Genigma es un experimento de ciencia ciudadana para explorar el genoma humano de forma colaborativa. Para involucrar a la ciudadanía en la investigación, se ha creado una app para dispositivos móviles que permite analizar los datos del genoma de las células cancerosas para encontrar el orden de las secuencias y las anomalías.
Elisabetta Broglio, facilitadora de proyectos de ciencia ciudadana en el Centro de Regulación Genómica (CRG) y project manager de Genigma, nos cuenta más.
¿Cómo surge la idea de crear este proyecto?
La idea original nace de dos postdocs, Marco di Stefano y Juan Rodríguez, del CNAG-CRG, que en 2019 trabajan en el Structural Genomic Group liderado por Marc Martí-Renom. En su trabajo diario de análisis del genoma en 3D siempre recurrían a unos ajustes manuales para afinar algunos parámetros que los algoritmos no eran capaces de definir bien.
Estos ajustes en el ordenador resultaban ser una tarea esencialmente visual y de lógica, por lo que se plantearon la idea de convertirla en un juego para involucrar a la gente y acelerar la investigación. Aplicaron entonces a la convocatoria lanzada por el proyecto ORION Open Sience y se pusieron en contacto conmigo para que les asesorara sobre aspectos esenciales de ciencia ciudadana, una metodología totalmente desconocida para ellos.
En el momento en el que se obtuvo la financiación empezamos a trabajar juntos en el proyecto. Les propuse, entre otras cosas, empezar abriendo la idea a la ciudadanía con 3 sesiones de co-creación e involucramos a 120 personas de perfiles muy diversos. ¡Eso fue en 2019!
¿Qué aportan los jugadores que les falte a los algoritmos?
Los algoritmos delante del mismo problema te dan siempre el mismo resultado; por decirlo de alguna forma, los algoritmos juegan todos igual. Las personas, en cambio, juegan de forma diferente y pueden llegar a respuestas más creativas. Es precisamente esta creatividad humana e inteligencia de rebaño lo que buscamos explotar con Genigma.
Cuéntanos un poco más sobre Genigma, ¿cómo se juega?
En Genigma hay 4 clanes que se enfrentan semanalmente para ser quienes más datos aporten a la ciencia. El objetivo es solucionar diferentes rompecabezas ordenando las piezas (que son fragmentos de ADN) para conseguir la máxima puntuación y enviar estos datos al equipo científico.
Además, en el juego existen una serie de herramientas virtuales que pueden ayudar a conseguir esta máxima puntuación y, como recompensa, se pueden ir coleccionando cromos de ciencia.
El objetivo del juego es solucionar diferentes rompecabezas ordenando las piezas, que son fragmentos de ADN
¿En qué consiste el #GenigmaChallenge?
Genigma se lanzó el 27 de enero como un experimento. Entonces planteamos un reto colectivo, el #GenigmaChallenge: conseguir en 90 días los datos necesarios para descifrar el mapa genómico de referencia de la línea celular T47D del cáncer de mama. Para ello son necesarias 30.000 jugadores y jugadoras que hagan un mínimo de 50 partidas cada una.
Cada semana, el equipo científico introduce nuevos rompecabezas para que los jugadores los vayan resolviendo. Si consiguiésemos cerrar el mapa genómico de este cáncer, podríamos plantearnos meter otras líneas celulares de otros tipos de cáncer. Es decir, si el experimento funciona, puede ser exportable a otros tipos de datos.
¿Cómo de presente está la ciencia en Genigma?
Aquí tuvimos un gran dilema y se discutió un montón qué hacer. Pero al final decidimos hacer un juego que pudiese llegar a cualquier tipo público, les interesara a priori la ciencia, o no.
Por esto, y como nos sugirieron varias personas que participaron en las co-creaciones del principio, la parte de ciencia se ha introducido en forma de cromos acumulables (hay más de 200) que explican algunos conceptos relacionados con el genoma, el cáncer y la ciencia abierta y aportan también datos curiosos. Igualmente, proporcionamos semanalmente información de los resultados parciales obtenidos de los cromosomas que se están analizando, con un pop-up y un link a una página web.
Esta semana también hemos presentado una guía didáctica con material exclusivo de ciencia, creado para involucrar en el #GenigmaChallenge a profesores y alumnos de institutos.
