Para ser funcionales, las proteínas tienen una estructura determinada, que se modula cuando interaccionan las unas con las otras. Esta idea que aparentemente puede parecer simple, hace años que tiene intrigada a la comunidad científica, que intenta predecir dicha estructura.
En el cuarto episodio de la segunda temporada de ‘La mare de la ciència’, descubriremos cómo se estudia el ‘plegamiento de las proteínas‘ con Baldo Oliva, jefe del grupo de bioinformática estructural en el GRIB, un programa compartido entre el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y el Departamento de Medicina y Ciencias de la vida, Universidad Pompeu Fabra (MELIS-UPF).
Conocer la estructura de las proteínas permite saber cuál es su dominio activo o cómo una mutación puede afectar a su función. Pero también es una magnífica herramienta para diseñar nuevas moléculas para hacer materiales o fármacos.
El estudio de la estructura proteica se basa en experimentos teóricos donde se utilizan programas informáticos y herramientas de inteligencia artificial para comparar distintas secuencias y patrones de plegamiento. Pero, curiosamente, esta investigación de frontera convive con teorías tan antiguas como las leyes de Newton que ayudan a explicar el movimiento de las moléculas.
¿Y qué pasó el verano del 2021? Pues que se publicaron Alpha Fold y RoseTTA Fold, dos softwares de acceso abierto que permiten predecir la estructura de las proteínas. Ambos han revolucionado el campo de investigación y han sido clasificados por la revista Science como el descubrimiento del año. Y a pesar que estos programas aún tienen limitaciones, ya han dado respuesta a uno de los enigmas más antiguos de la biomedicina.
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