“No podemos resolver nuestros problemas con la misma forma de pensar que cuando los creamos”
Albert Einstein, Físico
En los últimos años se ha puesto de manifiesto que la investigación no escapa a contribuir a la crisis climática que estamos viviendo. Para generar, almacenar y analizar resultados, la investigación requiere maquinaria y equipos que consumen mucha energía. Y, sea por practicidad o para evitar contaminar las muestras, utiliza muchísimos elementos desechables que generan toneladas de residuos plásticos. Tanto es así, que se calcula que el 2% de los residuos plásticos del planeta proceden de la investigación biomédica y agrícola.
Datos como estos han movilizado a personal investigador de todo el mundo que se preocupa por la calidad y los fines de su investigación, pero también por el impacto del trabajo que realiza. Encontramos buenos ejemplos en Estados Unidos o Reino Unido, donde muchos de los centros de investigación ya forman parte de programas como ‘MyGreen Lab’ o el ‘Marco de evaluación de la eficiencia del laboratorio; LEAF’ (por sus siglas en inglés) que les ayudan a implementar cambios a diferentes escalas para mejorar la sostenibilidad de su investigación.
En el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB), hace años que el departamento de Infraestructuras vela por hacer cambios para mejorar la eficiencia energética del edificio. Pero es cada centro y cada laboratorio quien decide su forma de trabajar. Y desde el Parque celebramos que cada vez surgen más cambios y acciones a favor de la sostenibilidad.
En 2021, hemos programado el primer curso sobre ‘cómo descarbonizar la ciencia’ y hemos visto nacer al grupo #PRBBSustainability, formado por personas de todos los centros que se preocupan por el impacto de su trabajo y la sostenibilidad de la investigación. Una de las primeras acciones del grupo ha sido la recogida de más de 220 kg de bolsas de hielo para su reutilización, ayudando a reducir los residuos.
Tenemos más deberes pendientes que metas conseguidas. Pero aunque quede un largo camino por recorrer, es bueno ver que hay gente que tiene ganas. Y que cuando la gente se organiza consigue sacar adelante estas iniciativas sumando a todo el personal.
Esperamos que en los próximos años, la investigación biomédica apueste por la sostenibilidad y que desde el PRBB podamos ser parte de este cambio.
Este editorial se publicó en el número especial de mayo del boletín El·lipse, centrado en la sostenibilidad en la investigación. No te pierdas los próximos números, el próximo sobre innovación: ¡Únete a Ellipse ahora!