Adaptar la hora de comer para mejorar la salud

Un estudio en el que ha participado ISGlobal observa que el desayuno antes de las 8 de la mañana reduce el riesgo de sufrir la diabetes de tipo 2 en un 59%.

No sólo lo que comemos sino cuando lo hacemos, puede afectar a nuestra salud. Foto: Margarita Zueva paraUnsplash.

Cada vez hay más investigaciones centradas en estudiar la asociación entre la dieta, los ritmos circadianos y la salud. Porque no sólo es importante qué comemos, sino cuándo, y el uso de la crononutrición podría ayudar a reducir el riesgo de sufrir algunas enfermedades. Así lo muestra uno de los últimos estudios en los que ha participado el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) que sugiere que desayunar antes de las 8 de la mañana podría ayudar a reducir el riesgo de sufrir diabetes de tipo 2.

“Nuestros resultados sugieren que una primera comida antes de las 8 de la mañana y una última antes de las 7 de la tarde podrían ayudar a reducir la incidencia de diabetes de tipo 2”
Manolis Kogevinas, ISGlobal

El estudio, que ha durado más de 7 años y ha sido realizado en colaboración con un equipo del INSERM en Francia, registró la dieta de los más de 100.000 participantes de una cohorte francesa durante los primeros dos años, a través de formularios online. Luego relacionaron esta dieta con el estado de salud de los participantes, que fueron monitorizados durante el resto de la duración del estudio.

Los resultados mostraron que aquellas personas que almorzaban antes de las 8h de la mañana presentaban un 59% menos de riesgo de sufrir diabetes de tipo 2, comparados con aquellas personas que almorzaban después de las 9h. Cenar tarde (más tarde de las 10h de la noche) también incrementaba el riesgo de la enfermedad. Otros estudios han mostrado que saltarse el desayuno también incrementa el riesgo de diabetes 2.

Aunque todavía hay que seguir investigando para confirmar esta hipótesis, parece claro que los ritmos circadianos no sólo afectan a la incidencia de esta enfermedad. Un estudio anterior del mismo equipo determinó que cenar antes de las 21h comportaba un menor riesgo de padecer cáncer de mama y de próstata. Y en otra investigación, observaron que el ejercicio podría tener un mayor efecto protector contra enfermedades como el cáncer si se hacía por la mañana.

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