¿Vuelven los -70ºC a ser tendencia? Los congeladores de ultra baja temperatura o ULT (de sus siglas en inglés «ultra low temperature») se establecen en la actualidad a una temperatura de -80ºC o, incluso, de -86ºC. Sin embargo, hace 15 años solían ponerse entre -65ºC y -70ºC. Ahora, el movimiento Freezer Challenge promueve el retorno a esta temperatura. La razón es simple: un cambio tan sencillo permite disminuir los costes energéticos del laboratorio, reducir la huella de carbono y prolongar la vida útil de los congeladores ULT.
Freezer Challenge
El Freezer Challenge es una iniciativa que surge de la colaboración entre My Green Lab y el Instituto Internacional para la Sostenibilidad de los Laboratorios. Se trata de una competición que promueve un comportamiento más sostenible dentro de los laboratorios y enseña a ser más sostenibles energéticamente.
En el desafío se proponen una serie de medidas, como por ejemplo ajustar la temperatura de los congeladores ULT a -70ºC, que proporcionan puntos a los laboratorios que las cumplan. De esta forma, la participación en el reto conlleva numerosos beneficios como:
- Reducir el consumo de energía, los costos y el impacto ambiental del laboratorio
- Aprender y aplicar las técnicas adecuadas de mantenimiento de los laboratorios
- Eliminar las muestras innecesarias o inviables para liberar espacio
- Reducir los costes de mantenimiento
- Mejorar el acceso y la seguridad de los investigadores a las muestras
- Desarrollar prácticas continuadas que favorezcan la eficiencia y maximicen la utilidad del espacio.
¿Qué temperatura hay en el PRBB?
En el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) ya hay laboratorios que han tomado la decisión de aumentar la temperatura de los congeladores ULT. Casandra Villava, investigadora en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular – Barcelona (EMBL Barcelona) explicaba que «en el EMBL solo hay 2 congeladores ULT. En un principio, en ambos ajustamos la temperatura a -70ºC, ya que estos 10 grados de diferencia suponen un ahorro del consumo energético del 30%». Sin embargo, Casandra comenta que la alarma sonaba con bastante frecuencia y generaba un gran nerviosismo entre los investigadores. Por eso, ahora los ULT del EMBL se encuentran a -75ºC.
Existe una preocupación generalizada entre el personal científico sobre si las muestras se preservan bien a temperaturas más altas que -80ºC
Y es que realmente existe una preocupación generalizada entre los científicos sobre si las muestras se preservan igual a -70ºC que a -80ºC. Natalia Artigas, investigadora en el Departamento de Medicina y Ciencias de la vida, Universidad Pompeu Fabra (MELIS-UPF), está lidiando con este miedo. «Hace un tiempo hice un sondeo y pasé información para ver si la gente estaría a favor de aumentar la temperatura de los ULT, pero me encontré con algunas reticencias y aún no hemos tomado una decisión», nos cuenta. Sin embargo, Natalia también aclara que existen muchas pruebas de estabilidad de muestras de ADN, ARN, virus y proteínas plasmáticas a estas temperaturas.
La experiencia de Núria Somoza, investigadora en el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y coordinadora de las Plataformas de soporte a la investigación del centro, entre ellas el Biobanco, es totalmente distinta. Ella relata que «en 2012, hace 10 años, tomamos la decisión de establecer la temperatura del los ULT a -75ºC por una cuestión de sostenibilidad y gasto y porque no había una razón científica para mantener las muestras más frías. Desde entonces, nadie ha cuestionado la decisión». Además, Núria remarca que «tenemos 65 congeladores, pero los de emergencia están programados a una temperatura más alta, de -65ºC o, incluso, de -55ºC», lo cual permite ahorrar aún más energía.
Ser más sostenible en el laboratorio
La sostenibilidad se puede integrar en el laboratorio de muchas maneras. Adoptar medidas que a priori parecen muy simples pude tener un gran impacto. Natalia comenta que «todo lo que aplicas en casa puedes trasladarlo al laboratorio. Igual que no dejas el secador en marcha si no lo estás usando, no hace falta tener una centrífuga a 4ºC permanentemente». En la misma línea también nos habla de la gestión de los residuos: «No todo el plástico que se usa en los laboratorios es peligroso para la salud, por lo que puede ser reciclado en contenedores amarillos normales», añade.
Casandra, por su parte, enfatiza la importancia de cuidar los congeladores ULT y propone tener un buen registro de las muestras almacenadas y un buen etiquetado porque «así encontrar la muestra es mucho más fácil y el tiempo que tenemos la puerta abierta y que se pierde frío y, por tanto, energía es menor». También comenta otras medidas como raspar la escarcha de las paredes de los ULT o descongelarlos de manera frecuente.
También hay acciones que, aunque son más difíciles de establecer, suponen un ahorro energético muy grande. Por ejemplo, Núria comenta que «los tanques de nitrógeno no son de acceso libre. Se han determinado unos horarios de acceso a la semana para poder reunir a todo el personal que los necesite y no tener que abrirlos constantemente». Teniendo en cuenta que la temperatura en estos tanques es de -196ºC, es fácil imaginar la cantidad de energía que se puede llegar a ahorrar con esta medida.
Tomar decisiones y aplicar medidas más respetuosas con el medioambiente, por muy pequeñas que sean, puede ayudar a promover y cuidar la sostenibilidad dentro de los laboratorios. El cambio está en manos de todos y todas.