En septiembre de 2002 el Centro de Regulación Genómica (CRG) ponía en marcha sus laboratorios provisionales para que, cuatro años después, en 2006, se instalara definitivamente en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB). Desde entonces sus logros e hitos han sido múltiples: 20 años productivos realizando ciencia biomédica de excelencia.
Así lo constatan los más de 524 millones de euros gestionados durante estas dos décadas o los más de 3.800 artículos publicados, de los cuales 4 de cada 5 son de acceso abierto. Por el CRG han pasado más de 1.100 científicos de todo el mundo (60 países diferentes) y más de 300 doctorandos han presentado sus tesis, y el programa de formación ha ofrecido más de 350 cursos, tanto para personal interno como externo – todo esto con el apoyo de más de 250 personas de administración y servicios a lo largo de estos 20 años.
No hay que olvidar los últimos avances en la ciencia más moderna y el importante foco del CRG en innovación, con la creación de 5 spin-offs.
En este sentido, destacamos un par de recientes ejemplos de esta innovación tecnológica que ha sido posible gracias al esfuerzo e inversión del centro en estos 20 años: la spin-off Orikine Bio y la colaboración con la empresa espacial YuriGmbH.
Terapia inmunológica basada en la mejora de citoquinas
La spin-off Orikine Bio tiene por objetivo proveer una plataforma de terapias basadas en biología sintética de citoquinas – moléculas que intervienen en la respuesta inmunitaria – para el tratamiento de enfermedades autoinmunes e inflamatorias.
“La creación de esta compañía ha sido posible gracias al desarrollo de herramientas computacionales y experimentales de última generación combinado con décadas de experiencia” explica Luis Serrano, director del CRG que ha cofundado la empresa junto a Ariadna Montero (CRG Alumni) y Javier Delgado, Alejo Chorny y AdBio Partners.
“Nuestro exclusivo enfoque computacional hace que el proceso de diseño de proteínas sea muy flexible y adaptable a casi cualquier diana, acelerando el proceso de desarrollo de nuevos fármacos”
Ariadna Montero, Orikine Bio
La nueva plataforma permite a los usuarios modificar la actividad biológica de las citoquinas. De esta manera, sus creadores esperan que estas moléculas mejoradas se puedan usar en tratamientos de enfermedades donde intervengan éstas. La primera ronda de inversión ha finalizado con 5,5 millones de euros y se espera que próximamente las primeras proteínas diseñadas entren en fase preclínica.
Ciencia espacial
El CRG y Yuri GmbH han constituido la primera colaboración entre una empresa de biotecnología espacial y un instituto de investigación biomédica. Esta unión permitirá estudiar cómo afecta la falta de gravedad a los procesos biológicos.
Estas investigaciones podrían “ser provechosas para la agricultura y la producción de alimentos así como para el descubrimiento de nuevos fármacos o tratamientos”, explica Daniela Bezdam, directora científica de Yuri GmbH, ya que “en microgravedad, ciertos procesos biológicos tienden a acelerarse, lo que lleva a una maduración más rápida de los seres vivos” añade.
“El acceso abierto y asequible a experimentos en naves espaciales de órbita baja está marcando el comienzo de una nueva y emocionante era de investigación en el espacio”
Luis Serrano, CRG
Gracias a la reducción de costes de envío de materiales al espacio y de empresas como Yuri, los experimentos en microgravedad son cada vez más comunes en las ciencias de la vida. En esta ocasión, la colaboración entre las dos instituciones comenzará estudiando la supervivencia y la prosperidad de «bacterias espaciales», obtenidas en la Estación Espacial Internacional.
