La gripe es una infección causada por un virus, llamado Influenza, que provoca unas 500.000 muertes en el mundo cada temporada.
Los virus son organismos de estructura muy sencilla que utilizan las células del huésped para reproducirse. El de la gripe es de la familia de los Orthomyxoviridae, con 8 segmentos de ARN como material genético. Los dos tipos principales que causan la gripe son:
- el tipo A, que se clasifica en función de la combinación de dos proteínas de superficie, la hemaglutinina (HA) y la neuraminidasa (NA).
- el tipo B.
Es una enfermedad estacional; normalmente cogemos la gripe en invierno, ya que el virus sobrevive mejor en condiciones de baja temperatura y humidad. Pero a pesar de haber tenido la gripe, la mayoría somos susceptibles a volver a tenerla cada año. Esto es debido a la alta variación antigénica del virus, es decir, la capacidad de introducir cambios en su genoma que le confieren resistencia inmunitaria.
La ARN polimerasa del virus de la gripe no tienen capacidad de corrección de errores y, por tanto, permite la introducción de pequeños cambios durante la replicación del virus. Mutaciones en las proteínas de superficie HA y NA hacen que los puntos antigénicos reconocidos por los anticuerpos cambien y, por tanto, estos virus puedan escapar del sistema inmune, produciendo epidemias estacionales. Estos cambios son llamados deriva antigénica.
Otro fenómeno de variación antigénica es la combinación de material genético de diferentes tipos de virus circulantes, lo que se llama reagrupación de genes. Esto puede pasar gracias al genoma segmentado del virus de la gripe y, aunque es muy poco frecuente, produce nuevas cepas de virus que pueden ser totalmente diferentes, con lo cual se generan pandemias particularmente devastadoras.
Esta alta tasa de mutaciones del virus conlleva que cada año se tengan que hacer nuevas vacunas para prevenir la enfermedad en poblaciones de riesgo. La Organización Mundial de la Salud y centros colaboradores, hacen un seguimiento continuo de los virus circulantes en la población humana y actualizan la composición de las vacunas dos veces al año.