El Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) se construye encima de una antigua zona de naves industriales junto a las grandes instalaciones de gas de La Catalana, con sus grandes gasómetros, que definen formalmente toda esta zona de la ciudad situada entre el tren y la playa. Los arquitectos Manel Brullet y Albert de Pineda proponen una imagen simbólica de un “gran objeto industrial”, que enlaza las grandes construcciones industriales del siglo XIX e inicios del XX con la “nueva industria” de la investigación y del conocimiento del siglo XXI.
Estas imágenes de grandes objetos industriales están muy bien explicadas en las fotografías de objetos industriales de los alemanes Bernd y Hilda Becher. Todos están representados como elementos unitarios, únicos, definidos, imponentes, de gran escala, de una gran racionalidad, con unidad de materiales, con una presencia muy intensa y con dominio del entorno. Estos elementos son objetos depositarios de una memoria histórica abrumadora.
Los arquitectos querían que el PRBB tuviera alguna de estas características para que, de algún modo, arraigara en el contexto buscando un sentido en su ubicación y, al mismo tiempo, una respuesta al entorno existente, confuso e irregular.
Sol-sombra-luz
En general, todos estos objetos industriales son de una opacidad manifiesta. Son volúmenes cerrados en los que la luz no puede penetrar, deben contener líquidos o gases, deben controlar fluidos. En nuestro caso, la luz es un elemento esencial del proyecto. El control de la luz y, sobre todo, el control solar sobre la superficie del objeto son esenciales. Pero, al mismo tiempo, la semitransparencia, la mutabilidad según el punto de vista y los estratos epiteliales también son definitorios.
Al hablar del edificio del Parque de Investigación Biomédica debemos hacer referencia obligatoriamente al edificio del Umbráculo del vecino Parque de la Ciutadella, obra del arquitecto Josep Fontserè, del año 1883. Este edificio pone sobre la mesa el tema de la luz y la sombra, tan fundamentales en la arquitectura mediterránea.
Las cuestiones clave son cómo se construye la sombra, cómo se controla el sol, cómo nos refugiamos de él y cómo se evitan los deslumbramientos. El uso de lamas de madera en casi toda la superficie del edificio nos lleva a la idea de frescura, de protección de las personas respecto al exterior. También nos lleva a un movimiento suave pero continuado de los espacios interiores. Los intersticios entre lama y lama crean un universo singular dentro de esos espacios. El movimiento de cualquier cuerpo dentro de esta luz-sombra crea un dinamismo vibrante muy específico y sugerente.
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El texto está extraido del libro “Parc de Recerc Biomèdica de Barcelona” de los autores Brullet, de Pineda y de Luna de Edicions de l’Eixample, 2007.
