Gerard Talavera (Barcelona, 1980) es un investigador en el campo de la biodiversidad y la evolución de los insectos, actualmente focalizado en entender las migraciones de las mariposas. Estudió Biología en la Universidad Autónoma de Barcelona, donde también se doctoró. Después de su paso por la Universidad de Sant Petersburg en Rusia y por Harvard en los EUA, el 2017 volvió a Barcelona, al grupo de Evolución y Diversidad de Mariposas del Instituto de Biología Evolutiva (IBE: CSIC-UPF), gracias a un contrato Juan de la Cierva. También está vinculado con National Geographic como revisor de proyectos científicos.
¿Es fácil desarrollar una carrera de investigación en tu campo?
No, en este escenario actual de poca inversión en la ciencia es muy complicado. Yo no puedo hacer planes a más de un año vista, y esto a la hora de hacer ciencia limita muchísimo. Además, la investigación en biodiversidad es especialmente sensible porque es uno de los campos donde primero se recorta, y parte de la sociedad está de acuerdo; no se percibe como una cosa importante.
«(La investigación en biodiversidad) es uno de los campos donde primero se recorta»
Gerard Talavera
¿A qué crees que es debida esta percepción?
En parte es culpa nuestra porque no nos sabemos explicar, pero el periodismo también tiene su parte de responsabilidad, ya que cuando habla de la investigación en biodiversidad, la suele asociar a la simple observación de la natura y lo reduce todo a una bonita anécdota o curiosidad. Esto nos hace muy difícil reconducir la forma de explicar nuestra investigación para que la sociedad vea los beneficios y aplicaciones.
¿Podrías darme un ejemplo?
Cuando descubrimos a Mallorca Lasius balearicus, una hormiga endémica de la sierra de Tramuntana que está al borde de la extinción por el cambio climático, la noticia generó mucho interés en los medios de comunicación. Pero fue porque unimos tres conceptos clave – descubrimiento, extinción y cambio climático – , no porque les importara la hormiga en sí.
¿Nos tiene que preocupar que esta hormiga desaparezca?
¡Por supuesto! A escala ecológica podríamos discutir su importancia, pero evolutivamente estamos perdiendo un linaje que ha evolucionado des de hace más de dos millones de años. Estamos perdiendo diversidad genética única que la evolución ha generado. En otras palabras, perder Lasius balearicus, o cualquier otra especie, es como perder una obra de arte patrimonio de la UNESCO: algo único, que tenemos la obligación al menos de intentar conservar.
«(Con la extinción), estamos perdiendo diversidad genética única que la evolución ha generado»
¿Por qué volviste de los EUA al IBE?
Porque soy de Barcelona y me gustaría establecerme aquí. He visto nacer y crecer el IBE, que se creó cuando yo era estudiante de máster, y estoy muy contento de ver cómo ha evolucionado a lo que es ahora. También me gustaría poder contribuir aquí con todo lo que he aprendido en Harvard. Además, tengo la sensación que al IBE puedo hacer cualquiera de las cosas que hacía en los EUA. Eso sí, allí, como hay más recursos, podía hacer cosas en tres días que aquí me llevan un mes.
¿Ves posibilidades de establecerte profesionalmente?
Sí, pero es muy difícil. Esta sucesión lógica que hay teóricamente – doctorado, postdoc al extranjero, vuelta a España y estabilizarse – hoy en día es muy complicada. Además, te piden de todo y en un tiempo record: que publiques, que ganes proyectos internacionales, que dirijas tesis doctorales, que revises proyectos, que consigas patentes, etc. ¡Y naturalmente, que investigues! Pero, a pesar de todo, soy optimista porque veo que poco a poco, con mucho esfuerzo, vas consiguiendo pequeños avances en tu carrera investigadora.
