“La salud del planeta es la salud del ser humano”

Xavier Rodó explica en qué trabaja el grupo de Clima y Salud que lidera en el ISGlobal. Éste integra diferentes áreas, uniendo las fronteras entre la física, la química, las matemáticas y la biología.

El grup integra diferents àrees, unint les fronteres que hi ha entre la física, la química, les matemàtiques i la biologia

El grup integra diferents àrees, unint les fronteres que hi ha entre la física, la química, les matemàtiques i la biologia

Proveniente del Instituto Catalán de Ciencias del Clima (IC3), que él mismo fundó y dirigió durante seis años, Xavier Rodó vino a Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) hace un año para crear el programa Clima y Salud. Su grupo, formado por once personas, se dedica a hacer investigación básica, pero también desarrollo tecnológico y translación.

La investigación del grupo se divide en dos ramas principales. La primera es el estudio de la dinámica y predicción del clima. Aquí se enfocan dos ámbitos:

  • el origen y la predictibilidad de «El Niño»
  • la simulación de extremos climáticos, tales como ondas de calor, riadas, sequías, huracanes…

“A los modelos climáticos en general les cuesta simular los extremos, porque hay menos dadas”, explica Rodó. “Pero yo me siento cómodo; siempre me ha fascinado el problema de la relación entre el señal y el ruido, y en los extremos este problema se maximiza”. “Lo que me interesa, más que un fenómeno en concreto, es el proceso, la mecánica del sistema. Por eso cuando tratamos un tema, no ponemos fronteras ni de disciplinas ni geográficas”, dice el investigador ICREA.

 

“Me gusta hacer modelos de situaciones climáticas extremas; siempre me ha fascinado el problema de la relación entre el señal y el ruido, y en los extremos este problema se maximiza”
Xavier Rodó

Efectos en la salud

La segunda rama es la modelización de la salud a nivel poblacional. “Construimos modelos de inferencia para saber si una enfermedad está forzada por un factor externo, como el clima”, explica Rodó. Estudian des de hace tiempo enfermedades tropicales, como la malaria, el cólera, el dengue, el chikungunya o el Zika. Últimamente, sin embargo, se han centrado también en las enfermedades autoinmunes y las vasculitis a raíz de un encuentro casual con la enfermedad de Kawasaki, rodeada de misterio durante décadas y que el equipo de Rodó está ayudando a descifrar.

Se trata de una enfermedad pediátrica surgida de Japón en los años sesenta. Se creía que podría ser debida a un virus por su similitud a enfermedades como la escarlatina y porque los casos se acumulan en determinados sitios y momentos del año. “Cuando la variabilidad de un señal sigue un patrón es que hay algo que la organiza”, indica Rodó. “En 2001 estuve de año sabático a la institución oceanográfica Scripps”, recuerda. “Un día me pasaron dadas de 240.000 pacientes de Kawasaki. Mucha gente les había mirado y nadie había visto ningún patrón; había algo que olía a ambiental, pero no sabía qué. Me pase tres o cuatro semanas allí y vi que en Japón los casos incrementaban mucho cuando había vientos fuertes des del centro de Asia: había alguna cosa en el aire que causaba la enfermedad. Además, cuando los vientos eran muy fuertes, hasta se observaban patrones en California”. Todo el mundo se sorprendió; era la primera vez que un agente causante de una enfermedad era capaz de atravesar tantos quilómetros y continuar activo.

 

El grupo ha descubierto que el agente causal de la enfermedad de Kawasaki, la primera causa de cardiopatía adquirida en niños, es transportado por el viento a kilómetros de distancia.

 

Rodó se “enganchó” literalmente a esta enfermedad, y hoy continúa estudiándola. Primero simuló si podía ser una infección, pero la transmisión era demasiado rápida. Tenía que ser una reacción alérgica o autoinmune. “Recientemente hemos encontrado una fuente potencial de este agente en el noreste de China, y hemos tomado muestras del aire sobrevolando la zona con avionetas para intentar encontrar el agente causante”, comenta el científico.

 

Servicios, productos e intervenciones

El grupo también tiene vocación traslacional, de creación de productos o servicios basados en su investigación. Un ejemplo sería la creación de plataformas matemáticas para ayudar a testar la eficacia de campañas de erradicación de la malaria, la cual cosa están mirando de abordar con otros investigadores del ISGlobal.

Actualmente colaboran con el departamento de salud construyendo una plataforma para intentar prever cómo serían los brotes de enfermedades como el Dengue o el Zika en Catalunya, teniendo en cuenta la tipología social y urbana. “Es un sistema idealizado, porque no tenemos dadas reales, ya que aún no ha habido brotes aquí. Pero se podrían producir, y entender cómo sería un brote nos ayuda a preparar posibles intervenciones”, aclara el líder de grupo, quien explica que en Europa está creciendo la preocupación por la emergencia de estas enfermedades tropicales. “Después de todo, todo el planeta está conectado. La salud del planeta es la salud del ser humano”.

 

 

Sobre el autor/a
Maruxa Martínez-Campos es bióloga. Después de su doctorado en la Universidad de Cambridge se pasó al "otro lado" de la investigación y trabajó como editora en la revista de acceso abierto "Genome Biology". Hace más de 10 años que trabaja en el PRBB en comunicación. Actualmente coordina el grupo de trabajo de Buenas prácticas científicas y el Comité de Igualdad, Diversidad e Inclusión del PRBB. Cuando encuentra tiempo, escribe en "The science factor".

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