Unas 1200 personas se registraron para participar en la conferencia WISCovid19 el pasado mes de septiembre, un evento en línea organizado por EMBL sobre el impacto de la pandemia de Covid19 en las mujeres científicas. El hecho de que el 95% de los asistentes fueran mujeres ejemplifica el problema que nos ocupa.
La conferencia se dividió en tres bloques:
- Historias personales de mujeres científicas durante la Covid19
- Qué han hecho las organizaciones para ayudar
- Consejos de mujeres en puestos de liderazgo institucional
Los objetivos del evento también fueron triples:
- Crear conciencia sobre cómo la pandemia está afectando a diferentes grupos; especialmente mujeres, pero también a madres y padres solteros y a investigadoas jóvenes (Early Career Researchers, ECR)
- Aprender las mejores prácticas de las instituciones para cuidar de su personal
- Crear una comunidad de personas de ideas afines que mantendrán abierta la conversación (a través de un espacio de Slack y redes sociales)
Roni Wright, una postdoctoranda en el Centro de Regulación Genómica (CRG), fue una de las ponentes. El título de su charla, “La misma tormenta, diferentes barcos”, fue muy ilustrativo de la forma asimétrica en la que hombres y mujeres (o, a menudo, hombres con hijos) han experimentado esta crisis. Roni compartió su caso personal, en el que ha tenido que hacer malabares para cuidar de sus tres hijos, y habló de cómo se sentía y de cómo se las arregló. También explicó cómo el CRG había establecido rápidamente un grupo de trabajo sobre equilibrio entre la vida personal y laboral para ayudar a su personal durante esta crisis.
Ayuda al alcance de la mano
Entre otras cosas, el equipo de trabajo del CRG trabajó para implementar acciones como:
- horarios flexibles
- un espacio social para que las familias interactúen de manera informal
- información y recursos sobre infancia o salud mental
- una comunicación constante con los supervisores
- actualizaciones de la institución para que la gente no se sintiera aislada
- apoyo económico para los que se encontraban en una situación más compleja (soltero/a, alguien cuya pareja que perdió el trabajo…).
Otras organizaciones también han ofrecido ayuda para quienes más sufren a causa de la situación Covid19. Por ejemplo, el Instituto Curie (Francia) organizó sesiones en línea para ofrecer apoyo psicológico y sus líderes de grupo comprobaban regularmente el bienestar de todos los miembros del equipo, manteniéndose en constante comunicación. En EMBL (Alemania), se ofreció capacitación en salud mental, así como oportunidades mensuales para charlas individuales con la directora general, Edith Heard.
Otra herramienta organizativa, mencionada por la coorganizadora Friederike Gutmann, han sido chequeos diarios, al empezar por la mañana y al acabar por la tarde, de 5-10 minutos vía zoom, en los que se pregunta explícitamente por la salud mental.
La crisis de Covid-19 nos ha enseñado algunas lecciones valiosas sobre liderazgo. Un chequeo diario de 5 a 10 minutos con todos los miembros de tu equipo, en el que preguntes explícitamente sobre la salud mental y el bienestar, es una forma de demostrar que te preocupas.
En general, hubo un sentimiento positivo (en cierto modo), en el consenso de que la Covid19 había aportado algunas lecciones valiosas sobre cómo ser mejores líderes. En palabras de Genevieve Almouzni (CNRS, Institut Curie):
- Está bien bajar el ritmo y debes decírselo a quienes te rodean o dejarlo claro por otros medios, como tu firma de correo electrónico.
- Sé flexible con las dinámica de tus equipos (cambia los horarios y formatos de las reuniones si es necesario)
- Aboga por el cambio de expectativas
- Trata de entender que todo el mundo pasa momentos difíciles
También habló Zulema Altamirano Argudo, directora de la Unidad Mujer y Ciencia del Ministerio de Ciencia e Innovación, sobre el rol de esta unidad, sus prioridades y lo que han hecho respecto a mujer y ciencia durante la crisis de la Covid19.
¿Viejo problema, nuevas soluciones?
Pero lo que también quedó claro es que la Covid19 solo ha exacerbado una disparidad de género ya existente.
Como mencionó la propia Edith Heard, el sesgo de género está ahí. Aunque ella no sintió grandes problemas de discriminación durante su doctorado o postdoctorado o incluso como investigadora principal, sí los había sentido en sus primeros pasos en la universidad, y los ha sentido ahora que está en el nivel más alto de su carrera, como directora general de uno de los mayores centros de investigación europeos, aunque tal vez se den de forma más inconsciente. Aún así, «debemos hablar de ello«, dijo.
Pero los prejuicios inconscientes y la discriminación de género son solo una parte del problema. Como mostró Genevieve Almouzni en su presentación, el número de mujeres que han recibido una beca o que son miembros del consejo de ERC ha aumentado en los últimos años; pero aún así, solo el 30% de los solicitantes son mujeres. Por lo tanto, no es solo un problema de que se seleccionen menos mujeres (lo que podría explicarse en parte por prejuicios inconscientes), sino también de que se presenten menos mujeres. ¿A qué se debe eso?
Puede haber algunos factores psicológicos en juego (síndrome del impostor, menor autoestima, mayor perfeccionismo). ¿Pero hay algo más? Varios debates destacaron que, quizás, la carrera científica podría no ser tan atractiva para (algunas) mujeres como lo es para (algunos) hombres, y que debería haber más «trayectorias profesionales» o tipos de trabajo para permitir la diversidad en los institutos de investigación.
¿Podría esta crisis ser una oportunidad para un cambio muy esperado en la cultura investigadora y académica?
En cualquier caso, la competitividad feroz, la falta de flexibilidad o la penalización por tener una familia no son, en mi opinión, buenos para nadie, ni hombres ni mujeres. ¿Podría esta crisis ser una oportunidad para un cambio muy esperado en la cultura investigadora y académica?
Yo así lo espero, sinceramente.
Mientras tanto, es importante mantener la equidad de género bajo escrutinio, segregar los datos por género, integrar la dimensión de género por defecto en todos los aspectos de la investigación y, por supuesto, ¡mantener la conversación abierta!
Podéis ver todas las charlas aquí.