Descifrando la historia del norte de África con herramientas genómicas

Un estudio del IBE (CSIC-UPF) ha relacionado los movimientos migratorios a lo largo de la historia con la genética de poblaciones del norte de África y ha observado algunos patrones de apareamiento.

Montañas rocosas de Algeria.

La conquista árabe y el tráfico de esclavos son momentos históricos que aportaron diversidad genética al norte de África. Imagen de Azzedine Rouichi en Unsplash

El norte de África ha sufrido cambios culturales, lingüísticos y demográficos que han ido modelando la estructura genética de sus habitantes. Una de estas poblaciones es la amazigh, que ha sido estudiada recientemente a nivel genético por equipos investigadores del Instituto de Biología Evolutiva (IBE: CSIC-UPF) y del Departamento de Medicina y Ciencias de la vida, Universidad Pompeu Fabra (MELIS-UPF). Concretamente, han estudiado 13 grupos de amazighs, con la base de datos más grande hasta el momento de esta población.

La investigación es muy peculiar, ya que ha analizado datos genómicos a un nivel no estudiado hasta ahora: microgeográfico. El área estudiada es de unos 2.500 km², correspondiente a la región de Aurés, en el noreste de Argelia. Estudios previos han mostrado que las poblaciones norteafricanas son diferentes a las del resto del continente africano, pero este estudio a pequeña escala ha permitido relacionar la historia de los amazighs con su genética y encontrar diferencias específicas también entre grupos de amazighs separados geográficamente.

El norte de África acogió diversas poblaciones durante largos períodos de tiempo, coincidiendo con los movimientos demográficos históricos. Y efectivamente, la genética corrobora esta idea: ha habido más diversidad genética en momentos álgidos de migraciones. Uno de estos momentos fue durante la conquista árabe en el siglo XII, y también un poco antes, con la afluencia de poblaciones mediterráneas como los fenicios (900 a.C.) o los romanos (146 a.C.). También llegaron nuevas variantes génicas a causa del tráfico de esclavos por el Sáhara (que duró desde la época romana hasta el siglo XIX) y del establecimiento de rutas comerciales con el África subsahariana (entre los siglos VIII y XVI).

Otra curiosidad que se ha visto en el estudio genético es que entre los amazighs predomina el apareamiento assortativo negativo, que es aquel en el que las personas se emparejan con otras muy diferentes físicamente a ellas. Aun así, un par de poblaciones amazighs presentaban indicios de apareamiento assortativo (lo contrario, emparejarse con personas parecidas a uno mismo). Esto refleja costumbres culturales que varían a nivel microgeográfico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *