Nuevas dianas potenciales para el melanoma y el linfoma

Dos estudios recientes del CRG arrojan luz sobre cómo dos tipos de cáncer se vuelven tan agresivos.

Células B diseñadas para tener una translocación que conduce al linfoma de células del manto. Crédito: Roser Zaurin (CRG).

Dos estudios recientes recientes del Centro de Regulación Genómica (CRG) han apuntado a un gen que podría ser una nueva diana potencial para bloquear la metástatis en el melanoma, además de 50 genes implicados en el linfoma de células del manto.

Prevención del melanoma metastásico

El primer estudio, liderado por Fátima Gebauer, ha identificado la proteína eIF2A como un motor crítico de la migración celular del melanoma, ofreciendo una potencial diana terapéutica para prevenir la metástasis. Aunque tradicionalmente se había relacionado con la síntesis de proteínas bajo estrés, el equipo de Gebauer encontró que eIF2A guía la orientación del centrosoma, permitiendo que las células malignas se muevan a través de los tejidos y se propaguen.

«Hemos descubierto que eIF2A funciona para preservar partes del centrosoma para que apunte la célula en la dirección correcta durante el movimiento»
 Jennifer Jungfleisch (CRG), primera autora del estudio.

Al desactivar eIF2A en líneas celulares de melanoma metastásico, las investigadoras detuvieron el crecimiento de la esfera tumoral, afectando la migración sin afectar la producción de proteínas. Vieron que eIF2A era esencial sólo después de la transformación maligna, es decir, una vez que las células se vuelven metastásicas. Esto sugiere una ventana terapéutica donde se podría evitar atacar a tejidos sanos. El grupo investigador destaca que afectando a la proteína eIF2A se podría bloquear la propagación del melanoma y abrir nuevas estrategias para combatir la metástasis del melanoma.

Translocación cromosómica en linfoma de células del manto

Un segundo estudio del CRG, éste liderado por Renée Beekman, revela una nueva manera en que la translocación cromosómica puede promover el cáncer. Su equipo utilizó CRISPR para recrear la rotura cromosómica más vista en pacientes con linfoma de células del manto, un subtipo raro pero agresivo de linfoma, donde un trozo de cromosoma 14 cambia de lugar con un trozo de cromosoma 11. Se sabía que esta translocación mueve el elemento regulador génico potenciador IGH, que normalmente aumenta la actividad de la producción de anticuerpos en células B sanas, justo al lado de CCND1, un gen que ayuda a las células a dividirse. El potenciador trata CCND1 como si fuera un gen que codifica anticuerpos, aumentando su expresión y provocando cáncer.

Pero el aumento de la actividad de CCND1 por sí solo no inicia el linfoma. En cambio, las investigadoras encontraron que en su nueva posición, el potenciador de IGH aumenta la actividad de no tan solo CCND1, sinó 50 genes a la vez.

«La translocación reubica el potenciador del IGH en un bucle de ADN que amplifica la expresión génica en más de 50 millones de pares de bases, recableando gran parte del genoma»
 Anna Oncins (CRG y MELIS-UPF), primera autora del estudio.

Este mecanismo amplía en gran medida el número de dianas terapéuticas potenciales, y los autores ahora planean estudiar exactamente cómo los genes recientemente identificados contribuyen al inicio y la progresión del linfoma.

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