Prevenir la obesidad infantil para reducir el riesgo cardiometabólico

Según un estudio del HMRI Barcelona y la Gasol Foundation, la proporción de obesidad abdominal en niños y adolescentes con sobrepeso ha pasado del 40,7% al 56,1% en las últimas dos décadas.

La obesidad abdominal está relacionada con un mayor riesgo cardiometabólico, lo que significa tener mayor predisposición a padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Foto de Siora Photography en Unsplash.

La implementación de iniciativas para promover hábitos saludables con el objetivo de prevenir la obesidad infantil es una necesidad evidente según el último artículo del consorcio PASOS, liderado por la Gasol Foundation y el Hospital del Mar Research Institute (HMRI Barcelona). El estudio se ha basado en datos de niños, niñas y adolescentes de entre 8 y 16 años de toda España. De aquellos que presentaban sobrepeso, casi el 60% tenía obesidad abdominal, un indicador de riesgo cardiometabólico.

La obesidad abdominal se define como el exceso de grasa en la zona abdominal y se mide a través de la circunferencia de la cintura. Es un indicador importante porque está relacionado con la grasa visceral, una condición que define el riesgo cardiometabólico. Estar en riesgo significa tener predisposición a desarrollar enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, la diabetes tipo 2 o la dislipemia, una alteración en los niveles de lípidos como el colesterol en sangre.

Los datos recogidos en el estudio indican que la obesidad abdominal ha aumentado del 40,7% al 56,1% en las últimas dos décadas. Esto implica que la probabilidad de que los niños con sobrepeso presenten riesgo cardiometabólico en 2020 es un 99% mayor que en el año 2000. Estas cifras evidencian la necesidad de implementar más medidas de salud pública para prevenir y abordar de manera integral la obesidad infantil.

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