Hace dieciséis años que Pilar Navarro llegó al Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), donde actualmente dirige un equipo de investigación de siete personas dentro del programa de cáncer. “Estamos dentro de la parte de investigación básica del programa, pero nuestros proyectos son cada vez más traslacionales, ya que nuestro objetivo es desarrollar aplicaciones o fármacos para frenar el cáncer”, explica la investigadora.
Se centran sobre todo en cáncer de páncreas, y buscan qué moléculas están alteradas en este cáncer y participan en su progresión. Una de estas moléculas es la galectina-1, que se encuentra sobre expresada en los fibroblastos que rodean el tumor de páncreas, así como en otros muchos tumores. Esta molécula tiene un gran potencial como diana, según la jefa del grupo de investigación, porque favorece el crecimiento del tumor desde varios frentes:
- promueve la angiogénesis (la formación de nuevos vasos sanguíneos)
- promueve la proliferación tumoral
- promueve la activación de los fibroblastos (células que proporcionan un entorno favorable a las células malignas)
- es inmunosupresora, es decir, que ayuda al tumor a escapar de la respuesta inmune
“Hemos visto que en ratones que no tienen galectina-1 se frena el crecimiento tumoral: las células tumorales se dividen más lentamente, hay menos irrigación sanguínea al tumor y, lo que es muy importante, la respuesta inmune es mayor», explica.
El grupo se centra en el estudio de la proteïna galectina-1, que se encuentra sobre expresada en los fibroblastos que rodean el tumor de páncreas, así como en otros muchos tumores.
La mayoría de los tumores de páncreas tienen sobre expresada la galectina-1, con lo cual podría llegar a ser una diana muy eficiente. Así que, en el ámbito terapéutico, el grupo está desarrollando anticuerpos inhibidores de la galectina-1 en colaboración con una compañía farmacéutica. “También hay bastante interés por parte de oncólogos del Hospital del Mar, con los que estamos trabajando”, añade Navarro. Ahora su grupo está explorando el papel de la galectina-1 en otros tumores, como el de mama, el de próstata y el de vejiga.
Diagnóstico precoz
El laboratorio también investiga si esta molécula podría servir como biomarcador diagnóstico. “El tumor de páncreas presenta unos índices de supervivencia muy preocupantes y los tratamientos no son efectivos”, explica la jefa del grupo. Esto se debe al hecho de que son muy difíciles de diagnosticar de manera precoz, puesto que es un órgano de difícil acceso y el paciente no suele presentar síntomas claros hasta que el tumor está muy avanzado. “Tener un test sanguíneo que permita detectar el cáncer antes, además de ser más económico, favorecería un diagnóstico precoz, lo cual haría que se pudiera operar o tratar antes y se incrementarían las probabilidades de éxito”, añade.
“El grupo está recogiendo muestras de pacientes del Hospital del Mar y también de otros hospitales internacionales para mirar como de temprano se detecta la galectina-1 en sangre”, dice Navarro.
Expresión génica en cáncer y vínculo con el Alzheimer
Otro proyecto del grupo, mucho más mecanístico, es estudiar la regulación de la expresión génica en el cáncer. “Hace años descubrimos que CPEB-4, una proteína que se une a ARN mensajeros y regula la traducción a proteínas, estaba sobre expresada en cáncer de páncreas, y también en gliomas. Analizamos los ARN a los cuales se unía y vimos que había una alta proporción de ARN que producían proteínas protumorales”, explica la jefa del grupo. Actualmente, el grupo está estudiando, en colaboración con investigadores del Hospital del Mar, el papel de otras proteínas de la familia CPEB en otros tumores.
Además, se ha comprobado que otro miembro de la familia, CPEB-1, tiene un papel importante en la fisiología y la plasticidad neuronal, así como en el establecimiento de la memoria. “Es una familia poco estudiada en patologías nerviosas, pero creemos que pueden tener un papel en el Alzheimer, y lo estamos investigando”, afirma Navarro. Este proyecto se desarrolla en estrechada colaboración con Raúl Méndez, un ex investigador del Centro de Investigación Genómica (CRG) actualmente en el Instituto de Investigación Biomédica (IRB) y experto en esta familia de proteínas. Para estos estudios utilizan cultivos primarios de neuronas de ratones y muestras de pacientes, tanto del Hospital del Mar cómo del de Bellvitge.