¿Qué esperabais conseguir con el proyecto?
Más allá de obtener los datos que nos ayuden a crear el mapa del genoma del cáncer de mama, otro de los objetivos era conseguir dar a conocer la ciencia ciudadana como metodología, también a otros equipos científicos. Hacer saber a las personas que hay maneras de participar en una investigación dedicando parte de su tiempo y su conocimiento a proyectos reales. Y hacer ver a los equipos científicos que es posible crear proyectos colaborativos, también en disciplinas como la ciencia básica.
¡Y lo habéis conseguido!
Obviamente teníamos la esperanza de que el juego gustase, pero no preveíamos esta respuesta. Está teniendo una acogida increíble. A un mes del lanzamiento más de 30.000 personas se han descargado la app y están jugando en más de 130 países del mundo. En las primeras semanas ya se ha resuelto el 100% de 2 cromosomas y seguimos avanzando día a día para alcanzar el reto.
Es muy bonito ver cómo el juego ha conseguido atraer la atención de muchas personas y ver que hay ganas de formar parte de una comunidad que colabora por una misma causa.
¿Crees que son necesarios más proyectos de ciencia ciudadana?
¡Desde luego que sí! Este tipo de proyectos aportan un gran valor a la relación entre ciencia y ciudadanía. Se puede conseguir que desde la ciencia se trabaje de una manera más horizontal escuchando las necesidades de la sociedad y que la ciudadanía sea parte del proyecto. Si esta relación es honesta y bien trabajada, consigue crear esta conexión con la ciencia real y actual y expandirla.
“La ciencia ciudadana rompe todos los esquemas: te permite llegar más allá, no solo a nivel de big data, sino también mental. Implica otra forma de trabajar teniendo en cuenta que el tiempo y el valor que las personas aportan es algo que no se puede conseguir encerrado en un laboratorio”
Elisabetta Broglio
¿Qué consejo le darías a alguien que quiera comenzar un proyecto de ciencia ciudadana?
Que se busque un buen equipo multidisciplinar con personas que tengan habilidades complementarias y visiones diferentes y que se arme de mucha paciencia porque es un proceso largo. Y esto es un punto crítico. Hay que conseguir financiación paralela que ayude a mantener el proyecto en el tiempo.
Los proyectos tienen gestación larga y la primera financiación siempre se acaba en algún momento. La rotación natural de la ciencia conlleva además que los postdocs se muevan: de hecho, Marco y Juan ya no están en el CNAG y, aunque siguen muy activos en el equipo científico de Genigma, hay nuevas personas que se han incorporados y se necesitan nuevas fórmulas para la sostenibilidad del proyecto. Hemos tardado más de 2 años en crear el juego de Genigma, y ahora que está ahí fuera ¡hay que mantenerlo!
¿Qué es lo que más te ha sorprendido de Genigma?
Me ha sorprendido muy positivamente el cambio que ha experimentado el equipo científico durante todo el proceso creativo. Era su primer proyecto de ciencia ciudadana y juntos hemos aprendido muchísimo y estamos colaborando de forma transversal disipando las barreras entre disciplinas. Ha habido también una implicación muy especial de los equipos de profesionales contratados, que ha ido mucho más allá de lo estipulado, por tratarse de un proyecto de este estilo.
También me ha sorprendido ver cómo hemos superado fronteras geográficas gracias al importante esfuerzo que estamos haciendo en la comunicación del proyecto y de los resultados preliminares. Y, por supuesto, estoy abrumada por la respuesta, la complicidad y el esfuerzo de todos los participantes en las primeras fases y de quienes se han apuntado ahora a jugar. ¡Ojalá a finales de abril, podamos anunciar que tenemos todos los datos necesarios para construir el mapa genómico de referencia del cáncer de mama y que los hemos obtenido de forma colectiva con personas de todo el mundo!
“Tener el mapa de referencia del cáncer de mama nos ayudaría a tener más información para identificar nuevas dianas y terapias para ayudar a los pacientes en el futuro”
Roni Wright, investigadora del cáncer de mama utilizando la línea celular T47D
¡Muchas gracias Elisabetta y enhorabuena por vuestro proyecto!