2016 marca el 30 aniversario del accidente en la central nuclear de Chernóbil y el quinto aniversario del accidente de Fukushima. Ambos resultaron en una contaminación radiactiva generalizada, particularmente en grandes áreas de Bielorrusia y Ucrania y partes de Japón y la Federación de Rusia.
La radiación no es nada nuevo. La raza humana evolucionó en un mar de radiación natural de la Tierra y el espacio exterior. La radiación es energía transferida en forma de ondas o partículas. Se dice que es ionizante si tiene la energía suficiente para cambiar la estructura de un átomo (hacer que gane o pierda electrones) y, de lo contrario, no ionizante.
En nuestra vida diaria estamos rodeados de radiación tanto de fuentes humanas como naturales.
- Radiación ionizante: Las fuentes naturales de radiación ionizante incluyen ciertos elementos (por ejemplo, uranio) y el espacio (rayos cósmicos). Son ejemplos de radiación ionizante los rayos alfa, beta, neutrón y gamma.
- Radiación no ionizante: La radiación ultravioleta (UV) del sol y el campo electromagnético de la Tierra son ejemplos de radiación natural no ionizante.
Los usos tecnológicos de la radiación son numerosos. La radiación ionizante se utiliza en la industria para producir energía, verificar la integridad de los materiales y, muy importante, en la medicina para diagnosticar y tratar enfermedades. Nuestro teléfono móvil, Wi-Fi, microondas y cocina de inducción funcionan gracias a la radiación no ionizante.
¿Es la radiación mala para la salud humana? Se ha demostrado que la exposición a la radiación ionizante causa cáncer, cataratas y, en dosis altas, enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, la magnitud del riesgo es una cuestión de cantidad: el uso de la radiación ionizante está estrictamente regulado para minimizar las dosis y, por lo tanto, los efectos sobre la salud. En medicina, los beneficios de los exámenes de rayos X y la radioterapia son enormes, aunque optimizar las dosis es muy importante para minimizar cualquier efecto de salud a largo plazo. La radiación UV también es claramente carcinogénica, aunque la exposición solar es importante para la producción de vitamina D. Las precauciones son importantes, especialmente en países como España, para protegerse contra los efectos dañinos de los rayos UV.
La exposición a la radiación ionizante conlleva riesgos, pero la magnitud del riesgo es una cuestión de cantidad; a menor exposición, menor riesgo.
Los posibles efectos adversos para la salud de otros tipos de radiación no ionizante aún son inciertos. Tanto la exposición a campos electromagnéticos de frecuencia extremadamente baja (ELF) como de radiofrecuencia (RF) (relacionados con la distribución de electricidad y las tecnologías de comunicación, respectivamente) han sido clasificadas como posiblemente cancerígenas por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la OMS.
La investigación continúa, en particular en el Instituto de Salud Global Barcelona (ISGlobal), para aclarar si tales efectos existen. Para campos estáticos, por ejemplo, de IRM y campos intermedios, cada vez más utilizados en puertas antirrobo en tiendas y cocinas de inducción, se han realizado pocos estudios hasta la fecha.