La dificultad de volver a trabajar después de un cáncer

Según un estudio del CISAL-UPF, las personas que han tenido excedencia por cáncer tienen un 10% menos de posibilidades de reincorporarse al trabajo que las personas sin excedencia o con excedencia por otras enfermedades.

Una vez superado un cáncer, efectos crónicos y otros factores reducen la probabilidad de volver al trabajo. Imagen de Jacob Lund Photography en The NounProject. Creative Commons (CC BY-NC-ND 2.0)

Tener cáncer es un duro golpe. Más allá de los efectos físicos y psicológicos de la enfermedad por sí misma, el tratamiento puede dejarte fuera de juego durante meses, si no años. Pero, una vez superado, ¿se puede recuperar la normalidad en la vida del día a día?

Según un estudio del Centro de Investigación en Salud Laboral (CiSAL) de la UPF, las personas que han tenido una baja laboral debida al cáncer tienen casi un 10% menos de probabilidades de volver al trabajo que personas sin baja o con bajas laborales por otras enfermedades.

El estudio ha analizado datos de 156.000 personas asalariadas entre 2012 y 2015, 516 de las cuales tuvieron una baja laboral por cáncer. Los datos son fruto de una colaboración entre la Seguridad Social y el Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas (ICAM). «Son anonimizados y de acceso público para grupos de investigación, previa solicitud», explica la primera autora, Amaya Ayala.

El estudio, realizado con datos de la seguridad social de más de 156.000 personas, muestra que las que han tenido una baja laboral debida al cáncer tienen casi un 10% menos de probabilidades de volver al trabajo.

Entre los factores que influyen en los efectos adversos que marcarán la vida laboral de las personas supervivientes, los autores mencionan por ejemplo la localización y el estadio del cáncer, así como el tratamiento, pero también variables sociodemográficas y las condiciones de trabajo. Además, aunque faltan más datos, parece que el género podría jugar un rol: según el estudio, las diferencias en la continuidad en el empleo después de la baja por cáncer son mayores en hombres que en mujeres.

Consecuencias

Más allá de las consecuencias de esta menor estabilidad laboral a nivel económico, «no poder trabajar puede hacer perder autoestima y relaciones sociales, lo que puede dificultar psicológicamente la recuperación del cáncer», comenta el líder del estudio, Fernando G. Benavides, catedrático de Salud Pública de la UPF e investigador del CIBERESP.

Ayala añade: “Algunos de los efectos adversos más comunes que pueden cronificarse una vez superada la enfermedad, son el dolor, el cansancio, la ansiedad o la dificultad de concentración, aunque normalmente mejoran pasado un tiempo. Algo que podría ayudarles a recuperar la rutina, es una reincorporación laboral gradual, en la que la persona empezaría trabajando por ejemplo un 20-30% de su jornada en el primer mes, 50% en el segundo, etc. Otras veces la solución pasaría por una adaptación o reasignación del puesto de trabajo, siempre de forma consensuada entre la empresa y la persona”. Hoy en día, la investigadora afirma que esto no es posible con la legislación actual y queda en manos de la empresa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *