Amaya Moro-Martín: “La complicidad de la sociedad con la ciencia es crítica para el avance de ambas”

Amaya Moro-Martín, astrofísica y activista científica, vino al PRBB a presentar la AEAC – Asociación Española para el Avance de la Ciencia y el Pacto Cívico por la Ciencia que proponen.

Amaya Moro-Martín habla en el auditorio del PRBB sobre un pacto cívico por la ciencia

Amaya Moro-Martín habla en el auditorio del PRBB sobre un pacto cívico por la ciencia. Foto de Maruxa Martínez-Campos.

Amaya Moro-Martín, astrofísica y activista científica, se doctoró en astronomía en Arizona y, después de un postdoctorado en Princeton y un breve paso por Alemania, volvió a España con una beca Ramón y Cajal. En el año 2013, después del nacimiento de su primera hija, emigró de nuevo a los EUA para trabajar en el Space Telescope Science Institute, un centro asociado a la NASA. Moro-Martín vino al Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) en Junio para presentar la recientemente constituida AEAC – Asociación Española para el Avance de la Ciencia y el Pacto Cívico para la Ciencia que proponen.

 

¿Cuándo empezó tu activismo científico?

En 2010, acabada de llegar a España y en plena crisis, creamos la plataforma Investigación Digna. Presentamos a los representantes políticos nuestras peticiones de enmiendas al nuevo proyecto de Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación que se estaba discutiendo. Más adelante se creó el Colectivo Carta por la Ciencia, con el que nos unimos a otras entidades que incluían sociedades científicas, jóvenes investigadores, universidades y sindicatos. Durante años hemos ido reaccionando a la desastrosa política española de R+D con propuestas de enmiendas a presupuestos, reuniones con políticos, manifestaciones en la calle y las Cartas Abiertas para la Ciencia: la primera en 2012 con 50.000 signaturas y la segunda en 2013, con 80.000. ¡Este año se ha entregado una tercera con 275.000 signaturas!

¿Y qué se ha conseguido?

En el año 2013 los representantes políticos por fin reaccionaron y signaron el Pacto Parlamentario para la Ciencia para conseguir un nivel sostenible de financiamiento de la R+D. Pero no fue suficiente… Lo que necesitamos es un pacto cívico para la ciencia; la implicación de toda la ciudadanía. La ciencia no es solo de los científicos y para los científicos. La R+D puede beneficiar muchos aspectos de nuestras vidas: salud, educación, comunicaciones, transporte, sostenibilidad, etc. Y es una herramienta clave para reducir las desigualdades. Es por eso que la complicidad de la sociedad con la ciencia es crítica para el avance de ambas.

«La gente no ve la ciencia como una cosa propia, en parte porque se les ha ofrecido como un conocimiento “incuestionable” (…) Tenemos que  transmitir el valor de tener un pensamiento crítico basado en la evidencia»

 

¿Y la ciudadanía lo siente así?

La gente no ve la ciencia como una cosa propia, en parte porque la educación científica tradicional ha consistido en ofrecerles un conocimiento “incuestionable”, en vez de mostrar el proceso de la ciencia como una herramienta, una forma de pensar y de buscar la verdad. Tenemos que cambiar esta educación, transmitir el valor de tener un pensamiento crítico basado en la evidencia, que nos ayude a ser menos manipulables y nos empodere para definir la agenda política y social.

Por ello habéis creado la AEAC – Asociación Española para el Avance de la Ciencia

Ha nacido este mes, con más de 100 socios fundadores, y quiere ser una asociación ciudadana que consiga esta inmersión bidireccional de la ciencia y la sociedad. Es necesaria una conversación transversal entre comunidad científica, ciudadanos y profesionales con interés y experiencia en diferentes ámbitos, así como los responsables de la toma de decisiones.

«Participar y beneficiarse del proceso científico es un derecho humano»

Cuáles serán los siguientes pasos de la AEAC?

¡Los que determine la gente! Es necesario ampliar la red de miembros, atraer entidades colaboradoras y ver qué iniciativas se proponen y cuáles se pueden llevar a cabo. También estamos en contacto con activistas científicos de otros países europeos. Con ellos escribí la carta abierta “Han escogido la ignorancia” (They have chosen ignorance), publicada simultáneamente en Nature y en diversos diarios de toda Europa. Es un toque de atención a los líderes políticos para que cambien el rumbo, y a investigadores y ciudadanos para que den soporte al papel esencial de la ciencia en la sociedad. Porque participar y beneficiarse del proceso científico es un derecho humano.

 

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