El 21 de junio se celebra cada año el día internacional por una educación sin sesgo de género. Este año nos unimos con esta reflexión de Adriana Castro, estudiante de doctorado en el laboratorio de Neurobiología del comportamiento del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud, Universidad Pompeu Fabra (DCEXS-UPF), sobre su experiencia explicando su vida de científica a una clase de 3o de primaria.
Como mujer científica puedo decir que día a día me siento orgullosa de mi trabajo y de a donde he llegado; sin embargo, el 11 de febrero es una fecha aún más especial, ya que se celebra el día de la mujer y la niña en la ciencia.
Este día fue proclamado en el 2015 por la UNESCO, para reconocer y dar visibilidad a la importancia que tenemos las mujeres en el desarrollo de la ciencia. Es triste que aún hoy en día, menos del 30% de investigadores científicos en el mundo son mujeres. ¿A qué se debe esto?
Existen muchos factores sociales que ocasionan esta desigualdad, conocida como “efecto tijera”. Este efecto tijera nos explica que a medida que se sube de categoría o rangos de mando, el número de mujeres que participan en investigación va disminuyendo. Datos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas reportan que la carrera científica la inician un 49,2% de alumnas predoctorales, pero solo un 26,5% logran el puesto de profesoras de investigación.
Además de los factores sociales, otra de las grandes causas de esta desigualdad es que, desde pequeños, solemos asociar ciertas profesiones al género masculino o al femenino. Esto ocurre en las carreras relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, denominadas STEM por sus siglas en inglés, que suelen asociarse más al género masculino.
A medida que se sube en los rangos de mando, el número de mujeres disminuye… Sólo un 30% del total de investigadores e investigadoras en el mundo son mujeres.
Por esta razón es tan importante también recordar el día internacional por una educación sin sesgo de género, celebrado anualmente el 21 de junio. Y es necesario motivar día a día a las niñas y a las chicas para que estudien carreras en el ámbito de las STEM. Una vía para lograr esto, es visibilizando ante los más pequeños y pequeñas a mujeres que actualmente somos científicas.
Del laboratorio a la escuela
Conscientes de esta labor, la escuela “La Mar Bella” en el barrio del Poblenou, me invitó a dar una charla a niñas y niños de tercero de primaria para compartir mi trabajo.
La idea consistía en narrarles qué hace una neurocientífica, cómo es que llegué a hacer lo que hago, los experimentos que estoy llevando a cabo, por qué es importante la investigación que realizamos, etc. Dadas las circunstancias, la charla tuvo que ser telemática, pero aun así les conté que yo trabajo como investigadora en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB), estudiando la forma en que todas las experiencias que vivimos en nuestros primeros años de vida pueden afectar al cerebro y a su funcionamiento. También les conté que para poder comprender todo esto, utilizamos un modelo animal, y les expliqué que si empleamos ratones es porque se parecen mucho genéticamente a nosotros y que pueden aprender y resolver diferentes pruebas a las que los retamos. También pude explicarles la importancia de la infancia y lo necesario de tener una vida saludable tanto a nivel físico como emocional.
En el laboratorio estudiamos, utilizando ratones, cómo las experiencias que vivimos en la infancia pueden afectar al cerebro y a su funcionamiento a largo plazo.
Adriana Castro (DCEXS-UPF)
Además de mi presentación, las niñas y niños pudieron hacerme preguntas sobre ciencia. Estas preguntas podían ser sobre lo que ellos quisieran, no necesariamente relacionadas con neurociencia. He de decir que esta última parte fue mi favorita, ¡ya que me llegaron a hacer preguntas bastante elaboradas y bien pensadas! Algunos ejemplos fueron ¿Por qué el ácido del estómago no quema al mismo estómago? ¿Por qué los recién nacidos no tienen arrugas y los mayores sí? ¿Cómo aparecieron las bacterias en el mundo? Por suerte, estas preguntas me las hicieron llegar con una semana de anterioridad: para muchas de ellas, tuve que buscar información, ya que eran sobre cosas que, como adultos, damos por sentadas.
También me hicieron algunas más personales. Me preguntaron que si en mi familia había investigadores; les respondí que no, puesto que mi madre y mi hermana son más de política y mi padre es artista. Fue súper lindo que cuando les respondí esto, ya que me aplaudieron y me dijeron que muchas felicidades por ser la primera científica en mi familia.
Fue una experiencia maravillosa estar frente a las caritas expectantes de las niñas y los niños, sorprendiéndose de las cosas que les contaba.
Puedo decir que a nivel personal ha sido una experiencia maravillosa, estar ahí frente a las caritas expectantes de las niñas y los niños, escuchándote con mucha atención y sorprendiéndose de las cosas que les contabas. A nivel profesional, es un gran reto poder explicar temas tan complejos con palabras sencillas y accesibles, para que ellas y ellos puedan entender lo que hacemos y que se sientan motivadas hacia la ciencia. Sin lugar a duda volvería a repetir esta experiencia, pues sinceramente, no sé quién disfrutó más de esa charla, ¡si los peques o yo!
Estoy profundamente orgulloso de mi hija Adriana Castro de la Rosa. se que por su inteligencia, tenacidad y disciplina cumplirá con sus propósitos en beneficio de la ciencia.
Segurísimo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Además, desprende una gran pasión por lo que hace, y se explica muy bien ¡Muchas felicidades!
Wao! y super Wao! qué agasajo leer la nota.