Antonio García de Herreros Madueño (Madrid, 1958) es un científico apasionado del baloncesto — todavía juega — que lleva casi 30 años dirigiendo el Grupo de Investigación en Mecanismos de la Tumorigénesis y Progresión Tumoral en el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM). Nos explica su carrera científica.
¿Siempre has tenido claro que querías dedicarte a la ciencia?
¡Desde que escuché una conferencia del investigador y ganador de un Premio Nobel Severo Ochoa, a los 17 años! Además, recuerdo que en una entrevista que le hicieron, le preguntaron qué haría si volviese a nacer, y dijo que no estudiaría medicina, sino química.
«Decidí dedicarme a la ciencia cuando escuché una conferencia del investigador y ganador de un Premio Nobel Severo Ochoa, a los 17 años»
Antonio Garcia de Herreros
Así que seguiste su consejo…
Sí, estudié química y después hice la tesis en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM) en Madrid. De hecho, aunque no fue mi supervisor directo, fue César de Haro, hice el doctorado en el grupo de Severo Ochoa. Él estaba en New Jersey pero venía a España, al CBM, varias veces al año. Cuando acabé la tesis él volvió definitivamente a España…
… y tu te fuiste a EEUU.
Sí, hice dos postdocs en Estados Unidos, uno en el Sloan-Kettering y el otro en Harvard. ¡Esta época de postdoc fue la mejor de mi vida científica! Ya tienes cierta autonomía, y todavía no tienes la responsabilidad de tener un grupo que depende de ti.
¿Qué estudiaste allí?
En esa época trabajaba en diabetes. Pero al volver a Barcelona, ahora hace 29 años, hice un cambio radical de tema. Me establecí en el IMIM, donde creé mi propio grupo de investigación en invasión tumoral y la desdiferenciación de células epiteliales hacia fibroblastos.
Hace 29 años… ¿Cómo ha cambiado el ecosistema científico en Barcelona?
Soy de los investigadores más antiguos que quedan en el IMIM y, ¡he sido testimonio de un gran cambio! En el año 2000 hubo una explosión de investigación, con la creación de nuevos centros como el Centro de Regulación Genómica (CRG) y el IRB y la llegada de mucha gente nueva. Fue muy positivo; implica más posibilidades de colaboraciones, de aprender de los otros…
¿Qué es lo mejor de la ciencia?
Que tú mismo te propones un reto y cuando llegas a tener cierto conocimiento sobre lo que te preguntabas, es muy gratificante. Sobre todo cuando ves que lo que has encontrado tiene un impacto en la comunidad científica. Para mí las cosas no son relevantes cuando las publicas, sino cuando el resto de la comunidad científica las acepta.
«Para mí las cosas no son relevantes cuando las publicas, sino cuando el resto de la comunidad científica las acepta»
¿Qué aconsejarías a alguien interesado en dedicarse a la ciencia?
Necesitas dos cosas, que te guste mucho lo que haces y ser muy tenaz, porque hay muchos momentos en los que no saldrán las cosas. Mi jefa durante el postdoc siempre decía «debes ser suficientemente inteligente, pero sobre todo has de trabajar mucho«.
Volviendo a Severo Ochoa… ¿Qué harías tú si volvieses a nacer?
También volvería a hacer ciencia… Pero quizás un poco más aplicada hacia la bioingeniería. Hay mucha cosa por hacer en este campo y todavía no hay mucha gente que se dedique a ello.