Los microplásticos en el agua que bebemos

Un reciente estudio, en el que participa Cristina Villanueva del ISGlobal, utiliza una metodología más precisa para estimar la cantidad de micro y nanoplásticos presente en el agua embotellada. Lo hablamos con ella.

El estudio estima que cada persona adulta ingiere unos 262 microgramos de partículas plásticas anuales a través del agua embotellada. Foto de Chinh Le Duc en Unsplash.

Los micro y nano plásticos (MNPs) son partículas de plástico muy pequeñas, de menos de 5 mm. Éstas pueden haber sido fabricadas expresamente de este tamaño (como las microperlas utilizadas en productos de higiene o estética), o bien pueden ser el resultado de la degradación de productos plásticos más grandes. Tanto en un caso como en el otro, pueden persistir en el ambiente durante décadas o incluso siglos.

Estos MNPs se encuentran en todas partes – incluso en nuestro interior, donde nos llegan principalmente, pero no sólo, a través de la comida y la bebida. Sin embargo, todavía no sabemos mucho sobre las posibles consecuencias de la acumulación de estos microplásticos en nuestro cuerpo, ni sobre las cantidades que podemos estar acumulando.

Un reciente estudio liderado por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del CSIC y en el que ha participado Cristina Villanueva, investigadora del ISGlobal, ha descrito una nueva metodología de alta resolución que permite cuantificar mejor que nunca los micro y nanoplásticos en el agua. Y la han aplicado para analizar 280 muestras de 20 marcas comerciales de agua embotellada. Basándose en estos análisis, y en la asunción de que bebemos unos 2l de agua al día, las autoras han estimado una ingesta anual de 262 microgramos de partículas plásticas por persona adulta.

El estudio estima una ingesta anual de 262 microgramos de partículas plásticas por adulto.

Hablamos sobre el tema con Cristina Villanueva. 

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¿Cuál es la novedad de esta nueva metodología para detectar micro y nanoplásticos?  

Esta metodología – la cromatografía de líquidos acoplada a espectrometría de masas de alta resolución – permite analizar microplásticos de hasta 0,7 micrómetros de diámetro, que es lo más pequeño a lo que se ha llegado hasta ahora. Además, está optimizada para analizar un volumen reducido de muestra y varios polímeros a la vez. Hasta ahora los análisis eran muy pesados porque debía filtrarse un volumen muy grande de agua.

En este estudio habéis analizado agua embotellada. ¿Habéis encontrado diferencias entre diferentes marcas de agua?

Las diferencias son aleatorias, no destaca una sobre otras. Más bien interpretamos que todas las marcas son equivalentes al respecto.

Previamente habíais realizado un análisis de los plásticos en el agua del grifo. ¿Qué diferencias habéis encontrado con la embotellada?

Lo que hemos visto con nuestros dos estudios es que las concentraciones observadas en agua de grifo y embotellada son similares, y son por lo general muy bajas. Lo que difiere entre ambos tipos de agua es el tipo de polímero. En el caso del agua embotellada se encuentran polímeros que provienen del envase y el tapón, que no se encuentran en agua del grifo. No podemos decir que unos sean más peligrosos que otros, porque no sabemos. La investigación sobre los efectos en salud es muy incipiente y todavía no se sabe cómo pueden afectar a la salud.

Pero en el agua embotellada también habéis encontrado 28 aditivos plásticos…  

Si, aunque estos no los analizamos en el estudio del agua de grifo, así que no podemos afirmar categóricamente que no estén allí también. En cualquier caso, el análisis de aditivos en agua de botella es cualitativo. Es decir, detectamos si están o no, pero no hemos cuantificado su concentración. Se detectan algunos (como la familia de los ftalatos) que son disruptores endocrinos, pero al no tener información de la concentración no podemos realizar una interpretación cuantitativa ni sobre la toxicidad.

Es fácil imaginar que el plástico del envase o el tapón pueda acabar en el agua de una botella, pero ¿de dónde salen los microplásticos del agua del grifo? 

Estudios previos han encontrado microplásticos en diversos tipos de alimentos, en la atmósfera, en agua de consumo, etc. Allá donde se buscan los microplásticos, se encuentran. Los de los grifos pueden provenir del propio material de construcción de las tuberías o por ejemplo, de los tubos flexibles de goma de algunos grifos.

Los microplásticos están en el medio ambiente, por todas partes; no es sorprendente que los encontremos en nuestra agua de consumo.
Cristina Villanueva (ISGlobal)

Hemos estrenado el 2024 con la noticia de los ‘pellets’ de plástico vertidos en las playas de Galicia. ¿Qué relación tienen con los microplásticos que encontramos en el agua de consumo?

Los pellets en Galicia son la materia prima para fabricar productos de plástico. Estos pellets y cualquier producto de plástico en el ambiente (residuos plásticos como botellas, etc.) se pueden degradar y romper en piezas más pequeñas y convertirse en microplásticos como resultado de la abrasión, la radiación solar, etc.

¿Qué podría hacerse para reducir la presencia de microplásticos en el agua en general?

La producción de productos plásticos ha tenido un crecimiento exponencial desde el final de la segunda guerra mundial y cambiar esa tendencia no será rápido. Los plásticos forman parte de nuestra vida diaria, así que debemos aceptar que es inevitable tener un cierto grado de exposición a microplásticos. A nivel cotidiano, reducir los envases plásticos en los alimentos contribuirá a minimizar nuestra exposición a través de la ingesta a microplásticos y aditivos. Minimizar los envases de plástico en nuestra vida por lo general contribuirá a reducir residuos plásticos en el ambiente, y en consecuencia, a reducir la generación de microplásticos.

¿Cuál es el siguiente paso en vuetra investigación? 

Estamos analizando microplásticos en muestras biológicas (heces) y aditivos plásticos en orina, para ver cuál es la carga de exposición en la población. Hemos diseñado un estudio para intentar averiguar si el agua de consumo puede tener una influencia sobre las concentraciones internas de microplásticos y qué factores pueden determinar estas concentraciones. Estamos analizando los datos, todavía es pronto para avanzar conclusiones.

Y de momento… ¿mejor beber agua del grifo o embotellada?

Los resultados no muestran que el agua embotellada sea más conveniente que la del grifo. En cambio, consumir agua embotellada contribuye al problema, generando residuo plástico que puede acabar convertido en microplástico.

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