Neus Martínez lleva 15 años trabajando en el laboratorio, liderado por Pilar Navarro, en el Programa de Investigación en Cáncer del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Científicas (IMIM), donde estudia el cáncer de páncreas. De ello son testimonios las 24 libretas de laboratorio que acumula desde que empezó su doctorado, y que meticulosamente contienen todos y cada uno de los experimentos que ha realizado desde entonces. Unos experimentos que han dado lugar al descubrimiento de un nuevo biomarcador sanguíneo que podría ayudar a detectar este tipo de tumor de forma precoz. Precisamente por este hallazgo, Neus y Pilar han sido nominadas al premio Vanguardia de la Ciencia 2023 – ¡las podéis votar hasta el 28 de febrero!
Química de formación y apasionada por la ciencia, Neus siempre ha tenido claro que quería formar una familia numerosa y poderle dedicar tiempo, sin duda uno de los retos más difíciles de su carrera.
Últimamente se ha estrenado con la difusión científica creando video abstracts de artículos, desde Science&Design. La parte que menos le gusta de la investigación es la experimentación animal y es una luchadora activa por una investigación más sostenible.
¡Os animamos a conocer mejor a Neus en esta entrevista!
¿Una científica nace o se hace?
Probablemente las dos cosas se necesiten para llegar a ser científico o científica.
¿Cuál es tu área de investigación?
En nuestro grupo estudiamos el cáncer de páncreas, uno de los tumores con peor prognosis. La ciencia requiere de mucha imaginación y poder de abstracción. Estamos todo el día hablando de células, proteínas, moléculas que para simplificar acabamos resumiendo y dibujando en esquemas en formato 2D, y a menudo nos olvidamos de la tercera y cuarta dimensión, de sus estructuras, vibraciones, movimientos… Es muy complejo, y aunque cada vez el conocimiento va más al detalle y sabemos muchísimas cosas sobre los tumores de páncreas, las estadísticas que envuelven este cáncer nos recuerdan cada día que aún estamos lejos de comprender cómo se desarrolla y cómo atacarlo. En particular, en el cáncer de páncreas, las células tumorales están inmersas en un contexto muy particular que llamamos estroma, configurado por depósitos de proteínas y células no tumorales, que tienen un efecto muy importante en las características de este tumor y en el fracaso de muchas terapias. A veces me imagino los tumores pancreáticos como un océano donde los peces (células tumorales) viven e interaccionan. El agua los aísla del pescador de una forma parecida a cómo el estroma esconde el tumor de las terapias.
¿Qué despertó tu interés por la ciencia?
Cuando estudiaba Química en la universidad, me di cuenta que me encantaba todo lo que tocaba la parte de la química de la vida, y por eso al acabar la licenciatura hice el paso hacia la biomedicina. Aunque el interés por la investigación vino del profesor de química cuántica y unas semanas de verano como visitante en su grupo. Cuando hablaba de sus proyectos con el grupo era apasionante, ¡se le veía tan feliz!
¿Qué tipo de estudiante eras?
Era buena estudiante; visto con perspectiva, demasiado sufridora.
¿Qué habrías querido ser si no te hubieras dedicado a la ciencia?
Creo que podría ser feliz con muchos trabajos diferentes. Me encanta el contacto con el personal clínico y su trabajo, para mí es uno de los puntos fuertes de nuestra investigación. Admiro la trascendencia de su día a día. La docencia también me parece muy divertida. Pero puestos a fantasear, podría abrir una pastelería de estas de estilo parisino y dedicarme a buscar creaciones dulces.
¿Si pudieras viajar en el tiempo, qué eligirías: pasado o futuro?
Creo que preferiría parar el tiempo. A veces tengo la sensación que la vida pasa demasiado rápido.
¿Qué te gustaría añadir a la frase: finalmente se ha resuelto…?
La lucha contra el cambio climático.
¿Qué idea preconcebida sobre las personas que se dedican a la ciencia crees que es cierta y cuál crees que es falsa? ¿Por qué?
La ciencia es muy vocacional y creo que esto llega a nuestro entorno. A su vez, la sociedad nos ve como personas cuadriculadas, aunque en realidad nuestro trabajo está mucho más cerca de la creatividad de lo que parece.
El mejor consejo que te han dado nunca.
El primer día que vine a la entrevista al IMIM, me dijeron: “El éxito en ciencia se basa en la resistencia al fracaso”. En aquel momento no entendí muy bien por dónde iban los tiros. Hasta entonces, si eras organizada, responsable y aplicada tenías el éxito académico asegurado. Pero todo esto cambia en la tesis doctoral… Delante ya no tienes una pregunta con una respuesta correcta; de hecho, quizás ni siquiera tiene respuesta. Por primera vez en la vida no hay una relación proporcional entre el esfuerzo implicado y el resultado. Y esto cuesta mucho de entender y asimilar. De golpe pasas a ser un estudiante de doctorado más, ya no destacas, nadie espera de ti la perfección, la matrícula de honor. Y aquí es donde yo he encontrado mucho más espacio para crecer, para disfrutar del trabajo que me gusta.
¿Cuál es tu mejor fracaso?
No seguir escalando en la carrera científica una vez acabada la tesis doctoral. En aquel punto decidí comenzar un proyecto personal de familia y seguir en una posición científica intermedia que me permite continuar haciendo investigación experimental de una forma compatible con la vida familiar. Soy una privilegiada en el mundo de la investigación, desgraciadamente hay muy pocas posiciones estables en este punto intermedio.
¿Tienes una cita preferida?
“Solo hay dos maneras de vivir la vida. Una es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo lo fuera”, de Albert Einstein.
¿Quién es tu científico o científica preferido y por qué?
Margarita Salas, es impresionante el camino que recorrió en el contexto histórico que vivió. Gracias a su descubrimiento de la polimerasa, se establecieron las bases para la PCR. Poco debió pensar durante el tramo final de su vida, que al cabo de pocos meses esta técnica saldría del entorno científico y ¡se haría famosa en todo el mundo por la pandemia de la Covid-19!
¿Nos recomiendas un libro?
El Médico, de Noah Gordon. Le hago mi pequeño homenaje. Lo leí con 15 años siguiendo la recomendación de mi madre (¡la mejor consejera del mundo!) y me abrió al mundo de la literatura no juvenil.
¿Un grupo de música?
Jack Johnson.
¿Un/a artista?
Marmor, un artista multidisciplinario residente en Berlín: ¡llena todas las paredes de mi casa!
¿Una película?
Coco, de Pixar.
¿Una cuenta de Twitter?
¡La nuestra! @PNavarro_Lab.