El Zinc como elemento frente a las infecciones

Investigadores e investigadoras de tres grupos del PRBB han mostrado que niveles bajos de zinc están asociados a un peor pronóstico en pacientes de Covid-19. Nos cuentan cómo actúa este nutriente y las puertas que podría abrir contra el coronavirus.

Suplementos de Zinc podrían ser útiles contra las infecciones por el virus SARS-CoV-2. Foto original de Karim Ghantous en Unsplash

Rubén Vicente, Robert Güerri-Fernández y Juana Díez han realizado recientemente un estudio en el que plantean que suplementar con niveles bajos de zinc a los pacientes con Covid-19 podría ser una buena estrategia para reducir la mortalidad y el tiempo de recuperación de esta enfermedad. En este artículo, nos hablan de este estudio y nos cuentan qué es el zinc y cuál es su rol en la nutrición y en el sistema inmune.

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¿Qué es el zinc?

El zinc es un nutriente esencial para el crecimiento y el desarrollo en los seres humanos. Debido a su doble papel como componente estructural y de señalización celular, sus funciones son diversas y se ha visto implicado en muchos procesos, como la modulación del sistema inmune y del sistema nervioso, la cicatrización de heridas, la tolerancia a los carbohidratos o la síntesis de hormonas sexuales.

Las fuentes principales de zinc incluyen:

  • productos animales, como carne y mariscos
  • ciertos productos vegetales, como garbanzos, anacardos y semillas de calabaza.

Entre los productos vegetales, los cereales son la fuente más común de zinc. Sin embargo, los fitatos presentes en productos vegetales bloquean la absorción de zinc a nivel intestinal haciendo que dietas vegetarianas poco equilibradas puedan ser deficientes en zinc. En una dieta mixta típica, sin embargo, se encuentran disponibles suficientes fuentes de zinc.

La ingesta de zinc está estrechamente relacionada con la ingesta de proteínas; como resultado, la deficiencia de zinc es un componente importante de la morbilidad relacionada con la nutrición en todo el mundo.

Esta deficiencia se calcula que afecta a un 30% de la población mundial en distinto grado.

Los síntomas atribuibles a la deficiencia leve de zinc son alteraciones de la inmunidad con alteraciones sensoriales que afectan al gusto y al olfato y la pérdida de visión nocturna.

Sin embargo, el déficit moderado y severo de zinc puede provocar:

  • retraso del crecimiento en el caso de los niños
  • hipogonadismo, que en el caso de los hombres puede llevar a disfunción eréctil y en el caso de las mujeres a amenorrea (ausencia de menstruación)
  • lesiones de la piel
  • alteraciones graves de la inmunidad
  • predisposición a presentar infecciones

¿Es bueno tener zinc extra?

La suplementación con zinc en poblaciones en riesgo de deficiencia de zinc, como suelen ser los países en vías de desarrollo donde son comunes los problemas nutricionales, parece beneficiar la incidencia y el pronóstico de enfermedades infecciosas, resaltando la importancia de este elemento en la función inmunológica. Se ha estudiado de forma más clara en infecciones gastrointestinales y respiratorias.

  • Se ha demostrado que la suplementación con zinc tiene un efecto positivo en la diarrea infecciosa, tanto en su incidencia (que reduce hasta un 18%) como en su duración (que reduce en un 15%, según estudios randomizados impulsados por la OMS).
  • El zinc como tratamiento coadyuvante tiene un impacto en infecciones respiratorias en sus formas más leves como el catarro común o formas más graves como neumonía (reducción del 41%).

En países donde el riesgo de deficiencia de zinc es bajo, sin embargo, la suplementación rutinaria de zinc no es necesaria ni recomendada: ésta generalmente se limita a personas con deficiencia de zinc documentada o se usa para reforzar el sistema inmune en personas mayores en las que la deficiencia es más frecuente, o en aquellos pacientes con un mayor riesgo de deficiencia de zinc debido a una patología inflamatoria crónica.

En poblaciones con deficiencias de zinc, la suplementación de este nutriente parece ser positiva para evitar infecciones gastrointestinales y respiratorias. Cuando el riesgo de deficiencias es bajo, sin embargo, esta suplementación rutinaria no es necesaria ni recomendada.

Zinc contra la Covid-19: el estudio

Sin embargo, en los países anglosajones y en su área de influencia, se recomienda la suplementación con zinc en el caso de infecciones respiratorias. Esto se ha puesto especialmente de manifiesto con la infección por SARS-CoV-2. Se están administrando suplementos de zinc como tratamiento coadyuvante de la Covid-19 de forma generalizada. Esto ha llevado al instituto americano de salud, el NIH, a emitir una nota recomendando circunscribir la suplementación con zinc únicamente en el contexto de ensayos clínicos, ya que no hay evidencia suficiente.

Desde el inicio de la pandemia, nuestros equipos – Roberto Güerri, médico infectólogo en el Hospital del Mar e investigador del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), el laboratorio de Virología dirigido por Juana Díez en el Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud, Universidad Pompeu Fabra (DCEXS-UPF) y Rubén Vicente del laboratorio de Fisiología Molecular del mismo departamento – pusieron el foco en el estudio del zinc plasmático en los pacientes que ingresaban al Hospital del Mar con infección por SARS-CoV-2.

«Nuestro estudio mostró que bajos niveles de zinc están asociados a un peor pronóstico en pacientes de Covid-19: mayor tiempo de ingreso y más probabilidad de ingresar en UCI y de morir»
Roberto Güerri (Hospital del Mar)

Se determinaron los niveles de zinc de estos pacientes en ayunas, y se observó cómo tener niveles de zinc por debajo de 50mcg/dl estaba asociado a un peor pronóstico: mayor tiempo de ingreso, más probabilidad de ingresar en UCI y también de morir. Asimismo, se encontró cómo los niveles de zinc plasmático al ingreso se correlacionaban negativamente con niveles de marcadores inflamatorios como la interleucina-6, la proteína C reactiva o la ferritina.

Estos resultados llevaron a sostener la hipótesis de que el zinc plasmático puede tener un papel en la regulación de la respuesta inmunitaria o en contribuir a un mejor control de la replicación viral. Efectivamente, los experimentos llevados a cabo en nuestros laboratorios han mostrado como la replicación del SARS-CoV-2 en ausencia de zinc es significativamente mayor a la replicación en condiciones fisiológicas y suprafisiológicas de zinc.

«A nivel molecular, hemos visto que en ausencia de zinc, el virus SARS-CoV-2 se replica más»

Juana Diez y Rubén Vicente (DCEXS-UPF)

Todo ello abre interesantes caminos para analizar el potencial rol como terapia coadyuvante del zinc en la infección por SARS-CoV-2. Sin embargo, aún queda mucho por hacer ya que resulta imprescindible, además de demostrar su utilidad con un ensayo clínico randomizado, encontrar qué dosis y qué forma de presentación son adecuadas.


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