Los beneficios de ingerir pescado durante el embarazo superan los riesgos

Un nuevo estudio en el que han participado la Unidad de Proteómica mixta CRG-UPF e ISGlobal confirma que, contrariamente a la creencia popular, consumir pescado entre una y tres veces por semana durante el embarazo es beneficioso para la salud del hijo o hija.

El pescado es una fuente importante de nutrientes. Contiene ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3, importantes para el desarrollo del feto. | Imagen de Shutterbug75 en Pixabay.

El pescado es una fuente importante de nutrientes. Contiene ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3, importantes para el desarrollo del feto. | Imagen de Shutterbug75 en Pixabay.

Los hijos e hijas de las mujeres que durante el embarazo consumen pescado entre una y tres veces por semana suelen presentar un mejor perfil metabólico respecto a las de las mujeres que lo ingieren con menos frecuencia. No obstante, el beneficio disminuye si las mujeres incluyen el pescado en su dieta más de tres veces por semana.

Esta es la conclusión a la que se ha llegado en un estudio dirigido por la Universidad del Sur de California (USC) y en el que han participado la Unidad de Proteómica del CRG-UPF y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

El pescado es una fuente importante de nutrientes, entre ellos los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3, necesarios para el desarrollo del feto. Es por eso que, aunque algunos pescados — como el pez espada o la caballa — pueden contener niveles elevados de mercurio, se aconseja su consumo moderado durante el embarazo. Que el consumo sea moderado es importante ya que si se incrementa su frecuencia por encima de las tres veces por semana es probable que la exposición a contaminantes como el mercurio contrarreste los efectos beneficiosos del pescado.

 

El mercurio es una potente toxina que puede causar daño neurológico permanente. España es un país con niveles de exposición al mercurio relativamente elevados.

 

En el estudio se analizaron cerca de 800 parejas de madres e hijos o hijas de cinco países europeos. De cada mujer embarazada participante se obtuvieron los siguientes datos: frecuencia en el consumo de pescado y niveles de exposición al mercurio. Por otro lado, cuando los hijos e hijas llegaron a la edad de 6 a 12 años, se les realizaron exámenes clínicos para poder calcular una puntuación del Síndrome Metabólico – un conjunto de factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares futuras.

Paralelamente, el personal investigador del estudio también examinó algunos biomarcadores de inflamación, como las citoquinas y las adipoquinas, en la descendencia. Estos biomarcadores contribuyen al Síndrome Metabólico y este estudio ha sido el primero en demostrar que la reducción de los niveles de estos biomarcadores explicaría la mejor salud metabólica en los hijos e hijas de esas madres que no comen pescado más de tres veces por semana.

 

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