Calor estival e ingresos hospitalarios: el efecto de la temperatura en nuestra salud

Según un reciente estudio de ISGlobal, los menores de 1 año, las personas mayores y las mujeres son las personas más afectadas por las altas temperaturas.

Termómetro indicando una temperatura muy alta.

Las enfermedades metabólicas y la obesidad son las que presentaron más hospitalizaciones. Imatgen de Gerd Altmann enPixabay

El Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), junto con el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (Inserm) de Francia, ha analizado los ingresos hospitalarios en España durante los meses de calor estival -de junio a septiembre- entre 2006 y 2019.

El análisis, hecho a partir de los datos de las provincias peninsulares y las Islas Baleares, incluye 11,2 millones de ingresos que, al ser relacionados con la temperatura, la humedad relativa y los contaminantes atmosféricos diarios, evidencian que hay un impacto del calor en les hospitalizaciones.

La investigación ha visto que la población más vulnerable son los menores de 1 año y los mayores de 85. También se han puesto de manifiesto diferencias por sexos: les mujeres son más sensibles al calor, de modo que, en días calurosos, tienen más probabilidades de ingreso que los hombres a causa de enfermedades parasitarias, endocrinas y metabólicas, respiratorias o urinarias. De hecho, las enfermedades más afectadas por el calor son los trastornos metabólicos y relacionados con obesidad, seguido de la insuficiencia renal, la infección urinaria y la sepsis, entre otros.

«El aumento de hospitalizaciones en días calurosos parece estar relacionado con cómo nuestro cuerpo regula su propia temperatura»

Hicham Achebak, ISGlobal, primer autor del artículo

El hecho que el riesgo de hospitalización por enfermedades metabólicas casi se duplique en días calurosos se debe a que, cuando hace calor, nuestro cuerpo quiere regular la temperatura. Esto es posible gracias al sudor y la dilatación de los vasos sanguíneos, pero en el caso de tener afectaciones en el metabolismo, estos procesos no terminan de funcionar debidamente.

Lo que evidencia esta investigación, publicada en Environmental Health Perspectives, es que las olas de calor y las temperaturas extremadamente altas tienen un gran impacto en la salud y los ingresos hospitalarios. Por este motivo, el grupo de investigación cree que las alertas de calor no deberían centrarse únicamente en las olas de calor sino también en los casos de temperaturas extremas no persistentes.

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