Con el microscopio tomamos imágenes precisas. Capturamos un plano, una orientación, un estado. Capturamos un instante. Y éste, lo tomamos de referencia para explicar todo un experimento. Pero a veces, la vida es más rápida que la física, y en ese instante pasan cosas.
Esto es lo que le ocurrió a Jia Le Lim, estudiante de doctorado en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular – Barcelona (EMBL Barcelona), al intentar retratar una larva de pez cebra.
Este pez se desarrolla muy rápidamente, y 29 horas después de la fecundación, ya tiene la capacidad de moverse. Y esto es lo que ocurrió durante las milésimas de segundo que duró la captura: la larva se movió y terminó reflejando su propia imagen especular.
Una anomalía. Un pequeño accidente que nos ha mostrado la ilusión de capturar el movimiento en una imagen.
¡Gracias Jia por compartirlo!
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