Un estudio dirigido por el Servicio de Farmacia del Hospital del Mar en el que ha colaborado el Grupo de Investigación en Neurofarmacología-Neurophar del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud, Universidad Pompeu Fabra (DCEXS-UPF) ha comprobado que el ARNm de las vacunas contra el SARS-CoV-2 es más estable de lo que se pensaba.
Hemos hablado con Elena Martín, del grupo Neurophar, para que nos explique en qué ha consistido el estudio y qué consecuencias podrían tener los resultados en los protocolos de vacunación.
¿De dónde surge el proyecto?
La idea surgió desde el Hospital, ya que eran ellos quienes preparaban las vacunas y debían hacerlo con muchísimo cuidado para no alterar la estabilidad del ARNm. Como eran tan conscientes de las complicaciones que suponían los protocolos, y sabiendo que no había ninguna prueba al respecto, decidieron comprobar cómo de estable era, en realidad, el ARNm de las vacunas contra la Covid-19.
A partir de ahí, Santi Grau, jefe del Servicio de Farmacología del Hospital del Mar y con el que compartimos la docencia de la asignatura de farmacología en la UPF, le planteó la idea a Rafael Maldonado, director del grupo de Neurofarmacología. Lo que hemos hecho es un experimento para comprobar la estabilidad del ARNm de las vacunas.
Entrando más en detalle, ¿qué pruebas habéis hecho?
Con ayuda del grupo de Genómica de la UPF hemos llevado a cabo diferentes tests en los que hemos analizado y comparado la estabilidad del ARNm en 4 grupos experimentales:
- El grupo control era la muestra que se descongelaba, la que nosotros llamábamos la muestra fresh, equivalente a las vacunas que se administran.
- Un grupo que estaba en un agitador con un movimiento suave, equivalente a un transporte por carretera.
- Un tercer grupo agitado en un vortex, es decir, sometido a un estrés mucho más intenso.
- Finalmente, un cuarto grupo de muestras que estaba, simplemente, a temperatura ambiente ya que comprobar cómo afectaba la temperatura “normal” a la estabilidad del ARNm también era importante de cara a evaluar los protocolos del Hospital.
Al hacer estos tests en las vacunas de Moderna y Pfizer-BioNTech, enseguida comprobamos que la estabilidad se preservaba después de 3h de agitación suave, es decir, que el grupo que estaba en un agitador con movimiento suave a temperatura ambiente tenía una estabilidad similar a la del grupo fresh, el grupo control. Lo mismo pasaba con las vacunas a temperatura ambiente, pero no con las sometidas a una agitación intensa.
Con estos resultados hemos demostrado que, en contra de lo que se pensaba, el ARNm de las vacunas se mantendría estable en un traslado por carretera de unas 3h de duración.
Con estos resultados, ¿podrían cambiar los protocolos de vacunación de ahora en adelante?
Sí, sobre todo en poblaciones de zonas alejadas o personas que, por diferentes motivos, no puedan acceder a los centros de vacunación. Hemos comprobado que las vacunas pueden ser transportadas por carretera sin problema, de manera que se podrán preparar en centros de referencia y después administrarlas en zonas rurales o de difícil acceso. Hasta ahora se tenía que desplazar la gente a los centros de referencia, y ahora podrá ser al revés, ya sea en coche, furgoneta o bici.
Saber que las vacunas son estables por 3h puede facilitar el llevarlas a personas que lo tienen más difícil para desplazarse al centro de referencia.
Con este cambio en el protocolo, podremos evitar que la gente de zonas rurales no se vacune por la dificultad del proceso (distancia, tiempo de trayecto, etc).
Sabiendo que las estrictas directrices para el manejo de las vacunas han sido uno de los factores que más ha determinado el ritmo de vacunación de la población, ¿cómo es posible que esta estabilidad no se haya comprobado antes?
Todos los protocolos que se aplican en los hospitales derivan de información primaria que ofrecen las empresas responsables de las vacunas, así que por precaución o por desconocimiento decidieron tomaron las medidas que se han estado aplicando durante todo este tiempo.
En cuanto a nuestro proyecto, sí que es cierto que podría haberse hecho antes, pero hay que tener en cuenta que desde que se empieza un estudio hasta que se publica pasa mucho tiempo… En nuestro caso tuvimos que mandarlo a varias revistas para que viera la luz, con todo el proceso de revisiones que eso implica.
Aun así, estamos satisfechos con la publicación de los resultados: fue una sorpresa que los datos fueran tan claros y concluyentes en cuanto a la preservación de la estabilidad del ARNm.
Hablando de vacunas no puedo evitar la pregunta… ¿Qué opinas del uso de la información que han hecho los medios de comunicación en todo este tema?
Ha sido todo un poco caótico. Cada día salían noticias que perseguían demasiado la novedad de la información y no su veracidad. Aun así, creo que es positivo que se conciencie a la gente y se ha hecho, en general, una labor informativa buena.
El tema de las vacunas ha desplazado en búsquedas de Google al coronavirus, lo que significa que hay mucho interés y que la gente está motivada para escuchar este tipo de información.
Y ya para acabar… Has mencionado el interés de la gente, ¿crees que la población está más preparada y/o atenta a la información científica después de todo lo que hemos vivido?
Yo creo que sí. Creo que se valora mucho más el esfuerzo de la comunidad científica y con la crisis de la Covid-19 se ha visto que potenciando la investigación se podría llegar muy lejos, ha sentado un precedente. Ahora la gente es consciente de que, invirtiendo tiempo, dinero, infraestructuras y personal en otras enfermedades, se podrían conseguir avances muy importantes.
Ahora la gente es consciente de que, invirtiendo tiempo, dinero, infraestructuras y personal en otras enfermedades, se podrían conseguir avances muy importantes.
Ahora toda la población conoce términos como ARNm o PCR, así que, en general, creo que se ha revalorizado la ciencia y la importancia de la investigación científica.
Grau S, Ferrández O, Martín-García E, Maldonado R. Reconstituted mRNA Covid-19 vaccines may maintain stability after continuous movement, Clinical Microbiology and Infection, 2021