El Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) es el mayor núcleo de biomedicina del sur de Europa. Esto significa que en 55.000 m2 trabajan cerca de 1400 personas que día a día contribuyen a que la biomedicina avance. Sin embargo, la investigación biomédica tiene un impacto ambiental elevado. Requiere de mucha energía y, por tanto, la huella de carbono de la actividad científica inherente es elevada; y también genera grandes cantidades de residuos.
Optimizar el consumo energético de un gran edificio
Para realizar experimentos, la mayoría de laboratorios requieren de equipamientos como campanas de extracción de gases, ultracongeladores, servidores, así como equipamiento estructural (clima) que permiten desarrollarlos en unas condiciones óptimas y que tienen un consumo energético elevado. Algunos están en funcionamiento las 24 horas del día los 365 días del año. Esto hace que, al final del año, el consumo energético del PRBB sea de unos 12.000.000 kilovatios que equivaldrían al consumo energético de un pueblo de unos 4000 habitantes, como podría ser Hostalric o el Papiol. Eso sí, desde 2017, el PRBB consume energía 100% verde.
Desde el departamento de Infraestructuras del PRBB se realizan modificaciones constantes para optimizar la demanda energética del parque. En este sentido, algunas de las acciones de los últimos años han incluido:
- la modificación del circuito de frío del edificio, lo que ha supuesto un ahorro del 10% de la energía destinada a refrigeración, lo que equivale a 170.000 kilowatios;
- este 2022 se renovarán el centro de procesamiento de datos y las cámaras frías de -4ºC y -20ºC, incorporando tecnologías más eficientes que comportarán una reducción del consumo energético
“Siempre que realizamos obras para mejorar la funcionalidad del edificio, aprovechamos para incluir mejoras que reduzcan el consumo energético.”
Oliver Blanco, director de Infraestructuras y PRL del PRBB.
Aprovechar hasta la última gota de agua
Anualmente, el PRBB consume 25.000 m3 de agua. Y la mitad de ese agua se destina a usos científicos. Esta cifra, que de entrada puede parecer elevada, se puede explicar por la necesidad de generar agua pura y ultrapura para realizar los experimentos.
El agua del grifo puede contener pequeñas partículas de materia orgánica e inorgánica que podrían alterar los resultados de los experimentos. Por eso es necesario filtrarla para conseguir agua pura. Ahora bien, este proceso de purificación requiere entre 6 y 7 litros de agua descalcificada para generar un litro de agua pura. En el PRBB, el agua sobrante de este proceso se almacena en grandes depósitos para poder utilizarla en la descarga de las cisternas de los lavabos.
El agua pura es apta para:
- preparar reactivos y soluciones tampón
- preparar medios de cultivo microbianos
- limpiar y autoclavar equipamiento de laboratorio
- agua de consumo para animales de experimentación
Sin embargo, algunos experimentos requieren de un control aún más elevado y por eso se debe utilizar agua ultrapura. Es decir, agua pura que se filtra para conseguir un equilibrio de iones y una determinada resistencia. Este último proceso de filtrado, todavía encarece más el proceso. Por eso el agua ultrapura sólo debería utilizarse para:
- Preparar reactivos para cultivos celulares
- Realizar análisis bioquímicos y cromatográficos
- Preparar reacciones de PCR
Gestión de residuos: más allá del gris, marrón, verde, azul y amarillo.
En una infraestructura tan grande como es el PRBB, la gestión de residuos es compleja. Pero, además de las dimensiones del edificio, el elemento que más dificulta este proceso es la variedad de residuos que se generan.
En los laboratorios de biomedicina se producen varios residuos especializados. Y es que todos aquellos elementos que hayan estado en contacto con células, virus, restos animales o anatómicos, sangre, vacunas o material punzante son considerados residuos biopeligrosos (grupo III) y deben depositarse en el contenedor negro de tapa amarilla. De la misma forma que los residuos que han estado en contacto con elementos cancerígenos, mutagénicos o teratogénicos son residuos citostáticos (grupo IV) y deben depositarse en el contenedor azul.
Ahora bien, en los laboratorios también se generan residuos de cartón, vidrio y sobre todo plástico que no han estado en contacto con elementos biológicos o citostáticos, como podrían ser envases de jeringuillas, cajas de pipetas, botellas de medio, etc. Todos estos, deben lanzarse al contenedor amarillo de envases ligeros porque no requieren del mismo tratamiento que el resto.
Gestionar residuos biopeligrosos es treinta veces más caro que gestionar residuos de plástico no contaminado
Los residuos biopeligrosos son autoclavados y enviados al vertedero, mientras que los residuos plásticos (contenedor amarillo de envases ligeros) se envían a la planta de reciclaje para segregarlos y generar nuevos plásticos. Pero la diferencia no sólo radica en el destino de los residuos, sino también en el coste del proceso: gestionar residuos biopeligrosos es treinta veces más caro que gestionar residuos de plástico no contaminado. Y la huella de carbono también es exponencialmente mayor.
Aparatos electrónicos: ¿residuo o recurso?
Casi una quinta parte del personal que trabaja en el PRBB es personal de administración. Todas estas personas, así como la mayoría del personal investigador, dispone de un ordenador y despachos equipados con impresoras, teléfonos u otros aparatos electrónicos básicos. Esto hace que con los años hayan crecido los residuos electrónicos que se generan en el Parque.
Estos residuos son gestionados por electrorecycling, una empresa que, según Josep Caminal, del departamento comercial «tiene la voluntad de reducir lo que se envía al vertedero«. Para el PRBB, básicamente, reciclan pantallas y aparatos eléctricos. Separan los diferentes componentes electrónicos y los trituran para separar las fracciones de cobre, hierro o aluminio que se enviarán a la fundición, mientras que los plásticos y metacrilatos que extraen los envían a una planta de reciclaje convencional.
Eso sí, en una infraestructura tan grande y en la que se hace investigación de vanguardia, a menudo los aparatos tecnológicos quedan obsoletos antes de dejar de funcionar. Por eso, el PRBB es miembro de la red Barcelona + Sostenible a través de la cual realiza donaciones de aparatos, que todavía funcionan pero que ya no son útiles para la investigación, a otras instituciones de la ciudad. A través de esta red, el PRBB ya ha dado una segunda vida a más de 300 teléfonos de sobremesa y 8 pantallas de plasma.
El PRBB ya ha dado una segunda vida a más de 300 teléfonos de sobremesa y 8 pantallas de plasma, a través de la red Barcleona+Sostenible
A pesar de todos estos esfuerzos, está claro que la investigación biomédica necesita ir un paso más allá para optimizar su consumo energético, reutilizar todos los elementos posibles y reducir la generación de residuos. ¡Es un camino largo que depende de la contribución de todas y todos los residentes del Parque pero desde el departamento de infraestructuras quieren seguir trabajando para tener un PRBB más sostenible!