Cada vez más, los equipos de investigación intentan resolver sus preguntas científicas desde diferentes puntos de vista, combinando técnicas, disciplinas e incluso distintos bagajes culturales. Por eso, en el tercer episodio de ‘La mare de la ciència’, el podcast de divulgación científica en catalán que ha estrenado el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB), relata el testimonio de un físico que trabaja rodeado de biólogos.
En este episodio, David Oriola, investigador postdoctoral en el grupo que estudia la autoorganización de los sistemas multicelulares del Laboratorio Europeo de Biología Molecular – Barcelona (EMBL Barcelona), nos habla de organoides y de la física que rige los primeros estadios del desarrollo embrionario.
Los organoides son estructuras tridimensionales que, dadas las señales químicas adecuadas, se autoorganizan formando estructures simples similares a un órgano. Y en su laboratorio, David y sus compañeros recrean los primeros estadios del desarrollo embrionario usando gastruloides. «Creamos una estructura que en muy pocos días empieza a formar el eje anteroposterior», cuenta el físico.
Para estudiar las fuerzas mecánicas en una estructura tan pequeña, hay que tener en cuenta que la mecánica es muy diferente a la del mundo macroscópico. No hay inercia y hay mucho ruido térmico, que es cuando las moléculas se mueven por efecto de la temperatura. Y esto hace que muchos procesos sean complicados, porque «¿cómo consigues hacer tu trabajo cuando tienes proteínas y moléculas atacándote por todos lados?».
En un proyecto donde intervienen la biología, la física, las matemáticas e incluso la ingeniería hay una mezcla de puntos de vista. Y, a veces el lenguaje utilizado en distintas disciplinas «es una barrera que existe» y que hace que cueste entendernos. «Pero, al final, si trabajas en un laboratorio interdisciplinario donde todo el mundo sabe un poco de todo, esto no es un problema», explica David.
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