El microbioma se está convirtiendo en una palabra de moda. Y con razón. Parece que esta comunidad de microorganismos que vive en nuestras entrañas no sólo ayuda a nuestra digestión y metabolismo, sino que también configura nuestro sistema inmunitario.
El miércoles 20 de febrero, Andrea Cerutti, investigador del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), compartió los resultados de su grupo sobre el efecto del microbioma en la respuesta a las vacunas. Explicó como ratones deficientes en IgA y algunos pacientes con deficiencia de IgA selectiva tenían tanto alteraciones en la composición de la microbiota intestinal como una menor respuesta de IgG a vacunas sistémicas, incluidas las vacunas contra el neumococo. Su grupo ha demostrado que esta respuesta inmunitaria disminuida fue debida a la deficiencia de la microbiota intestinal.
Los investigadores tomaron ratones sanos libres de gérmenes y les introdujeron microbiota intestinal de ratones o humanos con o sin deficiencias de IgA; sólo los ratones «trasplantados» con microbiota intestinal de un anfitrión deficiente en IgA presentaron una menor respuesta de IgG a las vacunas. El experimento opuesto también apuntaba en la misma dirección. Poniendo ratones recién nacidos con déficit de IgA con madres de tipo salvaje (sanas) lograron rescatar parcialmente la respuesta de IgG a las vacunas contra el pneumococus. Esto se explica porque las crías reciben la microbiota de sus madres a través de la leche y por transferencia lateral.
Se podría pensar en modificar el perfil del microbioma (las especies específicas presentes) para aumentar la respuesta a las vacunas.
Giuliana Magri, una postdoc del laboratorio de Cerutti, explicó como su equipo está hablando con el animalario del Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) para ver cómo pueden crear una instalación libre de gérmenes. «Sería la primera de este tipo en España, creo», dijo la científica. Explicó que sería muy útil: «Podríamos tener ratones libres de gérmenes y recolonizar sus intestinos con combinaciones específicas de bacterias, para ver qué pasa». Así, envió un llamamiento a otros investigadores del PRBB que estuvieran interesados en tal instalación.
Esta idea, que la composición específica de la microbiota puede afectar la respuesta a las vacunas de un organismo, tiene potenciales usos clínicos. Por ejemplo, se podría pensar en modificar el perfil del microbioma (las especies específicas presentes) para aumentar la respuesta a las vacunas. El laboratorio de Cerutti ha pedido precisamente financiación para un proyecto donde buscarán diferencias de composición en el microbioma de personas que responden mejor o peor a las vacunas. «Idealmente se podría desarrollar un pro o prebiótico, o algo parecido, y ofrecerlo a las personas con malas respuestas, para mejorarlas», dijo Cerutti.
Un encuentro interdisciplinar
Cerutti dirigía estas ideas a algunos de los médicos de la audiencia, que estaban muy interesados y que ofrecieron su visión clínica, así como información sobre redes de hospitales donde los científicos podían obtener muestras para su estudio. De hecho, este diálogo entre investigadores y clínicos es uno de los objetivos de esta charla científica, que formaba parte del «Club del microbioma» organizado por Judit Villar y Juan Pablo Horcajada, dos médicos del Hospital del Mar que investigan en el IMIM. Como dice Villar, «el objetivo es crear un grupo transversal de personas que trabajan con el microbioma, desde el médico que coge la muestra al bioinformático que hace el análisis».
Poner ideas en común, ayudarse mutuamente, tal vez pedir alguna beca conjunta. Tal es el objetivo del ‘club’, que ha estado funcionando durante casi tres años. En estas charlas, abiertas a todos, se pueden encontrar médicos, científicos y bioinformáticos sentados uno junto al otro. Y no sólo proceden del IMIM y del Hospital del Mar, sino también de otros centros del PRBB como, en este caso, el Centro de Regulación Genómica (CRG). Un encuentro verdaderamente interdisciplinario; un punto de encuentro informal donde se puede reunir una diversidad de profesionales interesados en un tema específico y encontrar sinergias.
El objetivo del «Club del microbioma» – y otros «Clubes científicos» del IMIM – es facilitar un diálogo entre investigadores y clínicos interesados en el mismo tema.
Podéis escuchar a Judit Villar, una de las organizadoras del ‘club’, hablando sobre esta iniciativa.
El IMIM también apoya un «Club de Innovación» y un «Club de Grasa», que, como el del Microbioma, están abiertos a todos los investigadores del PRBB y médicos del Hospital del Mar. Podéis leer una entrevista sobre esta iniciativa de «clubes de ciencia» aquí.