Roger Anglada, Servicio de Genómica de la UPF: «Somos el enlace entre la tecnología y el investigador»

Hablamos con Roger Anglada sobre cómo es el trabajo en un servicio científico-técnico como el Servicio de Genómica de la Universidad Pompeu Fabra, abierto a todos los centros de investigación del PRBB.

Roger Anglada es técnico de genómica de la UPF.

Roger Anglada trabaja en el Servicio de Genómica del Departamento de Medicina y Ciencias de la vida, Universidad Pompeu Fabra (MELIS-UPF). Se trata de un servicio científico-técnico que ofrece apoyo a los equipos de investigación del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) en el procesamiento y análisis de datos genómicos. El Servicio cuenta con un equipo humano de 4 personas expertas en secuenciación y con material de última tecnología para secuenciar el ADN.

El servicio también está comprometido con el desarrollo de nuevas metodologías de análisis genético y ofrece asesoramiento y formación a los investigadores e investigadoras. Hablamos con Roger sobre cómo es su profesión, el camino para llegar a ella y su día a día.

Intentamos ser los mejores en las tecnologías que utilizamos y estar siempre al día porque nosotros somos el enlace entre la tecnología y el investigador o investigadora.

¿En qué consiste tu trabajo?

Dentro del PRBB hay diferentes servicios científico-técnicos y el nuestro concretamente es el servicio de genómica. Nuestro equipo ofrece a los centros de investigación del PRBB, y a clientes externos, servicios de secuenciación. Nos dedicamos a secuenciar ADN con diferentes tecnologías y plataformas de las cuales somos expertos.

También damos apoyo a los equipos investigadores en las diferentes etapas de la investigación. Los asesoramos en el diseño de la metodología del estudio y en las últimas tecnologías disponibles. Intentamos ser los mejores en esto y estar siempre al día porque nosotros somos el enlace entre la técnica y el personal investigador.

De modo que participáis en muchos descubrimientos científicos diferentes…

Y tanto, y te sientes partícipe. En algunos tipos de investigaciones nos necesitan para diseñar el proyecto, para aprender técnicas y para saber qué se debe hacer en cada momento. Sentimos estos proyectos como propios. Los equipos de estas investigaciones nos valoran y esa confianza que tienen en nosotros nos llena mucho.

Y dices que tenéis que estar siempre al día de las últimas tecnologías en secuenciación. ¿Es difícil esto? ¿Cambian muy rápido?

Las técnicas cambian muy rápidamente, pero no es difícil estar al día porque los mismos usuarios te lo facilitan. Hay grupos en el PRBB con los que trabajamos diariamente y que están al tanto de las últimas novedades, así que nos obligan a estarlo también, lo cual es muy motivador. Los investigadores e investigadoras nos comentan las novedades que han visto y nos preguntan cómo podemos hacerlo. Luego tenemos que aprenderlo, pero los mismos grupos ya nos orientan.

Para visualizar cómo de rápidamente avanzan estas técnicas, podemos poner el ejemplo de la secuenciación del primer genoma humano. Se publicó hace 22 años y costó 3.000 millones de dólares. Se tardaron 7 años en hacerlo y trabajaron en ello miles de personas. Hoy en día, secuenciar un genoma cuesta cerca de 1000 dólares y lo hacemos en dos días. La evolución en el precio equivale a que un piso del Eixample pase de costar 300.000 euros a costar 10 céntimos.

Por lo tanto, hemos logrado abaratarlo mucho y hacerlo mucho más rápido. Debemos seguir abaratando y acelerando el proceso, para convertirlo en algo cotidiano. Podría llegar a ser una herramienta habitual, por ejemplo, en las consultas médicas, donde podría servir para diagnosticar enfermedades como el cáncer.

¿Cómo es tu día a día?

Cada día es diferente y muy variado. Hay días de burocracia y otros de mucho trabajo manual en el laboratorio. También tenemos reuniones para asesorar y diseñar metodologías, o necesitamos estar frente al ordenador leyendo sobre nuevas técnicas. Hay días de todo, y días en los que tienes que hacerlo todo.

Por ejemplo, puede venir un usuario y preguntar cómo podría hacer un análisis. Nos sentamos con esta persona y buscamos la técnica más adecuada. Pero también puede venir alguien que ya trae unas muestras y hay que preparar una biblioteca o secuenciarlas, hacer control de calidad… También hay días más surrealistas en los que llegan muestras de ADN antiguo o de memoria histórica, ¡y te toca ponerte una escafandra para ir a hacer extracciones de ADN en un laboratorio especial!

¿Por qué elegiste este camino profesional? ¿Cómo llegaste hasta aquí?

Estudié un grado formativo superior de análisis químico y realicé unas prácticas de farmacología en el Hospital del Mar Research Institute que me gustaron mucho. Allí realizaba análisis de antidopaje. Amplié las prácticas hasta que me pudieron hacer un contrato y gracias a ello pude trabajar con la primera máquina de PCR cuantitativa que llegó. Cuando la Universidad Pompeu Fabra creó el servicio de genómica y abrió una plaza, pude presentarme gracias a la experiencia que había adquirido.

¿Hay otros caminos para llegar?

