En la última década ha habido un rápido aumento en la publicación y estudio de datos genómicos de humanos antiguos, pasando de 0 (en 2009) a más de 6.000 individuos secuenciados en la actualidad. Este crecimiento ha ido acompañado de debates sobre cómo llevar a cabo la investigación del ADN antiguo de forma ética.
Ahora, un grupo diverso de 64 especialistas que participan activamente en investigaciones sobre el ADN antiguo en 24 países, ha publicado un artículo en la revista Nature donde se comprometen a seguir un conjunto de pautas éticas en estos estudios. Este documento marco ha sido traducido a 23 idiomas.
Hablamos con el experto paleogenetista Carles Lalueza-Fox, investigador principal del laboratorio de paleogenómica en el Instituto de Biología Evolutiva (IBE: CSIC-UPF), quien ha participado en el desarrollo de este marco ético para el estudio del ADN antiguo y se ha encargado de las traducciones al español y catalán.
¿En qué consiste este marco ético?
Básicamente proponemos una serie de puntos que los firmantes nos comprometemos a seguir en nuestros estudios y que creemos que son de aplicación global, como:
- cumplir las normativas administrativas locales
- preparar un plan científico detallado previo al muestreo
- minimizar la destrucción de los restos esqueléticos
- asegurar que los datos genéticos obtenidos son públicos – entre otras cosas, para permitir un re-examen crítico de los resultados científicos
- implicar a otras partes interesadas, como grupos indígenas, en la custodia de los datos y la divulgación de los resultados
¿De donde salió la idea de crear este marco ético?
Un grupo de 64 investigadores en ADN antiguo, expertos y expertas en conservación de museos, arqueología, antropología y ética nos reunimos de forma virtual los días 4 y 5 de noviembre de 2020 para discutir la necesidad de establecer una serie de normas éticas comunes en el campo.
En este encuentro presentamos estudios de casos de diversos lugares del mundo para ilustrar la variedad de cuestiones que existen relacionadas con la consulta a las comunidades y los grupos indígenas, y cómo difieren según el contexto.
«Yo expuse que en algunos casos era necesario ir más allá de cumplimentar las meras formalidades administrativas, en especial en el caso de grupos vulnerables como minorías nacionales!
Carles Lalueza-Fox (IBE)
Hay que tener en cuenta que el estudio de ADN antiguo analiza a personas que alguna vez vivieron y que deben ser respetadas, y además puede tener grandes repercusiones sociales y políticas sobre la ascendencia de dichos individuos.
En el texto decís que hay que cumplir “las normativas administrativas locales”, ¿son muy distintas en cada lugar?
Las normativas son muy variables según cada país; en algunos países con una burocracia muy desarrollada, como el nuestro, pueden llegar a ser muy farragosas. Pero como he dicho, desde nuestro punto de vista, es posible que dichas normativas no basten y sea necesario ir más allá en algunos grupos, especialmente en comunidades indígenas. Otra observación importante es que las normativas existentes en el caso de los «First People» o nativos americanos en Estados Unidos – las más desarrolladas hasta el momento – no es directamente extrapolable a otros países.
¿Por qué era necesario este marco; han sido hasta ahora los estudios del ADN antiguo de poblaciones humanas poco equitativos o inclusivos?
Ha habido críticas a algunos trabajos previos, en especial en Estados Unidos, donde no se ha obtenido un consentimiento explícito de comunidades actuales que se identifican como descendientes de poblaciones antiguas, a veces de hace miles de años. Es un tema de una gran complejidad, porque este tipo de ascendencia puede ser tanto cultural como genética.
El tema del consentimiento respecto al ADN antiguo es de una gran complejidad, porque este tipo de ascendencia puede ser tanto cultural como genética.
Por ejemplo, hay un caso reciente que es la identificación de un descendiente (bisnieto) del líder Lakota Sitting Bull a partir del análisis de un mechón de los cabellos de su bisabuelo, obtenido por un cirujano blanco a su muerte – y por tanto, sin su consentimiento. En este caso concreto, hay un debate entre el individuo descendiente y la tribu, y aunque se ha obtenido el consentimiento del primero para el análisis genético, no se ha obtenido el de la comunidad.
¿Y qué particularidades tienen los estudios con ADN antiguo? Los que se hacen en poblaciones actuales, a menudo también por investigadores europeos en países 3eros, ¿no están regulados?
Sí existen normativas para los estudios genéticos en poblaciones actuales. Pero en el caso del ADN del pasado, se añaden dos factores; uno, que las tecnologías permiten ahora obtener centenares de genomas de todo tipo de poblaciones y dos, que la identificación entre personas de hace miles de años y sus posibles descendientes es mucho más compleja de discernir.
Alpaslan-Roodenberg S, et. al. ‘Ethics of DNA research on human remains: five globally applicable guidelines‘, Nature , October 2021. DOI: 10.1038/s41586-021-04008-x.