Efectos del calor en la salud humana

ISGlobal publica 3 estudios que relacionan calor y mortalidad, relevantes para la adaptación sanitaria al cambio climático y para las proyecciones de sus impactos en nuestra salud.

Several studies link global warming to increased mortality, prompting consideration of health adaptation to climate change. Photo by Kira Porotikova (Unsplash)

El Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha publicado recientemente 3 estudios que relacionan el calor y la salud humana. Dos de los estudios se han centrado en analizar la relación entre las temperaturas y la mortalidad. Un tercer estudio ha desarrollado un marco teórico para la estimación de las muertes producidas por el calor.

«Comprender los factores que reducen la susceptibilidad a las temperaturas extremas es crucial para fundamentar las políticas de adaptación sanitaria y combatir los efectos negativos del cambio climático en nuestra salud», afirma Hicham Achebak, investigador en el Inserm francés y en el ISGlobal.

Calor y mortalidad

La conclusión del primero de los tres estudios publicado es que el calor aumenta el riesgo de mortalidad en pacientes hospitalizados por enfermedades respiratorias. Aunque el número de hospitalizaciones por estas patologías es mayor en invierno, la máxima mortalidad se produce en verano. El calor fue responsable del 16% y del 22,1% del total de hospitalizaciones mortales por enfermedades respiratorias en Madrid y Barcelona, respectivamente, entre 2006 y 2019. «Si no se adoptan medidas de adaptación eficaces en los centros hospitalarios, el calentamiento global podría agravar la carga de mortalidad de los pacientes hospitalizados por enfermedades respiratorias durante el período estival», indica Achebak, primer autor del estudio.

«Si no se adoptan medidas de adaptación eficaces en los centros hospitalarios, el calentamiento global podría agravar la carga de mortalidad de los pacientes hospitalizados por enfermedades respiratorias durante el período estival»

Hicham Achebak, ISGlobal

Un segundo estudio ha demostrado que el aire acondicionado ha reducido en un tercio la mortalidad por altas temperaturas en España. El estudio toma datos de mortalidad, demográficas y socioeconómicas de 48 provincias españolas entre enero de 1980 y diciembre de 2018. Concluye que el aire acondicionado redujo un 28,6% las muertes por calor y un 31,5% las muertes por calor extremo entre finales de la década de 1980 y principios de la década de 2010. Por otra parte, los sistemas de calefacción redujeron en el mismo período un 38,3% las muertes relacionadas con el frío y un 50,8% las muertes relacionadas con el frío extremo, a pesar de un envejecimiento de la población que ha aumentado la vulnerabilidad a las temperaturas. Según este estudio, la reducción de la mortalidad está más asociada al desarrollo socioeconómico que a intervenciones como la alerta de oleadas de calor.

El aire acondicionado ha reducido en un tercio la mortalidad por altas temperaturas en España.

Estos datos subrayan la importancia de los sistemas de confort térmico como medidas de adaptación al cambio climático. Asimismo, dan relevancia al problema de pobreza energética presente en algunos sectores de la población, que no pueden asumir el coste del aire acondicionado o la calefacción. Los investigadores comentan que existen grandes diferencias entre provincias en el uso de estos sistemas. También recuerdan que estas tecnologías pueden ser dependientes de fuentes de energía que pueden contribuir al calentamiento global, y por tanto es necesario pensar en otras estrategias de regulación térmica como la ampliación de los espacios verdes y azules en las ciudades.

Herramientas para el seguimiento de los efectos del calentamiento global

Para el desarrollo de estrategias de adaptación al calentamiento global, también son importantes los estudios que desarrollan marcos teóricos para poder estudiar, y también proyectar, la relación entre el aumento de la temperatura y la salud humana. Un tercer estudio del ISGlobal ha analizado cuál es el mejor método para estimar las muertes que han sido producidas por la temperatura.

El nuevo marco teórico se ha refinado con datos de 147 regiones de 16 países europeos entre 1998 y 2004. El estudio concluye que el uso de datos de temperatura y mortalidad semanales o mensuales produce estimaciones a la baja de los efectos del calor. Para obtener resultados más precisos es necesario utilizar datos diarios, porque ayudan a establecer mejor la relación entre la temperatura y la mortalidad.

Este nuevo modelo con uso de datos diarios se ha utilizado para reestimar la mortalidad causada por las temperaturas récord del año 2022. Los resultados muestran que la mortalidad se había subestimado en un 10,28%. Usando datos diarios, la cifra de muertes estimadas con motivo del calor en 2022 en Europa supera las 70.000 muertes.

 «Estas estimaciones pueden ayudar a diseñar sistemas sostenibles de alerta temprana sanitaria en función del clima utilizando datos disponibles públicamente»

Rachel Lowe, jefa del Grupo de Resiliencia en Salud Global del BSC.

Sin embargo, según Joan Ballester Claramunt, investigador de ISGlobal que lidera el proyecto EARLY-ADAPT, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, “en aquellos casos en los que no sea posible disponer de datos diarios, el uso de series temporales semanales, que son fácilmente accesibles en tiempo real a escala europea, ofrece una buena aproximación de las estimaciones obtenidas en el modelo de datos diarios». Estas estimaciones pueden ayudar a diseñar «sistemas sostenibles de alerta temprana sanitaria en función del clima utilizando datos disponibles públicamente», afirma la profesora Rachel Lowe, jefa del Grupo de Resiliencia en Salud Global del BSC.

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