Sí, lo que hace falta es que surja una necesidad y se abra una plaza. En el equipo tenemos gente que ha llegado por caminos muy diversos: doctores, licenciados, graduados, técnicos… Los perfiles de entrada son muy variados, se puede entrar desde farmacia, bioquímica, bioinformática, química…

El mundo de la ciencia cambia muy rápido. Lo que estudias te proporciona una base, pero lo más importante que sacas de ello son los hábitos para seguir aprendiendo. Una vez que comienzas a trabajar, todo volverá a ser nuevo. Debes tener una buena base y esa voluntad de formación constante.

El mundo de la ciencia cambia muy rápido. Lo que estudias te proporciona una base, pero lo más importante que sacas de ello son los hábitos para seguir aprendiendo.

Roger Anglada, Servicio de genómica, UPF

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Individualmente, lo más bonito de este trabajo es que tienes retos constantes. Cada día es diferente y debes formarte constantemente.

En el ámbito colectivo, trabajar en investigación es muy gratificante porque ves que tiene beneficios para la sociedad. A veces ves avances clínicos o en medicina, o tal vez puedes recuperar unos restos óseos y devolverlos a la familia de una persona que desapareció en una guerra.

¿Cuáles son los retos o dificultades?

Una de las dificultades es encontrar el financiamiento para poder comprar las máquinas nuevas y cambiar las que han quedado obsoletas, o para poder disponer de todo el personal que desearías.

¿Cómo es tu equipo humano de trabajo?

Formo parte de un equipo de cuatro personas. Nuestra jefa es Núria Bonet. Me siento una pieza más de un equipo que tiene perfiles variados, como ya hemos dicho. Esto nos suma. Como todos somos muy diferentes, cada uno aporta cosas diferentes.

¿Cuáles son vuestras herramientas de trabajo?

Nuestras principales herramientas de trabajo, como siempre en ciencia, son la cabeza y las manos. Pero luego también tenemos tecnología de vanguardia para hacer análisis genéticos, desde secuenciadores de ADN de primera generación hasta máquinas de segunda y tercera generación. Tenemos muchas máquinas que nos sirven para estudiar el ADN, cubrimos todo el mercado.

El trabajo manual en el laboratorio también es muy variado, tanto podemos pipetear como usar el torno para pulir huesos y extraer su ADN. Y además de las herramientas de laboratorio, también necesitamos el ordenador porque usamos mucho los buscadores o las bases de datos de genomas. Nuestras herramientas son muy, muy diversas.

¿Qué habilidades o destrezas crees que son las más importantes para hacer tu trabajo?

Además de ser riguroso y metódico, habilidades siempre presentes en el mundo de la ciencia, también debes tener empatía. La ciencia a menudo es muy frustrante y nosotros somos un servicio que recibe personas que pueden estar contentas o no con los resultados. Debemos saber tratar con estas emociones, poder enfrentar momentos de frustración y saber gestionar tanto su estado de ánimo, como los cambios que se deban hacer en el proyecto o la metodología para poder seguir adelante.

También debes tener habilidades de comunicador, ya que damos charlas en congresos, seminarios, visitas de estudiantes o vamos a institutos a dar charlas. Participamos en programas de jóvenes y ciencia.

Hay que ser metódico y riguroso, pero también tener empatía y buena comunicación.

¿Qué consejo darías a una persona que quiera dedicarse a esta profesión?

Mi consejo sería que, si él o ella tiene ganas de hacer ciencia, que lo haga, que siga adelante. Las limitaciones a menudo nos las ponemos nosotros mismos. Sin embargo, también debes ser humilde y honesto contigo mismo, y saber que cuando empiezas te queda mucho camino por recorrer. Aunque tengas un expediente muy bueno, siempre te queda mucho por aprender.

No puedes comenzar un doctorado pensando que tendrás un Premio Nobel. El camino es largo y arduo, y se debe empezar paso a paso. A veces llega quien tiene más paciencia y quien más piedra va picando. Se necesita paciencia y ganas de aprender.

¿Estar en un servicio es un trabajo más estable que el trabajo de investigación en un laboratorio?

La respuesta es sí y no. Uno de los grandes problemas de la ciencia en España es la estabilidad, porque se trabaja por proyectos y no sabes dónde estarás, ni si tendrás trabajo, dentro de 5 años. El hecho de estar en un servicio científico-técnico, que depende de la Universidad, significa que no tenemos ese problema, porque nuestras plazas son fijas.

Pero al mismo tiempo, las oportunidades de promoción o de solicitar proyectos y llevar a cabo tu investigación son mucho más limitadas. A pesar de ello, para mí es una suerte tener esta tranquilidad laboral. Sin embargo, no es fácil llegar allí, tienes que estar en el momento indicado en el lugar indicado, porque se abren pocas plazas. Cada año se abren muchas plazas para hacer una tesis, pero las plazas de servicios son más raras.

¿Cómo ves tu futuro?

Entiendo que continuaré trabajando en la UPF porque tengo la suerte de tener un contrato indefinido. ¡Ojalá me permitan estar muchos años porque me gusta y me lo paso muy bien! Seguiré haciendo genética, pero las técnicas y las plataformas que tendremos dentro de 10 años me cuesta imaginarlas. Están cambiando muchísimo. Ahora tenemos un secuenciador de ADN que cabe en el bolsillo. ¡Dentro de 10 años no sé qué tipo de cosas podremos hacer! Tal vez secuenciaremos ADN con una aplicación del móvil o habrá lugares donde la gente pueda secuenciar su ADN por 10 €, como en la película GATTACA.

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