Anna Solé Amat (CRG): “Formamos a los nuevos líderes científicos”

Anna Solé Amat es la coordinadora académica del CRG. En esta entrevista, parte de la serie de “Career month”, nos explica los secretos de su trabajo.

Anna Solé Amat coordinador académica

Anna posa delante de los pósteres de los últimos PhD Symposiums que organizan los mismos doctorandos. Se siente muy orgullosa cuando les ve tomar la iniciativa

Anna Solé Amat está muy conectada con la naturaleza. A lo mejor por eso estudió biología enfocada al cambio climático y la biodiversidad. Su carrera la llevó a Inglaterra a trabajar de jefa de guardabosques y después a la sede del Instituto Internacional de Agricultura Tropical en Uganda, donde vivió cuatro años y donde empezó a hacer actividades de formación y proyectos con jóvenes. Desde 2016, trabaja en la oficina académica y de formación del Centro de Regulación Genómica (CRG), donde es la coordinadora académica desde hace tres años.

En el CRG, con quien conecta más es con los estudiantes. Los ve crecer durante toda su estancia y llegar muy lejos. En esta tercera entrevista del Career Month, hablamos con Anna sobre qué implica su trabajo de coordinación académica.

¿En qué consiste tu trabajo como coordinadora académica?

Tengo diferentes funciones, pero la principal es la coordinación de la comunidad de doctorandos del CRG. Estoy presente durante todo el proceso, desde la captación de talento con la difusión de las plazas y las entrevistas hasta que depositan la tesis. Entremedio, coordino la logística para traerlos al CRG y, lo más importante, hago su seguimiento durante los cuatro años. Esto quiere decir hablar con ellos para ver como están y ayudarlos si alguna cosa no funciona. Al final, mi trabajo y el de la oficina es de apoyo al estudiante con formación, encuestas de evaluación anual y trato personal. Podríamos decir que ayudamos a formar a los nuevos líderes científicos.

Sin un programa tan estructurado, también apoyamos a los posdocs y a los estudiantes de máster que pasan por el centro. En este último caso, los asesoramos con los currículos, con las solicitudes para hacer un doctorado, etc.

Hablas de formar a los nuevos líderes científicos, ¿a qué te refieres?

En la oficina, organizamos toda la formación del CRG. Desde hace dos años, también nos encargamos de la formación institucional. Yo, personalmente, con lo que estoy más involucrada es con el curso de doctorado. Es un curso que se hace en octubre, dura un mes y es obligatorio para todos los doctorandos que entran. A través de este curso conocen en esencia el CRG porque todo el personal investigador presenta allí su trabajo. Después, damos charlas relacionadas con la ciencia y la investigación. Por ejemplo, hablamos de gestión de datos, de la dimensión del sexo y género y de ética. Además, tenemos un PhD kit con todas las herramientas. Después, durante el año ofrecemos cursos de muchos temas diferentes, algunos que nos piden.

Estáis muy involucradas con los estudiantes, ¿cómo interactuáis con ellos?

En el CRG hay un consejo de doctorandos con siete grupos de trabajo. Estos grupos lo organizan todo; entre otras cosas, el simposio anual de estudiantes de doctorado y el retiro (o retreat) que son dos días donde los doctorandos van a una casa de colonias para interactuar, pasárselo bien, pero también para hacer talleres de mediación o de resolución de conflictos. Siempre nos invitan a ir. Ellos se ocupan de los carteles y de los trípticos del simposio o de las actividades del retiro, por ejemplo. Nosotras les ayudamos con todo lo que necesitan tanto de logística como de formación, pero solo si nos lo piden. Así que interactuamos más o menos dependiendo de sus necesidades y su disposición.

¿Cuáles son los perfiles que tenéis en la oficina académica y de formación?

Somos un equipo de cuatro personas y la mayoría tenemos un perfil científico, algunas incluso, experiencia posdoctoral. Pero no es obligatorio tener formación científica porque normalmente no damos nosotras los cursos y, cuando lo hacemos, es dependiendo de nuestros conocimientos y de nuestras experiencias.

¿La coordinación académica es un servicio común en los centros de investigación?

En muchos centros, no como tal. Sí tienen el servicio, pero disperso en diferentes departamentos. A veces está dentro de recursos humanos porque, en parte, es una figura de captación de talento y a la vez de asesoramiento y de mediación. De hecho, algún centro nos ha pedido dar un pequeño curso de coordinador académico, pero cada centro se adapta a sus condiciones. En el CRG, se ha apostado mucho por esta figura. Cuando los estudiantes se han ido nos han dicho que no eran conscientes de la suerte que tenían de que existiera esta figura, y de que el trato fuera tan cercano.

¿Qué recomendarías a alguien que se quiere dedicar a la coordinación académica?

Tener mucha empatía, pero saberla controlar. También se tiene que ser consciente de que no se pueden solucionar los problemas de los demás, que lo tienen que solucionar ellos. A nivel técnico diría que saber de ciencias es útil, pero que no es necesario y que se tiene que estar abierto a explorar cosas nuevas.

¿Cómo es tu día a día?

Difícil de contestar. Yo voy con mi lista de cosas para hacer, pero a veces salen otras y el día cambia. Lo que sí hago es aprovechar los dos días a la semana que teletrabajamos para leer, escribir y preparar proyectos o ideas a desarrollar. Los días que vengo, priorizo las reuniones presenciales y los encuentros con los estudiantes.

Ver crecer y desarrollarse a las personas que están haciendo el doctorado es una de las cosas más bonitas de mi trabajo.
Anna Solé (CRG)

¿Cuáles son los retos de la coordinación académica?

El reto más grande es que los problemas parecen muy fáciles de resolver desde fuera. Hay veces que vienen doctorandos o personal investigador diciendo “con esta persona no funciono bien o no sé como explicarme”. Muchas veces se sientan a hablar y se entienden. Nosotras solo les damos las herramientas de los cursos de mediación que hemos hecho para que la comunicación sea más efectiva. Eso sí, no les solucionamos los problemas, lo tienen que hacer ellos.

Y, para acabar, ¿qué es lo que más te gusta?

Ver la progresión de los estudiantes que vienen. Como participo activamente desde que llegan hasta que acaban, veo como se transforman a nivel profesional y personal; ganan confianza en sí mismos. Hay estudiantes que los ves inseguros cuando entran y acaban defendiendo la tesis y están pletóricos. Verlos crecer es para mí una de las cosas más bonitas.

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