, observaron que la falta de CTCF (conseguida a través de la técnica de CRISPR) deteriora la capacidad de la célula a la hora de proporcionar una respuesta inflamatoria completa.

Se trata de uno de los primeros casos en los que se relaciona la arquitectura del genoma y la respuesta inflamatoria.

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